lunes, 10 de agosto de 2020

El naufragio de Sálvora (02.01.1921)

Las heroínas de Sálvora 
Ay Sálvora, ay San Vicente..!" En la desenfadada canción que exalta la belleza de la mujer gallega, desde hace un siglo se esconde también un canto a su valentía y solidaridad. Dentro de poco conmemoraremos el centenario del naufragio en el que cuatro salvoreñas se erigieron en heroínas.

La tragedia del “Santa Isabel”                                                  J. M. FERNÁNDEZ CAAMAÑO 
El trasatlántico “Santa Isabel” se hundió en enero de 1921 cerca de la isla de Sálvora, llevándose consigo la vida de 213 de sus tripulantes. El navío había partido de La Coruña, después de parar antes en Bilbao y Santander, y se dirigía a Vilagarcía para luego ir a Cádiz y salir con destino a Buenos Aires y Montevideo
El 2 de enero del próximo 2021 hará cien años que el vapor de pasajeros “Santa Isabel” se hundió al oeste de Galicia, cerca de la isla de Sálvora. En el naufragio perdieron la vida 213 personas y solo se lograron salvar 56 ocupantes de los 269 que transportaba el “Santa Isabel” (27 tripulantes y 29 pasajeros).
En aquel horrible siniestro acontecido el 2 de enero de 1921 en la ría de Arousa se vivieron escenas de pánico dado el número de pasajeros y tripulación que transportaba.
DN 04.01.1921
Aún a riesgo de sus vidas, fue abnegada la ayuda de los vecinos de la isla de Sálvora y del pueblo de Santa Eugenia de Riveira, que se volcaron en intentar salvar las mayores vidas posibles de los angustiados ocupantes que iban a bordo de aquel trasatlántico español. 
El “Santa Isabel” había zarpado del puerto de A Coruña la tarde de aquel desdichado día, con algunos de sus pasajeros que precisamente se habían subido a bordo en el puerto coruñés. El barco, propiedad de la Compañía Trasatlántica Española naufragó antes de entrar en Vilagarcía, en cuyo puerto debía tomar pasaje con dirección a Cádiz. En A Coruña había tomado algunos viajeros para los puertos de Buenos Aires y Montevideo, pero a las 14.40 horas del domingo se tuvo noticia en A Coruña, de que el barco se había perdido.
Pronto surge la confirmación de la noticia que nadie esperaba, lo que llenó de zozobra a los puertos de Bilbao, Santander y A Coruña: aquel barco, orgullo de la flota trasatlántica española, se había hundido antes de entrar en Vilagarcía a consecuencia de una importante vía de agua en poco tiempo.

Primer aviso de socorro
El primer aviso de socorro del barco es recogido por la estación radiográfica de Finisterre, pero no supo dar el motivo exacto de lo que sucedía, lo intentó, pero no tuvo respuesta del barco siniestrado, debido a que se había cortado el suministro eléctrico y eso se reveló fatal para los ocupantes del trasatlántico. 
En A Coruña, el “Santa Isabel” había tomado cuatro viajeros de primera y otros 27 de tercera clase. Algunos debían trasladarse en Cádiz al también trasatlántico “Reina Victoria Eugenia”, que los llevaría rumbo a Suramérica. 
El “Santa Isabel” era un barco de construcción reciente, de los astilleros de la Sociedad Española de Construcción Naval de Matagorda (Cádiz), botado en mayo de 1915. Tenía un desplazamiento de 2.488tn, equipado de dos potentes turbinas que le hacían alcanzar los 12,5 nudos por hora. Medía 89 metros de eslora y era gemelo del “San Carlos”, que hacía la travesía de Cádiz a Fernando Póo.
El suceso aconteció al quedar atascado por la amura de babor contra unos bajos rocosos de la isla de Sálvora, a la entrada de Vilagarcía y cerca de la punta Falcoeira. El lugar era conocido por los bajos del Pagar de la Punta Besugueiros, al pie del faro en la isla de Sálvora. Ello originó una gran vía de agua en el casco. 
Nada más tener constancia del naufragio, los vecinos de la propia isla intentaron con los medios a su alcance salvar las vidas de los ocupantes, una acción que les valió a tres de ellas para que fueran denominadas como heroínas de Sálvora y hubo un gran reconocimiento social, además de recibir la Cruz de Tercera Clase con Distintivo Negro y Blanco del Consejo de Estado.
Estas cuatro mujeres serían Cipriana Oujo Maneiro, Josefa Parada, María Fernández Oujo y Cipriana Crujeiras, las tres primeras contaban con 24, 32 y 14 años. Como tripulantes de una dorna polbeira arriesgaron sus vidas frente al fuerte oleaje que amenazaba con hacerlas morir ahogadas. La cuarta, ayudó desde tierra en el auxilio a los náufragos, a los que ofreció comida y ropa seca. Serían homenajeadas en diversas ciudades, como en Vigo, Vilagarcía y A Coruña, donde se pretendió erigir un monumento a la “Mujer Gallega”. 

