En las primeras horas de la catástrofe de Valencia se habló en varias ocasiones de un camionero que estaba desaparecido con su vehículo. Los bomberos no daban con él. Fue su hijo quien lo encontró.
DN Agencia Colpisa y Desolvidar
Daniel titubea ante las puertas de la comandancia de la Guardia Civil de Valencia.
-¿Viene por un desaparecido?- le pregunta el agente que aún mantiene el tipo, tras toda una jornada observando el dolor de frente.
-A eso venimos, a avisar que está muerto- responde Daniel.
Entonces el guardia abandona por un momento su posición erguida. Sus hombros dejan un instante su firmeza. Su postura corporal imita la del joven encorvado de camiseta roja que tiene frente a él.
-¿Seguro que está muerto?- dice el Guardia Civil tratando de aportar un atisbo de esperanza.
-Sí. Mi amigo lo sacó con sus propias manos de un barranco entre Picanya y Torrente. Encontró el camión de su padre, pero al sacarlo ya estaba muerto- lamenta Daniel.
Su amigo Sergio está hincado de rodillas en el barro. Apoyado en sus muslos, descansa el cadáver de su padre.
1 comentario:
Cuánta muerte, cuánta ruina, cuánto dolor... y cuánta incompetencia
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