Es un enorme placer que lo que en su día no dejaron hacer desde la oposición, hoy se vean obligados a hacerlo, aunque sea a regañadientes, desde el gobierno.
La Beaumont tiene que estar que se sube por las paredes... ¡de la presa!
BEAUMONT Y LAS TONTERÍAS
LA VENTANA Germán Ulzurrun
La consejera de Interior, María
José Beaumont, se ha presentado como un auténtico perito en cualificar tonterías.
Como
responsable de la Policía Foral, no los tiene ni contentos porque no llegan siquiera a garantizar la seguridad de un partido de fútbol en El Sadar, le
repatea que los jueces ordenen que el expresidente Del Burgo lleve escolta, porque la bobada -¡ay, si hubiese sido ella la amenazada!-, cuesta 128.000 euros,
mientras que una contravigilancia queda en 15.000. Valoremos, pues, con la misma pauta de tan ilustre cargo, otros dispendios chorrones nada baratos.
El gobierno de Barcos dice ahora -“la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida”…-, que Itoiz es la mejor opción para garantizar el suministro de agua.
Porque la gente de hoy bebe, cocina, lava la ropa más de dos veces al año, sin bajar al río, y se ducha en casa con champú, lo cual hasta mediados del XX constituía una rareza, porque entonces restregarse los sobacos ante una jofaina y usar cepillo de dientes era propio de afeminados.
De modo que, en conexión con las mejores tradiciones tardomedievales, en los años 70, cuando Beaumont estudiaba Derecho con beca pública en la Universidad del Opus -extravagancia impropia de una progre-, surgió un movimiento contra los embalses bajo el lema insolidario de “el agua, p’al que le llueve”, en el que un grifo quedaba cerrado ante una bandera roja y gualda tachada.
Feaumont en 2003 |
¿Dónde invirtió Beaumont curiosamente las rentas del trabajo? En comprar una casita en su pueblo, Artieda, aguas abajo del Irati; en zona catastrófica si se cumplen sus pronósticos funestos. Menuda tontería gastar los ahorros en algo que la riada pueda arramplar.
Desde luego que esta mujer es toda una experta en sandeces. Lo tiene acreditado
Itoiz-Canal: el tiempo da y quita razones
Javier Esparza Abaurrea
Hemos conocido de manos del Gobierno de
Navarra que van a continuar con el proyecto Itoiz-Canal de Navarra y van a
desarrollar la segunda fase para que el agua llegue a la Ribera.
La decisión supone una muy buena noticia
para el progreso de Navarra y para el futuro de la Ribera.
Supone también el reconocimiento a todas
las personas que hemos apostado desde siempre por este proyecto, que lo hemos defendido
e impulsado por considerarlo vital para esta tierra.
E implica, al mismo tiempo, el reconocimiento
expreso de que estaban equivocados quienes se opusieron desde el minuto uno.
Poco a poco, el tiempo va poniendo a todo
el mundo en su lugar.
Hoy, más allá de acordarme de los
partidos políticos y organizaciones que lo apoyaron desde sus inicios, vienen a
mi memoria aquellas personas, en ocasiones desconocidas para la inmensa mayoría
de la sociedad, a quienes debemos nuestra gratitud por haber sido capaces de
defender este proyecto en los momentos duros, en los más difíciles.
Puedo asegurar que los hubo. Muy duros.
Hicieron su trabajo bajo una presión
feroz de la izquierda abertzale, con amenazas y riesgo de sus propias vidas.
Defendieron este proyecto bajo una
enorme coacción social en las localidades afectadas por el embalse.
Lo hicieron entre pintadas, panfletos difamatorios,
intentos de aislamiento social, insultos y agresiones.
Cada una de esas personas defendió a
capa y espada el impulso de toda Navarra y de sus pueblos, por convicción, con
una enorme responsabilidad, pensando en el futuro y el desarrollo de otras
zonas de Navarra, con una tremenda generosidad personal.
La oposición a Itoiz-Canal de Navarra
fue dura y constante desde sus inicios y a lo largo de todo el proceso.
Repleta de mentiras para lograr paralizar
el proyecto. La viví muy de cerca durante la etapa en
la que fui alcalde de Aoiz:
- Recuerdo que en sus inicios decían que la población de buitres (especie protegida) iba a desaparecer por las obras del embalse. Y, sin embargo, creció.
- Recuerdo que insistían en que el agua no era para los navarros. Y hoy en muchas localidades de Navarra regamos y bebemos de Itoiz.
- Recuerdo que mantenían que el Canal no se iba a hacer. El Canal está hecho en una parte y la obra continúa.
- Recuerdo que jugaron con el miedo de la gente afirmando que la presa se iba a caer en cuanto se llenara. Y ahí sigue, en pie y sin un solo problema.
- Recuerdo que dijeron que no generaba actividad económica y desarrollo, que era una ruina. En la actualidad vemos cómo genera empleo y retornos económicos.
Bellaumont (¡cómo mejora el poder!) en su baño nocturno en Itoiz |
Después de todo lo que se dijo, el
Gobierno admite que el desarrollo de Navarra y su futuro pasa por terminar el
Canal.
Por eso, sería el momento de pedir
responsabilidades. Responsabilidades políticas por los retrasos que algunos
generaron, por los sobrecostos que forzaron y, lo más importante,
responsabilidades éticas por todo lo que mintieron y difamaron.
Responsabilidades por su miserable actuación.
Hoy sería el momento de que pidieran
perdón por todo el daño causado, por haber roto la convivencia en nuestros
pueblos, por haber dividido a familias con mentiras y más mentiras.
Momentos de soledad, de incomprensión, de
amenaza, de miedo, de tensión, pero siempre se supo estar defendiendo lo que se
creía bueno para Navarra.
No voy a dar el nombre de todas esas
personas, algunas han fallecido y desde el cielo sonreirán al leer estas
líneas, otras se reconocerán en este artículo, pero sí quiero terminar diciéndoles
que ha sido un honor haberlas conocido, haber trabajado con ellas, haber
compartido todos esos momentos. Lo cierto es que lo pusieron muy difícil, a algunos
nos hicieron pagar un peaje personal altísimo.
Representan la fortaleza, la valentía, las
convicciones y los principios propios de esta tierra para defender lo que
pensamos, la libertad y la apuesta por una Navarra mejor para todos.
La sociedad navarra está en deuda con
todos vosotros. Una manera sencilla de saldarla, al menos en parte, es no olvidar
y contar esta historia tal y como fue para colocaros donde os merecéis y que
nadie lo olvide.
Desde UPN nos empeñaremos en ello. Y trabajaremos para que la decisión del Gobierno no quede en una mera declaración de
intenciones y para que la llegada del agua del Canal de Navarra a la Ribera
sea una realidad que veamos lo antes posible.
Javier Esparza Abaurrea es presidente de
UPN
1 comentario:
!Que maravilla! Don Patxi, que no tendrá esa agua de Itoiz, capaz de convertir en bella a cualquier mortal femenina. Seguro que cuando llegue a la Ribera se alegrarán.
Lo de los que se oponían al pantano ,me recuerdan aquellos lugareños que se oponían a que el ferrocarril pasara por sus tierras porque morirían los animales, no decían nada de los buitres, o sus cultivos. Bueno, algunos no tan lugareños, es sorprendente que mentes consideradas privilegiadas lo creían un riesgo.
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