viernes, 12 de junio de 2020

El silencio y la traición


El silencio y la traición
Hay que llamar a las cosas por su nombre. Los terroristas no son héroes, ni luchadores, ni soldados: son asesinos, y no merecen reconocimiento alguno por parte de la sociedad. Sólo deben esperar que caiga sobre ellos el peso de la ley. Es hora de que las instituciones, específicamente la Delegación de Gobierno en Navarra y la Consejería de Interior, hagan cumplir la ley y rompan con el ciclo de cartelería y propaganda a favor de ETA, una banda asesina, que sufrimos los fines de semana en la Plaza del Castillo y en el Casco Viejo de Pamplona. Se ha de hacer cumplir la ley y tomar medidas contra las reuniones ilegales, impedir lo que se debe impedir y multar a quien se deba multar.
Proetarras golpeando en la Plaza del Castillo
En Navarra y en el resto de España está creciendo la intolerancia, a la vez que los propios intolerantes cuestionan el derecho a la libertad de expresión de los demás. Los mismos que alaban a terroristas, acosan y llaman fascistas a los que critican a sus socios de gobierno. La polarización crece, ante la pasividad de algunos políticos. Y la polarización se retroalimenta, porque no se puede ser neutral entre un agresor y su víctima.
La inacción de las autoridades cuando consienten la propaganda y los actos a favor de los terroristas de ETA es una grave irresponsabilidad, ya que consiente que se siga causando daño a las víctimas y contribuye a atenazar la propia capacidad de reacción de los ciudadanos. Parece necesario recordar que, como afirmó Martin Luther King, “llega un momento en que el silencio es una traición”.
Patxi Ruiz, asesino y un cobarde, no un guerrero
La Unión Europea recomienda tipificar como delito el enaltecimiento de actos de terrorismo. Busca que se proteja a las víctimas de una nueva victimización derivada de la humillación, y de los ataques a su imagen provenientes de los agresores. Ningún asesino irredento puede ser considerado un héroe, ni sus víctimas pueden ser calificadas como fascistas. Por eso pide expresamente “que se prohíban homenajes a aquellos condenados por actividades terroristas en sentencia firme”.
La violencia política son todas esas acciones que se llevan a cabo contra otras personas por razón de sus ideas, y van desde la discriminación, la intimidación o el acoso, hasta la agresión y el asesinato. Pero incluye también la creación del “ecosistema moral” donde nacen esas acciones: la justificación de la violencia por razones políticas, la exaltación de los violentos, la celebración de sus acciones. No se puede aceptar ni justificar que se ponga en duda que hicieron mal.
Investiguen esas concentraciones
Una democracia no puede mirar hacia otro lado cuando se agrede y se discrimina por motivos políticos y se busca desprestigiar y desacreditar a quienes expresan sus ideas. Una democracia que no se defiende, que no es militante y que vive instalada en la pasividad corre el riesgo de desaparecer.
Sin embargo, una democracia activa y militante no tolera a los intolerantes, y utiliza todos los recursos del Estado de Derecho, a través de la ejecución de sus leyes, para desactivarlos. Y esto es precisamente lo que pedimos a las instituciones y autoridades de la Comunidad foral. La legislación española, a través de la Ley de Seguridad Ciudadana y de la Delegación de Gobierno, permite a las autoridades denegar autorización a manifestaciones o concentraciones si suponen un riesgo de delito, o para el orden público (entre otras cosas). También permite que, cuando se celebran pese a todo, se graben y documenten para identificar a los promotores y a los actores principales, que pueden ser multados con severidad.
Covite, al Gobierno: "no ceda al chantaje" de Patxi Ruiz
En Navarra llevamos tiempo viendo homenajes a miembros de ETA (los casos de Burlada aún están recientes, pero hay decenas). Estas semanas hemos vivido homenajes al asesino de un concejal de Pamplona, y colaborador con los que mataron a un militar en Berriozar.
Más allá de que sean inmorales, esas acciones son infracciones de la Ley de Seguridad Ciudadana que, en manos de personas supuestamente preocupadas por la libertad, la democracia y el cumplimiento de la ley, debería haber sido aplicada.
Esto es lo que pedimos las diferentes asociaciones y entidades civiles de Navarra que hemos suscrito la iniciativa #ViolenciaNO. Invitamos a la población navarra a respaldar esta iniciativa con su firma. Sin partidismos. Sin sesgos. No a la violencia política y a la apología del terrorismo en Pamplona y en Navarra. Es la hora de las instituciones y de las autoridades. Porque los terroristas solo merecen pagar por sus crímenes, conforme a la ley.
Miguel Cornejo (Asociación Cultural y Peña Sanferminera Pompaelo). 
Eduardo López Dóriga (Asociación por la Tolerancia). 
Juan García Vaquero (Asociación Cultural Doble 12). 
Elena Sola (Sociedad Civil Navarra). 
Pablo Camba (Club de los Viernes de Navarra). 
Maribel Vals (Vecinos de Paz). 
Julio Pomés (Fundación Civismo)

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