viernes, 15 de mayo de 2020

Hay que seguir luchando


Actualización 15.05.20
Otro ejemplo más de lo que, según Esporrin, hemos avanzado:
Vuelven a autorizar que unas 300 personas se concentren en Pamplona para apoyar a un asesino de ETA.

Cuando, con motivo del 22º Aniversario del asesinato de Tomás Caballero, Asirón (Bildu) no dio su apoyo al tercer punto de la declaración en el que se califica a ETA de "banda terrorista", Maite Esporrín (PSN), que parece ataviada con el don de la inoportunidad, aseguró que "sería injusto negar todo lo que hemos avanzado (?) en democracia y convivencia desde la derrota de ETA".
¿Derrota de ETA? Sólo militar (que no es poco). Política y socialmente ETA sigue vivita y coleando.
Al día siguiente, recogí lo sucedido en ese pleno del Ayuntamiento y, entre otras, lo publiqué en una de esas páginas de Facebook, que usan el nombre de Pamplona o Navarra sólo como cebo para incautos, y -sin que los administradores dijeran ni Pamplona- me soltaron esta perla:
"Y si a María (Caballero) no le gusta, ke se kede en casa".
Esto es, Esporrín, todo lo que hemos avanzado.
Fernando Savater, tras la muerte de Jose Mari Calleja, "un amigo que fue camarada de trincheras en muchas batallas necesarias", te va a poner, Esporrín, algún ejemplo más de "todo lo que hemos avanzado en democracia y convivencia".
¿No será que necesitáis desesperadamente justificar que los habéis hecho "socios preferentes" y que gobernáis gracias a sus votos? Lo que vulgarmente se llama "blanquear a ETA".


Posguerra                                                                                                           por Fernando Savate
Derrotamos la arrogancia militar de ETA, lo que no fue poco ni fácil, pero el paisaje aún tiene demasiados nubarrones oscuros 
Tras la muerte de un amigo que fue camarada de trincheras en muchas batallas necesarias, como Jose Mari Calleja, para mí es obligado repasar el resultado de aquella guerra, de lo ganado y lo perdido. Siempre hay muchos frentes y nunca se vence en todos. Es cierto que derrotamos la arrogancia militar de ETA, lo que no fue poco ni fácil, pero el paisaje aún tiene demasiados nubarrones oscuros. El objetivo político del terrorismo era el aniquilamiento cívico de quienes se opusieron resueltamente al separatismo y eso en parte les fue concedido como premio a su renuncia forzosa a las armas. 
Hoy, un nuevo Jose Mari Calleja nunca podría ser presentador de un informativo en ETB, donde prosperan tipos deleznables como Xabier Lapitz. 
Y en la UPV se niega el título de “emérito”, en otras ocasiones concedido casi automáticamente a cualquier profesor mediano, a figuras tan valiosas y valientes como Aurelio Arteta o ahora Francisco Llera, fundador del Departamento de Políticas y director del Euskobarómetro desde 1995. Dos académicos de méritos sobrados, pero, ay, también marcados a fuego por su clara denuncia del terrorismo separatista. 
En el caso del profesor Llera son sus compañeros de departamento los que le han negado su anuencia, preceptiva para el nombramiento. El resultado de la votación merece grabarse en mármol: 
-un voto a favor, 
-dos en contra y 
-doce abstenciones. 
Es el tanteo oficial del marcador de la decencia en Euskadi, antes y ahora. 
Y no solo allí: quien quiera conocer otros casos del mismo virus debe leer Equidistantes exquisitos (Ediciones Hildy), de Antonio Robles. 
Comprendo que es una mala noticia, pero hay que seguir luchando. No nos permitimos ayer el miedo ni ahora debemos acunarnos en la esperanza, porque son solo ganas de descansar.

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