"Me ha llegado por WhatsApp. No sé quién es pero es un CRACK. Gente así nos saca de esto. Seguro que alguien le conoce. Divulgación, empatía y sentido común. Es una maravilla. Vamos".
Así dice el tuit del intensivista Alberto García-Salido sobre la "actuación" de Jorge Prieto, el protagonista de un vídeo que subió a Twitter, que ha traspasado la pantalla de los principales informativos nacionales de TV y se ha convertido en protagonista de todas las conversaciones en redes sociales, gracias a un discurso que no tiene nada que envidiar a ninguna campaña de vacunación.
Así lo contaba ayer el telediario del mediodía:
Jorge Prieto ha sido el mayor revulsivo frente a los sabotajes que sufrió el Zendal, inaugurado por Díaz Ayuso.
Pero Jorge es mucho más que este simpático vídeo con el que ha saltado a la fama. Pero gracias a él, he encontrado este artículo de Valentín Carrera en "Bierzo Diario" en el que se nos descubre que Jorge es, además, un escritor -‘La enfermería de emergencias’-, enamorado de su profesión de enfermero de urgencias y buen comunicador que sabe dar visibilidad a su trabajo.
“¡Por favor: Mírame, no lo hagas!” (02/12/2019) VALENTÍN CARRERA
[LETRAS BERCIANAS] Jorge Prieto enciende «luces que iluminan sombras de enfermedad» en ‘La enfermería de emergencias’
La llegada a tiempo, el azar, la providencia, la voluntad de servir, la urgencia de la sirena parpadeando, la amenaza de la muerte en solo un instante, la delgada línea que separa la tristeza de la alegría, la lucha por la vida: esta es la materia emocional con la que el novísimo escritor berciano Jorge Prieto se adentra en el terreno difícil del relato corto. Y sale airoso del reto.
Jorge Prieto González (Madrid, 1995), “aunque a él le gusta decir que es de Ponferrada, la tierra de sus padres y sus abuelos”, es el autor de La enfermería de emergencias, un libro iluminador, 50 relatos breves para pensar, “luces que iluminan sombras de enfermedad”, publicado por Editorial Círculo Rojo.
El libro es el fruto de la experiencia personal de Jorge como enfermero, voluntario de Protección Civil, y sobre todo, cuidador de vidas ajenas sin pereza: con hambre o con frío, de madrugada o a la hora de la siesta, si suena el móvil, el timbre o la emisora de urgencias, Jorge responde a la llamada con la desenvoltura de quien lleva en el ADN una carga adicional de alegría y esperanza. Y eso, salva vidas.
Los cincuenta relatos reunidos en La enfermería de emergencias surgen del día a día, pero este libro ―un poco desaliñado― es solo una primera entrega que anuncia nuevas reflexiones y vivencias, quizás más reposadas, si es que puede tener reposo un escritor de 24 años, al que le hierve la vocación enfermera.
Aunque rabiosamente joven, Jorge Prieto González atesora ya un intenso currículum: estudios de Derecho, Criminología y Enfermería; voluntario en Protección Civil en San Sebastián de los Reyes y en el SAMUR, en la unidad de cuidados paliativos, y desde hace meses en las unidades de Soporte Vital Avanzado Enfermero en Palma de Mallorca. “Enfermero de urgencias y emergencias, en aprendizaje continuo, buscando la excelencia de los cuidados enfermeros”.
Y eso es lo que relata con sensibilidad delicada y la frescura de quien no lleva a cuestas la pesada mochila de la hipocresía o del egoísmo: cómo salva a un joven a punto de suicidarse en el puente de Segovia con un “¡Por favor: Mírame, no lo hagas!”, que suena a súplica y a invitación a vivir. “La vida en un minuto”.
O su cabreo cuando el servicio de urgencias es llamado para una falsa urgencia, un imprudente que ha bebido demás y los amigos pasan, o una señora maleducada que pretende saltarse la cola.
¿Qué es la muerte?, se pregunta el joven autor, y responde con una carga de profundidad ética y filosófica: “Para mí no es más que el final de la vida”. Y luego da la vuelta al razonamiento, mirando a la vida de frente: “Pero, ¿cuánta gente está muerta en vida?”. Un libro para pensar.
Los lectores de La enfermería de emergencias se sorprenderán de la facilidad con la que Jorge Prieto maneja el lenguaje técnico, el argot del gremio: “Código IAM, canalizo una vía, segmento ST, bloqueo de rama derecha, morfina y nitratos, DIR, Central de sierra 3, bomba de perfusión, maniobras de RCP, le he puesto una i-gel y voy a meterle un 7,5, Delta en 2.1., descarga con el DESA…”.
Enérgico ante los casos de violencia de género que le tocan en suerte, “Os queremos vivas”; codo con codo con otros cuerpos de seguridad, “Chicos, respira y tiene pulso”; o maravillado ante el milagro del día: un desesperado que se tira a las vías del metro con tan mala suerte que el tren le pasa por encima sin arrollarle. “De un salto accedimos a las vías, no había imaginado la altura que hay. Paciente consciente y colaborador. Al tablero y fuera de las vías”. O la mirada triste del perro que no ataca a los enfermeros y se queda quieto cuando ve cómo sacan en camilla a su dueño.
Nos sorprende también la sensibilidad del autor para captar lo que Sebastiá Serrano llama, en un libro imprescindible, El regalo de la comunicación: ¡Desnúdese! dicen en urgencias a la paciente, una médica que se ha caído de la bicicleta y se ha clavado el manillar en la pelvis. ¡Desnúdese: “No somos conscientes ―confiesa la doctora a Jorge―, pero estar del otro lado me ha hecho pensar en que muchas veces actuamos sin pensar en el paciente, lo he descubierto cuando me han desnudado”.
Sí, definitivamente, este joven enfermero y escritor posee el don, el regalo de la buena comunicación, la empatía de quien sabe escuchar en situaciones desesperadas. Y por eso intuyo que este primer libro es el comienzo de una carrera profesional apasionante. Jorge Prieto González se ha propuesto no solo ser un buen enfermero, sino poner sus dotes de comunicador al servicio de la enfermería de urgencias, dar visibilidad a un trabajo impagable. A partir de ahora, y a la espera de su segundo libro, síganle en las redes, @emergencia_112 en Instagram y Emergencias en Facebook. Un «pollito» asustado y decidido que cuando se pone el chaleco y el fonendo trata a la vida y a la muerte de tú a tú.
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