domingo, 15 de diciembre de 2024

Navarra 1936: Católica, tradicionalista y de derechas

19 de julio 1936. Foto de los primeros voluntarios requetés que se presentaron en Pamplona, provenientes de toda Navarra. "Algunos uniformados, los más sin uniforme, en mangas de camisa, pero con boinas rojas. Sin armas, mas con una fe y entusiasmo capaz de vencer a un ejército.” Premín de Iruña
Hace unos días, en un grupo de Facebook, ante un titular de "Tropas del ejército sublevado camino del frente norte", un miembro matizaba: "Sublevado y golpista!!". Y entonces otro miembro le mandó un enlace con todos los "sublevados y golpistas" de su mismo apellido. No tuvo más remedio que tomárselo bien porque habría visto en la larga lista unos cuantos parientes.
Y es que Navarra en 1936 era abrumadoramente católica, tradicionalista y de derechas. Y cuanto más al norte, más de derechas. Tudela, al Sur, fue la única ciudad donde el Frente Popular consiguió la victoria en las Elecciones a Compromisarios para la elección del Presidente de la República, que tuvieron lugar el 26 de abril de 1936.
No llores, madre cristiana, porque a la guerra tus hijos van
qué importa que el cuerpo muera, si el alma va a la Eternidad
(Canción carlista escuchada a mi madre)

La Navarra abrumadoramente católica, tradicionalista y de derechas que reflejan las últimas elecciones antes de la Guerra Civil
Navarra no era en 1936 tal y como ahora tratan de presentárnosla. No lo era España y tampoco lo era Navarra, pero en el caso de Navarra más claramente todavía. Es decir, parece que en Navarra había cuatro locos alineados con el alzamiento y una mayoría izquierdista que fue reprimida. Por un lado se trata por parte del discurso dominante de dibujar una Navarra de la que de algún modo la Navarra «progresista» actual sería una mera continuidad, y por otro de poder presentarse hoy sus partidarios como los descendientes de aquellos navarros oprimidos frente a los descendientes de aquellos navarros opresores minoritarios. La realidad sin embargo nos depara alguna sorpresa respecto al discurso oficial.
Un grupo de Margaritas apoyadas por más gente sacaron
la primera bandera rojigualda a la calle en Pamplona el
19 de Julio de 1936. Esta era precisamente la que les habían
regalado a los del Muthiko Alaiak en su gira por Pau, y
que juraron defender hasta morir. Pronto iban a hacerlo.
En la web de la Sociedad de Estudios Históricos de Navarra podemos encontrar un estudio muy significativo, firmado por José Luis Mañas Leache y Juan Pedro Urabayen Mihura, sobre las últimas elecciones celebradas en Navarra durante la Segunda República. Los resultados de esas elecciones, lógicamente, nos ofrecen un retrato significativo de la sociedad navarra en el momento justo anterior a la contienda. No se trata de las elecciones generales de febrero de 1936, sino de las Elecciones a Compromisarios para la elección del Presidente de la República, que tuvieron lugar el 26 de abril de 1936. Lo que sí cabe destacar es que los bloques que se presentaron a estas elecciones para medir sus fuerzas fueron el de izquierdas y el de derechas, mientras que el PNV se abstuvo de participar. Para no dejar de lado esta ausencia, recordemos que los que mostramos a continuación fueron los resultados de las Elecciones Generales en Navarra en febrero del 36. Como puede apreciarse, el bloque de derechas era muy mayoritario, superior al 60% de los votos, incluso sin el PNV. Con el PNV, el bloque derechista llegaba al 74% del electorado, y el bloque izquierdista se quedaba en un 26% de los votos. Esta era la Navarra real anterior a la Guerra, ahora que todo el mundo reniega de sus ancestros nacionales, ahora que parece que no había nadie que fuera partidario del bando nacional, o ahora que parece que todo el mundo es nieto o bisnieto de la Pasionaria y que nadie es descendiente de familia nacional. 
He aquí sin embargo la realidad.
Volvamos sin embargo a los resultados de esas otras elecciones posteriores a compromisarios para la elección del presidente de la República. El Frente Popular obtuvo 25.425 votos, el 21,6%, mientras que el Bloque de Derechas consiguió 91.480 votos, el 77,69%. Pero los detalles resultan todavía más chocantes y llamativos.
En lo que era el partido judicial de Pamplona, la derecha obtuvo el 84,63% de los votos frente al 13,67% de la izquierda. En Pamplona capital ganó la derecha con un 77,65% de los votos frente al 21,8% de la izquierda. Esto no es propaganda, es historia. Si su familia es “de Pamplona de toda la vida”, lo más probable es que sus ascendientes fueran partidarios del bando nacional. Pero no se detiene ahí la cosa.
Los resultados de la derecha son en general mejores cuanto más al norte y peores cuanto más al sur. De hecho, el mejor resultado que consigue la izquierda es en el Partido Judicial de Tudela, en el que no obstante pierde y sólo consigue el 39,04%. Eso sí, el Frente Popular consigue la victoria en Tudela ciudad, con un 52,5% de los votos.
Por lo que se refiere a la otras localidades importantes de la época, en Sangüesa venció el Bloque de la derecha con el 91,32% de los votos frente al 8% del Frente Popular, y en Estella la derecha ganó con el 89,3% de los votos frente al 9,7% de la izquierda. Por lo que se refiere a Tafalla, la derecha se impuso por el 71,8% de los votos frente al 27,4% izquierdista.
Merece la pena detenerse un momento en los resultados del partido judicial de Aoiz, donde la derecha obtuvo el 87,41% de los votos frente al 12,63% de la izquierda. Actualmente en Aoiz sólo Bildu presenta listas a las elecciones municipales. ¿Se creerán los votantes de Bildu en Aoiz que todos descienden de sólo ese 12,6% que votaba a la izquierda y que son los defensores de la memoria de sus ancestros? ¿Dónde queda por otro lado ese discurso de los vascos oprimidos por el franquismo? Navarra era una comunidad eminentemente tradicionalista, católica y conservadora que votaba en masa a la derecha, representando la izquierda apenas una cuarta parte de los votos. Todo lo demás es un bulo, ahora que tanto nos preocupa la memoria y la resginificación de los edificios.
Fuente: https://sehn.org.es/wp-content/uploads/2017/08/10925.pdf

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