jueves, 28 de abril de 2022

José Martínez de Ubago, antes y tras el 36

José y Rosa vivieron una pasión en la Pamplona de 1900
Si Rosa Oteiza no hubiera sido discreta, José Martínez de Ubago no habría sido arquitecto diocesano ni alcalde de San Sebastián ni se le habría permitido volver a España tras la Guerra Civil.

Se casó en San Sebastián el 1 de abril de 1923 con María Concepción Aguado Guerrero (Burdeos, 1902), que residía en la bella Easo.
José Mtnez de Ubago
En febrero de 1930 ingresó en los rotarios y a principios de 1933 era aprendiz, con el nombre simbólico de "Miravalles", de la Logia "Altuna" núm. 15 de San Sebastián. Ya en julio del año siguiente la Asamblea de la Logia lo sentenció a darse de baja.
Perteneció al Partido Radical, de cuyo comité local de San Sebastián fue presidente. En 1932 sus correligionarios donostiarras le ofrecieron un homenaje al que se sumó el Centro Republicano Radical de Pamplona.
En las elecciones generales de noviembre de 1933 concurrió por Navarra en la candidatura del Partido Radical, cuyos cinco miembros lograron una media de 5.168 votos, el 3,4% del total, mientras él consiguió 4.248.
Del 9 abril de 1935 al 4 de enero de 1936 fue alcalde de San Sebastián.
En agosto de 1935 todos los concejales del Ayuntamiento y los gestores provinciales pidieron que se le concediera la Orden de la República.

Ángel G.-Sanz Marcotegui
García-Sanz: "Sobre sus vicisitudes posteriores hasta su muerte en 1953 véase la obra citada en la nota 2".Nota 2 García Sanz: "Comencé a hacerlo en El exilio republicano navarro de 1939, pp. 501-509", libro del que es Coordinador. 
De momento no he conseguido acceder a dichas páginas.
Pierdo su pista a partir de esas fechas, pero he encontrado un dato muy inquietante en "El comienzo de la Guerra Civil en Euskadi":

DOCUMENTO Nº 24
Telegrama de salida. Por cable (Francia). Diplomacia París. Nº 872-873. 26 de julio de 1936. (CADN, Madrid. Ambassade, serie B, legajo 167).
Según me han dicho durante estas últimas noches se han llevado a cabo “ejecuciones” clandestinas en San Sebastián47. Individuos que se dice pertenecen a los medios anarcosindicalistas (¿) se habrían presentado en las domicilios de diversas personalidades españolas, entre ellas un nacionalista vasco conocido, y las habrían asesinado. Parece ser que en estos momentos el mismo peligro amenaza a un antiguo alcalde y a un antiguo teniente de alcalde, ambos republicanos dicho sea de paso, el arquitecto Martínez Ubago y el escritor Melgarejo, ambos grandes amigos de nuestro país. Desgraciadamente tengo la impresión de que los poderes públicos siguen sin ser capaces de prevenir estos asesinatos.
Jean Herbette, en 1924

Está claro que si estos crímenes (que recuerdan singularmente la muerte de Calvo Sotelo) continúan, la causa del Frente Popular español sufrirá muy graves perjuicios ante la opinión pública del mundo entero y que particularmente se elevarán numerosas voces en Francia para denunciar la impotencia del Gobierno español, la anarquía de las regiones que le son fieles y la catástrofe a la que –se dirá– es inevitablemente conducido por sus complicidades con los terroristas.
Me permito pues pensar que sería urgente llamar la atención de la embajada de España en París y sobre todo la de los dos enviados españoles que han debido de llegar de San Sebastián, el señor Liceaga y García Larrache, sobre la imposibilidad en la que se encontraría el Gobierno francés para facilitar o incluso tolerar ningún abastecimiento ni crédito a las autoridades españolas en el caso de que crímenes análogos a los que acabo de mencionar se vuelvan a producir como consecuencia de la pasividad o impotencia de los poderes públicos. Los nombres de las dos personas que he señalado como amenazadas actualmente podrían ser citadas en los contactos y podríamos aconsejar a las autoridades españolas que permitiesen a los interesados –que no desarrollan ninguna actividad política- pasar a Francia con sus familias. Pero al margen de estos dos casos que conozco, hay probablemente muchos otros y no solamente en San Sebastián. Sería igualmente urgente dar una vigorosa advertencia que no dejará de tener eco en los medios donde se organizan los crímenes.
Jean Herbette (periodista y embajador, 1878-1960)

Es razonable pensar que José pasara a Francia con su familia. Cuando en septiembre de 1936 los requetés tomaron San Sebastián, de estar allí José, habría tenido problemas (masón, anticlerical, ex alcalde...). Al terminar la guerra, desde Francia habría tanteado las posibilidades de volver y cuando le aseguraron que no habría represalias, habría vuelto.
Pero todo esto es una hipótesis sin documentación. Me falta confirmarlo.

