Ocurrió en la plaza de toros de Larraga, el domingo 4 de Octubre.
Toreaban los Hermoso de Mendoza, Pablo y Guillermo, padre e hijo.
Era el primer festejo celebrado en Navarra sin aforo covid y se llenaron los tendidos. La gente pasó por taquilla a pesar de la lluvia matinal y los negros nubarrones que se ceñían sobre Larraga.
Enrique Ezquerro
Entre el público, Enrique Ezquerro, partidario de Guillermo, un aficionado que había venido de Aldeanueva de Ebro. Enrique es miembro de la Asociación IGUAL A TI y participa en la campaña de sensibilización sobre la discapacidad intelectual de esta Asociación.
A pesar de que la tarde no era la más propicia, el tirón del apellido Hermoso de Mendoza sigue logrando hitos como el que en la localidad se celebrase con éxito el primer festejo con lidia y muerte del siglo XXI a estas alturas del año.
El clan Hermoso se desplazó a Larraga en masa, y tras dos años sin pisar en público plazas navarras, tomaron la tarde de ayer como la fiesta anual dos veces aplazada por los años de la pandemia.
La faena de Pablo
Pablo sorteó en tercer lugar a un toro de Rosa Rodrigues de muchos pies con el que vibró la plaza desde que lo parara a lomos de Alquimista.
Pablo vio pronto las condiciones del animal y tras clavar un rejón de castigo fue raudo a por Berlín, con quien protagonizaría todo el tercio de banderillas. El toreo a dos pistas, las hermosinas, los quiebros fueron seguidos con animación por el público ragués que llegó a ponerse en pie con las pasadas por dentro del centauro de Estella.
El cinqueño portugués continuaba con su galope y Pablo disfrutaba con su último toro de la temporada a la vez que metía presión a la actuación posterior de Guillermo. El patriarca, en el ruedo, es de los que no hacen prisioneros. Tras poner dos cortas con Ilusión clavó un efectivo rejón de muerte tras el que vendría la concesión de un rabo y la vuelta al ruedo postrera del toro.
Y ahora, Guillermo
Guillermo venía de estar bien con su primero. El diapasón de su actuación se había disparado a lomos de Índico pisando terrenos comprometidos con banderillas de frente y quiebros de alto voltaje. Había marrado una vez con el rejón de muerte pero con el descabello estuvo mejor que Roberto Domínguez.
Salió el cuarto, tras la apoteosis paterna y el toro no se mostraba claro, ora corría de punta a punta de la plaza, ora se derrumbaba. La lluvia había hecho acto de presencia y parecía que se fuera a torcer la suerte de la tarde. Un certero rejón de castigo a lomos de Jíbaro precedió a una seria actuación con Ecuador donde el delfín de los Hermoso se trajo muy cerca al toro de Rosa Rodrigues. Tras tres rosas y un par a dos manos con Esencial, su caballo talismán del último tercio, Guillermo tumbó a la segunda al toro , que tardaría en rodar unos segundos.
(la mayor parte del texto es de Mariano Pascal Lizarraga, en DN)
Lo mejor de la tarde
Enrique Ezquerro saltó al ruedo y -todavía con la mascarilla- paseó en hombros al padre de su ídolo. Guillermo iba también a hombros de otro portador.
Y de repente, la genialidad de Pablo de intercambiar los papeles -de portado a portador- con Enrique Ezquerro quien, ahora sí, sin mascarilla, por unos instantes fue el hombre más feliz del mundo.
A los mal llamados "animalistas"
Si lo fueran, estarían a favor del toro bravo, de la tauromaquia, y en contra de la extinción del toro de lidia. Porque no hay toro bravo sin torero.
Algunos que en su vida han sido incapaces de tocarle el cuerno derecho ni siquiera a un buey, se permiten el lujo de llamar asesino a un torero, que se juega la vida, y se alegran públicamente cuando el torero muere en el combate.
Va para ellos este gesto de humanidad de Pablo y estas palabras en las que explica su oficio y sus sentimientos hacia el toro y el caballo:
La tarde terminó con los protagonistas a hombros y la genialidad de Pablo Hermoso como colofón, sacando él a hombros a Enrique Ezquerro, aficionado de Aldeanueva y partidario de Guillermo Hermoso de Mendoza.
