La escultura de Marino Amaya en 2008 (Foto CALLEJA). El pedestal hoy (Foto J.M.Muruzábal) |
"Marino Amaya (Astorga, 1927) realizó sus primeras esculturas en el campo, mientras cuidaba las ovejas...". Perros y gatos abandonados, recogidos por el escultor, formaron parte importante de su vida y de su obra. Pero son las esculturas de la mujer y de los niños las que adorna(ba)n dos plazas de Pamplona: Ezcaba y Primero de Mayo.
Desgraciadamente, a esta última acabaremos llamándola....
La plaza del pedestal vacío
Uno, que lleva muchos años dedicado a la historia del arte navarro y al estudio de la escultura pública de nuestra Comunidad, recuerda que ese pedestal tuvo en su día una escultura. Aún puede verse encima del pedestal vacío el arranque de dicha escultura. Dicha plaza llevó el nombre, anteriormente, de Plaza Elberdín (busca Elberdín) y en su inauguración se ubicó, encima de dicho pedestal hoy vacío, una escultura del autor Marino Amaya representando unos niños.
En el pedestal, sobre el que está la base de la escultura, aún puede leerse el nombre del citado escultor. Guardo un recorte del Diario de Navarra, de hace bastantes años, en que aparece fotografiada la escultura en su pedestal.
Me permito solicitar de
nuestro Ayuntamiento que recupere dicha escultura (espero que la
hayan guardado arrinconada en cualquier almacén municipal) y la
reubiquen en su pedestal. Entiendo que dicha labor costaría poco
dinero y contribuiría, sin duda, a embellecer y servir de ornato a
ese agradable rincón, ubicado detrás del antiguo colegio de la
Salesianas y junto al centro escolar Bernat Etxepare. Si además de
la escultura se logra adecentar un poco el pequeño jardín en que se
localiza el pedestal, aún mejor.
Sé que nuestro Ayuntamiento tiene cosas mucho más importantes en que ocuparse, pero estos pequeños detalles, buenos para la cultura, cuestan poco y los amantes del arte y de la escultura seguro que lo agradecerán.
Sé que nuestro Ayuntamiento tiene cosas mucho más importantes en que ocuparse, pero estos pequeños detalles, buenos para la cultura, cuestan poco y los amantes del arte y de la escultura seguro que lo agradecerán.
Se ha hablado muchas
veces de cuidar el patrimonio escultórico de nuestra ciudad, que es
muy rico. Pamplona tiene la suerte de contar con un número de obras
muy importante. Son mucho más escasas las obras situadas en los
barrios periféricos, como es el caso de esta escultura de que
hablamos. Por ese mismo motivo deberíamos cuidar más dichas obras.
Tener un pedestal vacío, sin la escultura, y descuidado, acaba dando
sensación de abandono; lleva así muchos años. Además, entiendo
que es obligación de dicha entidad velar por el patrimonio cultural
y estético de la ciudad. ¡A ver si hay suerte!
JOSÉ Mª MURUZÁBAL DEL
SOLAR, HISTORIADOR DEL ARTE NAVARRO
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