Actualización 23.04.2022
Gracias a Manolo Martorell, historiador, he conseguido los datos que me faltaban:

San Sebastián 13-9-1936 
Tras la caída de San Sebastián en manos de los sublevados, gracias a la amistad del cónsul general de Francia pudo embarcarse en el puerto y llegar a Bayona. Permaneció aproximadamente unos tres años en el País Vasco-Francés (Itxassou y Biarritz) y después regresó a España.
Mientras tanto, el Juez Especial n° 1 de la Comisión de Incautación de Bienes de Guipúzcoa le había instruido un expediente para declarar su responsabilidad civil. 
En enero de 1938 el gobernador militar había remitido copia del título de masón al gobernador civil de la provincia y presidente de dicha Comisión para que lo uniese al expediente. Además, había dado cuenta de este envío al Delegado Nacional de Servicios Especiales de la Secretaría Particular de Franco. 
De todos modos, en 1942, a instancias del juez instructor del Juzgado núm. 1 del Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo, responsable del sumario n° 1004/42 seguido contra él, el Delegado del Estado para Recuperación de Documentos en Salamanca informó de que el documento de baja referido más arriba reunía todos las características de autenticidad. Probablemente esta circunstancia favoreció su regreso a España. 
Efectivamente, un año antes del 42, desde julio del 41 hasta diciembre del 44 hay varias referencias en la hemeroteca de DN de sus viajes de ida o vuelta de San Sebastián:
22/07/1941 A San Sebastián el arquitecto don José Martínez de Ubago con su esposa e hijos.
No obstante, en 1952, un año antes de su muerte, el director general de Seguridad del Estado se interesó por sus antecedentes masónicos.
Fallece en San Sebastián, en 1953, con 76 años.

Reflexiones
1935 Alcalde SS. Característico mechón
Sobre él:
Se ve que los instructores de expediente desconocían totalmente su pasado con Rosa Oteiza.
Cuando en el 38 unieron al expediente el título de masón, si hubieran conocido su pasado con la que posó para la estatua de los Fueros, le habrían permitido volver a España?
Antes, en 1935, ¿habría sido alcalde de San Sebastián?
Antes aún, en 1920, si hubiera trascendido el escándalo de la no-boda en Santa Engracia (Zaragoza), ¿la iglesia le habría nombrado "arquitecto diocesano" en Pamplona?
Sobre ella:
Todo ello significa que Rosa fue discreta y no lo denunció, aunque sí lo hizo en Santa Engracia. Por tanto, no le guardaba rencor.
Según el obituario y la esquela, ni viuda ni casada ni madre. ¿Cómo pudo consentir quedarse -al menos, oficialmente- sin hijos? ¿A qué presiones tuvo que ceder?

2 comentarios:

Lara Ubago dijo...

Muchas gracias por investigar sobre mi bisabuelo.
Sí...soy María Jesús Fernandez Martinez de Ubago ( mi abuelo era el primer hijo de Rosa y el arquitecto).
Yo sé que los hijos " crecieron en pensión" que pagaba el padre...pero también sé que Rosa fue durante años
comadrona en Rentería...o sea que no andaba lejos.
Posteriormente dio trabajo a mi abuelo como delineante en su estudio un tiempo, aunque no tuvo relación alguna con sus
nietos.
Mi abuelo decía que su madre murió joven...y no fue así.
Para mí es el misterio a descifrar en esta historia todavía.
También me gustaría ver una foto de ella de joven, pues la única que he
podido encontrar es una de muy mayor.

desolvidar dijo...

Gracias a ti, Lara, por seguir desentrañando los misterios que quedan por resolver.
Si eres Lara Ubago (Kabiro), Face, te mandé por Messenger un recado hace tres años y me extrañaba que no te dieras por enterada.
Gracias, pues, por haberlo hecho