El primer festejo celebrado en Navarra sin aforo covid llenó los tendidos. Era en Larraga, en una plaza portátil y con dos figuras del rejoneo en el cartel, pero como comienzo de la nueva normalidad que nos va a tocar vivir, se comprobó que el público sigue dispuesto a retratarse en taquilla para ver un festejo taurino.
Si a ello le añadimos la climatología otoñal que sufrió este domingo la Península Ibérica, el mérito de la empresa fue doble, pues la lluvia matinal y los negros nubarrones que se ceñían sobre Larraga no animaban a lanzarse a una tarde de toros.
Pero el tirón del apellido Hermoso de Mendoza sigue logrando hitos como el que en la localidad se celebrase con éxito el primer festejo con lidia y muerte del Siglo XXI a estas alturas del año.
El clan Hermoso se desplazó a Larraga en masa, y tras dos años sin pisar en público plazas navarras, tomaron la tarde de ayer como la fiesta anual dos veces aplazada por los años de la pandemia.
Aunque la semana vino precedida por la Puerta del Príncipe de Guillermo en Sevilla, el éxito más rotundo vino ayer de la mano del patriarca. Pablo sorteó en tercer lugar a un toro de Rosa Rodrigues de muchos pies con el que vibró la plaza desde que lo parara a lomos de Alquimista.
Pablo vio pronto las condiciones del animal y tras clavar un rejón de castigo fue raudo a por Berlín, con quien protagonizaría todo el tercio de banderillas. El toreo a dos pistas, las hermosinas, los quiebros fueron seguidos con animación por el público ragués que llegó a ponerse en pie con las pasadas por dentro del centauro de Estella.
El cinqueño portugués continuaba con su galope y Pablo disfrutaba con su último toro de la temporada a la vez que metía presión a la actuación posterior de Guillermo. El patriarca, en el ruedo, es de los que no hacen prisioneros. Tras poner dos cortas con Ilusión clavó un efectivo rejón de muerte tras el que vendría la concesión de un rabo y la vuelta al ruedo postrera del toro.
Guillermo venía de estar bien con su primero. El diapasón de su actuación se había disparado a lomos de Índico pisando terrenos comprometidos con banderillas de frente y quiebros de alto voltaje. Había marrado una vez con el rejón de muerte pero con el descabello estuvo mejor que Roberto Domínguez.
Salió el cuarto, tras la apoteosis paterna y el toro no se mostraba claro, ora corría de punta a punta de la plaza, ora se derrumbaba. La lluvia había hecho acto de presencia y parecía que se fuera a torcer la suerte de la tarde. Un certero rejón de castigo a lomos de Jíbaro precedió a una seria actuación con Ecuador donde el delfín de los Hermoso se trajo muy cerca al toro de Rosa Rodrigues. Tras tres rosas y un par a dos manos con Esencial, su caballo talismán del último tercio, Guillermo tumbó a la segunda al toro , que tardaría en rodar unos segundos.
La tarde terminó con los protagonistas a hombros y la genialidad de Pablo Hermoso como colofón, sacando él a hombros a Enrique Ezquerro, aficionado de Aldeanueva y partidario de Guillermo Hermoso de Mendoza.
Ganado
Cuatro toros cinqueños de Rosa Rodrigues desmochados reglamentariamente. El 1º resultó muy parado, destacaron 2º y 3º que recibió la vuelta al ruedo.
REJONEADORES
Pablo Hermoso de Mendoza 2 orejas y 2 orejas y rabo. Guillermo Hermoso de Mendoza 1 oreja y 2 orejas.
PRESIDENCIA
A cargo de Carlos Suescun Sotés asesorado por Francisco Sagardía en el terreno artístico y Jesús Miguel Blanco en el veterinario. Estuvieron acertados.
incidencias
Lleno en el primer festejo celebrado en Navarra sin aforo Covid. Plaza de Toros portátil de Larraga, festejo celebrado tras la caída de abundante lluvia durante la mañana y un fino calabobos a partir del tercer toro. La música para amenizar el festejo corrió a cargo de un equipo estéreo. Pablo y Guillermo Hermoso de Mendoza salieron a hombros.
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