Mujeres habituadas
Aquellas mujeres estaban habituadas a navegar como los mejores marineros, saliendo a diario, incluso en días de temporal, en sus pequeñas embarcaciones hasta el puerto de Riveira o Castiñeiras. Lo hacían de forma tranquila y sin miedo al peligro a la mar brava, ni al oleaje que se batía contra sus débiles embarcaciones. Eran las mujeres de Sálvora, es un hecho que nadie negaba ya que era conocido de todos. 
La lancha motora "Rosiña"
También zarpó del puerto de Riveira una lancha motora para a continuación llegar otras en su auxilio, logrando poner a buen recaudo a numerosos náufragos que subieron a bordo, mientras que el también vapor “Cabo Menor”, al pasar frente a la costa de Sálvora, enseguida se da cuenta de que el barco hundido era el “Santa Isabel”, recorriendo aquellas aguas en busca de supervivientes, sin hallarlos.
La tripulación del barco la componían 80 marineros, repartidos en 28 de cubierta, 20 de máquinas y 32 del interior, mientras que al pasaje que procedía de Bilbao y Santander se sumaron otros 31 de A Coruña, algunos de los cuales quedarían en Cádiz y el resto viajaría a Buenos Aires y Montevideo, la mayoría en tercera clase. 

Supervivientes
El farmacéutico superviviente (2º izda)
Los supervivientes llegados a Riveira narraban lo sucedido en la oscuridad de la noche y que la niebla reinante y el mal tiempo dificultaron que los náufragos pudieran salvarse, de ahí el alto número de ahogados. Algunos de los que tuvieron la dicha de contar esta tragedia reconocieron los cuerpos sin vida recogidos de las aguas, entre los que estaban familiares, amigos y conocidos. El barco había quedado hundido a diez metros de profundidad, saliendo fuera del agua un trozo del palo mayor, en una de las mayores tragedias en aguas de Galicia.
El barco al zozobrar quedó sobre un lecho de piedra y estaba partido en dos escorado sobre su costado de babor. Lo más sobresaliente es la ayuda prestada por los también vapores “Opal” y “Rosa”, así como el “Nimo”, “Virgen del Carmen” y “Virgen del Rosario”, entre otros del mismo puerto. Serán los que narren la odisea de los botes salvavidas, que al ser arrojados al mar a consecuencia del fuerte oleaje son arrastrados contra las rocas, lo que causó un considerable número de víctimas haciendo aumentar la cifra de fallecidos. 
El naufragio del “Santa Isabel” debió acontecer alrededor de las 01.50 horas del domingo día 2 de enero y la primera noticia de su hundimiento se tuvo en Riveira a las 10.30 horas, transmitida por unos vecinos de la isla de Sálvora que venían al mercado. 
A partir de ese instante la noticia de la tragedia corrió como la pólvora y el día 4 se reflejaba en la prensa lo acontecido con el trasatlántico “Santa Isabel”, que fue una de las mayores tragedias de la navegación española.
Para saber más recomiendo la lectura del libro Sálvora: Memoria dun naufraxio. A traxedia do Santa Isabel” de Xosé María Fernández Pazos.
J. M. FERNÁNDEZ CAAMAÑO Ideal Gallego 25 DE MARZO DE 2018

Va por esas cuatro mujeres de la Isla de Sálvora la versión -en gallego y con mucha garra- de dos navarros, los Hermanos Anoz

4 comentarios:

Palma dijo...

Me encantaria ver algun acto de la conmemoración del centenario porque soy bisnieta del segundo cocinero del Santa Isabel

desolvidar dijo...

"Bisnieta del segundo cocinero del Santa Isabel" Un orgullo. ¿Qué fue de él? Ya contarás.
Tengo confianza en que algo se hará.
Gracias, Palma, por entrar en Desolvidar

Carlos Veiga Peeda dijo...

Buenos días.
Me llamo Carlos Veiga Pereda y soy nieto por parte materna de Tomás Pereda Mardones,desaparecido en el naufragio.
Tengo 81 años y ya asistí a la la exposición en Ribeira hace algunos años,con mi esposa,y nos atendieron y facilitaron datos y reseñas muy amablemente tanto Pilar Casas,como Elvira no recuerdo el apellido.

No sé cómo estaré de salud porque por una caída sufrí rotura de costillas y como consecuencia de la poca movilidad,un trombo posteriormente embolia pulmonar.Ya recuperado y aunque con limitaciones haré lo posible por asistir al centenario.de cualquier manera les agradeceré me tengan informado del acto.

desolvidar dijo...

Muchas gracias, Carlos, por contar su experiencia. En cuanto me entere de algo, lo publicaré