Zaragüeta 1929 Cucañas en la Plaza de la Constitución (hoy, Plaza del Castillo) |
Hoy, de la mano de Arazuri e Iriberri, vamos a desolvidar las cucañas.
Y al final, sorpresa: un vídeo de los SF de 1928, cucañas incluidas.
Cucaña. Origen de la palabra
1947 Zubieta y Retegui |
El País de Cucaña o La Cucaña es un país mitológico del que se hablaba en el medievo. En esa tierra, País de Jauja, no era preciso trabajar y los manjares -como el maná- venían del cielo. De ahí que las cucañas más habituales sean un palo vertical en cuyo extremo se colocaba algún premio. Había que subirse al palo y, si lo conseguías, bajar con el premio traído de ese maravilloso país.
La palabra cucaña parece provenir del italiano cuccagna. Y éste del latín coctus, participio del verbo coquere ("cocer").
Aunque su origen es antiquísimo, como pasatiempo, se inventó en el Reino de Nápoles, en el siglo XVI.
Cucañas pamplonesas
Los primeros datos nos dicen que comenzaron a colocarse tras las fiestas de San Fermín Chiquito de 1867. Después, durante las fiestas grandes de Pamplona, se instalaron cucañas en la plaza del Castillo entre 1883 y 1892. Los dos últimos años fueron trágicos, ya que en 1891 un joven de 16 años llamado Casiano Giménez murió tras caer al vacío como consecuencia de la rotura del palo de madera. Al año siguiente, otro muchacho (merece mucho la pena leer todo lo que dice de Pamplona; columna central, abajo) sufrió heridas de consideración por una caída de la cucaña giratoria, por lo que aquellos dos accidentes provocaron la supresión de este evento.
Durante 33 años no se pusieron cucañas, pero a partir de 1928 y hasta finales de los 1959-63 (yo las recuerdo de mocico en la Taconera) volvieron a colocarse en la Plaza del Castillo, Ensanche viejo, para terminar los Jardines de la Taconera.
En 1983 se colocaron en la Ciudadela con la intención de que fueran estables. Pero... no debieron de tener gran éxito: no hay noticias.
J.J. Arazuri (Hª SF)
Llámase cucaña al palo alto clavado en el suelo, untado con jabón o grasa, y en cuya punta o extremidad se coloca un premio para el primero que consiga alcanzarlo. El origen de la cucaña es napolitano y existen datos de su existencia desde el siglo XVI. Hasta nuestro genial Goya pintó dos cuadros de cucañas, uno perteneciente a la Galería Real de Berlín y otro a la colección del Duque de Montellano.
1945 ca. Taconera. (Martinez Gorraiz) |
Los primeros
datos que hemos encontrado de cucañas datan de 1867, en el que
durante las fiestas de San Fermín Chiquito se corrieron seis vacas
emboladas, colocándose después en el ruedo dos cucañas con premios
para los que consiguieron alcanzarlos.
En la Plaza de la Constitución
-más conocida como del Castillo- se instalaron también cucañas con
premios desde 1883 al 92, ambos inclusive. En 1882 se anunciaron pero
no se pusieron.
En 1891, a las cuatro y media de la tarde del día 9,
al llegar a alcanzar un muchacho el premio de la cucaña, en el
momento que el público aplaudía su agilidad y destreza, se rompió
el madero en su tercio superior, cayendo y muriendo a los pocos
minutos aquel pobre chico llamado Casiano Giménez, de 16 años, de
oficio churrero y natural de Cervera del Río Alhama.
Al año
siguiente, también un muchacho se cayó en la cucaña horizontal
produciéndose heridas de consideración, afortunadamente no
mortales. Ante aquellos dos accidentes la prensa pidió
insistentemente la supresión de aquel festejo.
1947 Foto Zubieta y Retegui |
Este fue el motivo por el que durante
treinta y seis años se suprimiesen las cucañas.
Con el tiempo se
olvidaron aquellas dos desgracias, y a partir de 1928 hasta 1951,
ambos inclusive, se volvieron a instalar cucañas, primero en la
Plaza del Castillo, después, un año en el Ensanche Viejo si mal no
recuerdo, para terminar en el salón lateral de los Jardines de la
Taconera, frente a la Plaza de las Recoletas.
Este año de 1983, el
Ayuntamiento piensa resucitar las cucañas, habiendo encargado a un
carpintero la construcción de unas nuevas.
Las nuevas cucañas, en el recinto de
la Ciudadela (25/10/1983) José Miguel Iriberri
Desaparecidas en los años cincuenta El juego de las cucañas, desaparecido
en los años cincuenta de la Taconera, ha recuperado su protagonismo
pamplonés en el recinto de le Ciudadela, junto a la Sala de Armas.
