No creo que nadie me llame exagerao, si digo que el encierro es el espectáculo más breve y concurrido (como participante, como espectador en la calle, televisión o internet) del mundo, o si, además, concreto que, de todo el recorrido, el lugar más emocionante es el Callejón.
El Callejón es el canal del parto del Encierro. Por eso, todo el que pasa por él, con la luz cegadora del sol por delante y la negra sombra de los toros detrás, entra exultante, a veces brazos en alto, en un gesto inmenso de liberación.
Si el Callejón tuviera el don de la palabra, nos hablaría de emociones sin límite: desde el pánico hasta la euforia. Hablaría de cornadas y de montones, de actitudes suicidas, de miedos, de héroes, de 'sálvese quien pueda', de solidaridad hacia el que no conoces, de íntimas satisfacciones compartidas con quienes también compartes el miedo.
Hace unos meses, buscando imágenes de los encierros de 1961, encontré la que, para mí, es la mejor foto del Encierro. No hablo de calidad técnica, sino fotográfica. Hablo de lo que es expresar un estado de ánimo. Por supuesto, es en el Callejón, entrando ya en el ruedo. Apareció en Actualidad Española, el 03.08.61, en el nº 500. Un único toro y un único mozo. El toro, atraído como un iman por la querencia de chiqueros, se ha desentendido del mozo y hasta parece aceptar su compañía. El mozo, perfectamente consciente de ser protagonista de una situación única, intenta que se eternice, y con una bonita zancada lo acompaña sin poder evitar alzar los brazos -periódico en mano- y hasta extendiendo los dedos, en un gesto de suprema felicidad: en ese momento es Dios.
Esto sólo puede suceder en el Callejón, en el momento de entrar en meta, digo en el ruedo.
¡Benditas gateras! |
Pues bien, ayer me di cuenta de que Google Maps, te permite entrar en la Plaza de Toros de Pamplona. Te abre las puertas del Callejón y puedes detenerte en todos los detalles: las gateras, que se hicieron tras el montón de 1975, en aquel trágico encierro en el que murió Gregorio, justo donde la puerta encaja en el hueco de la pared. Unas vistas de una calidad increíble de la Plaza.
Quiero agradecer a Maps y a la Casa de Misericordia (supongo que les habrán dado, de mil amores, el permiso) el detalle que han tenido de poner al alcance de todo el mundo estos lugares tan emblemáticos de Pamplona y de su universal Encierro.
Con esas imágenes, acompañados de "Clarín de fiestas", de Manuel Turrillas, vamos a pasear despaciosamente por el Callejón y por el ruedo en este vídeo que os he cocinado con todo cariño para que lo disfrutéis a toda pantalla.
Me encantaría que sintieráis, siquiera un poco, esa euforia que demuestra el mozo de la foto de Actualidad Española.
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