Berriozar: un aldabonazo a la conciencia

Esta vez no vino Ainhoa Aznárez. Y tampoco se le echó en falta. Ni siquiera por el morbo de apostar con qué otra mentira (“etarra, hija de puta, vete de aquí”) nos saldría. En algunos medios –que no llegan ni a la mitad de un cuarto de lo que es un periódico- se nos puso a los asistentes de vuelta y medía: fascistas, ultras, extrema derecha…

Esta vez ha venido Ana Ollo. Y ha oído lo que tenía que oír. Sin insultos. Ni suaves (¡sinvergüenza!) ni de grueso calibre.

Pero, en vez de venir a Berriozar a dar clases de cómo hay que pasar página para “normalizar, de una vez por todas, la situación” (como hizo Aznárez), ha preferido no responder a las críticas: “Hoy no es el día de responder. Es un día de homenaje, de recuerdo”.

Ana Ollo no ha tenido tampoco el mal gusto que tuvo Uxue Barcos de decirle a una víctima –María José Rama, la viuda de Carlos Beiro- que ella tenía "la conciencia muy tranquila".

Ana Ollo ni siquiera ha intentado (al menos, en público) saludar a Rosalía y a sus hijos. Me imagino que por no forzar la situación. Ha oído las críticas al Gobierno. Ha oído el Himno Nacional. Y se ha ido.

Como tiene que ser. Quien quiera venir a Berriozar, ya sabe lo que hay. No queda otra que escuchar (o al menos oír con respeto) la voz de las víctimas. Como dice Dulanz, "un aldabonazo a la conciencia"
A la conciencia incluso de quien dice tenerla tranquila

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BLANCO SOBRE NEGRO

 Dulanz

LA DIGNIDAD COLGADA DE UNA FAROLA

Es como para llorar.

Los vecinos que organizan el acto anual en recuerdo del subteniente Casanova, asesinado por la banda terrorista ETA en Berriozar hace 16 años, se las tienen que ingeniar para poder homenajearlo en condiciones.

El ayuntamiento, en manos de Bildu, con el apoyo de Geroa Bai, denegó hace poco más de un mes el permiso para colocar una placa para recordar a esta víctima de ETA.

Y los vecinos tuvieron ayer que colocar, por su cuenta, su particular placa, en un sencillo acto, junto a los ediles de UPN y PSN. Un precario latón colgado de una farola y cincelado de pura humanidad y de dignidad.

Una situación patética en la Navarra de 2016.

Mucha dirección general de Paz y Convivencia en el Gobierno foral y todavía estamos así.

La consejera Ana Ollo, junto a su director general, esta vez sí estuvo en el homenaje de la tarde, como es su obligación y por muy crítico que sea el acto.

Un lugar para encontrarse con la verdad desnuda de las víctimas del terrorismo. Un aldabonazo a la conciencia.