Desaparecieron como lo que eran, una parte del programa de los
Sanfermines. Y han vuelto con una característica nueva: ser un
juego para todo el año, más allá de la semana de fiestas. Los
mayores se han reencontrado con las cucañas un poco tarde. Los niños
las descubren como algo nuevo, poco visto en los libros y
confusamente contado, en todo caso, por los relatos familiares.
«Hágame usted unas cucañas...» Desde el siglo pasado, y sucesivamente en la Plaza del Castillo, el
Ensanche Viejo y la Taconera, las cucañas formaban parte del
programa de los Sanfermines. El último domicilio fue el de los
jardines de Taconera, junto a la esquina de San Lorenzo. Allí
colocaba el Ayuntamiento los palos o cucañas propiamente dichas y
los dos rodillos con listones de madera donde daban vuelta los
jóvenes antes de caer sobre los sacos de paja colocados debajo para
amortiguar los golpes.
1983 Cucañas en la Ciudadela Foto Mena |
No obstante, los golpes arreciaban, los sacos
desaparecían con relativa frecuencia y las cucañas envejecían. El
Ayuntamiento decidió desmontarlas para siempre y convertidas en
madera. Habrían de pasar más de treinta años hasta que un
concejal. Pedro Isturiz, llegara a la Casa Consistorial con la
propuesta de hacer unas cucañas nuevas. Y habrían de pasar cuatro
años más —justos los de un mandato— para que el Ayuntamiento decidiera encargar el trabajo a un carpintero.
Garaicoechea captó la idea municipal y ahí
están las cucañas, montadas en la Ciudadela, ahora ya de forma
permanente durante todo el año. Sólo hay un rodillo y el tiempo
dirá si merece la pena, o no, encargar otro. Y los sacos de paja
fueron sustituidos, muy al aire de los tiempos, por un enorme
«adoquín» de espuma.
Una historia luctuosa Hemos dicho que llevábamos más
de 30 años de Sanfermines sin cucañas. Y es curioso anotar que a
partir de 1893 también se registró un paréntesis festivo sin
cucañas de algo más de tres décadas.
1967 Foto José Luis Nobel |
Efectivamente, cuenta José
Joaquín Arazuri en su libro sobre la «Historia de los Santermines»
que en las fiestas de 1891. exactamente el día 9 a las 4.30 de la
tarde, «al llegar a alcanzar un muchacho el premio de la
cucaña (depositado en lo alto del palo por el que se trepaba), en el
momento que el público aplaudía su agilidad y destreza, se rompió
el madero en su tercio superior, cayendo y muriendo a los pocos
minutos aquel pobre chico llamado Casiano Jiménez, de 16 años, de
oficio churrero y natural de Cervera del Río Alhama».
Aquel
accidente y otro más por caída desde un rodillo con resultado de
heridas, empujaron al Ayuntamiento a tomar la decisión de arrinconar
las encañas. Pero las tradiciones vuelven porque permanecen en el
recuerdo y las cucañas volvieron también.
Anunciadas en los programas de mano Como ya escribíamos en otra ocasión,
las cucañas volvieron, efectivamente, para los Sanfermines de 1928 y
se hicieron un hueco en el programa oficial, junto a las corridas de
toros, el teatro y otros festejos. En el programa de mano de aquel
año se lee que «durante las tardes de los días 7 al 11 de julio,
inclusive, y mientras la celebración de las corridas. tendrá lugar
en la Plaza de la Constitución el festejo de cucañas con importantes premios».
Goya 1787 |
Vídeo de los SF 1928
Hace unos años. el amigo Miguelo me mandó un vídeo de los sanfermines de 1928 que quita el hipo y que va a hacer las delicias de todos los que, seáis de donde seáis, sentís Pamplona. Tiene unas escenas de las cucañas (un año antes de la foto de portada), de las barracas, del charlatán, del ambiente de los cafés... que los más jóvenes no han podido disfrutar jamás.
Pero el vídeo original, además de abusar de las escenas de la corrida, tiene dos problemas: en primer lugar es mudo en origen y, en segundo lugar, apenas hay referencias de las imágenes que aparecen. Así que me tuve que enfundar el mono de trabajo y éste fue el resultado.
Pero el vídeo original, además de abusar de las escenas de la corrida, tiene dos problemas: en primer lugar es mudo en origen y, en segundo lugar, apenas hay referencias de las imágenes que aparecen. Así que me tuve que enfundar el mono de trabajo y éste fue el resultado.
En la entrada original os pongo, siguiendo el orden numerado del vídeo, algunas pequeñas aclaraciones.
Como curiosidad, la irremediable atracción que sentían los pamploneses de hace 91 años -niños y mayores- hacia las cámaras.
Como curiosidad, la irremediable atracción que sentían los pamploneses de hace 91 años -niños y mayores- hacia las cámaras.
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