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A la mitad de la Cuesta de la Estación se presenta una curva suave, pero no para los motoristas que bajaban lanzados a gran velocidad. (Foto Zubieta y Retegui). |
En los años 50, Pamplona se convirtió en la capital de las "carreras de motos". El "Circuito de San Fermín", que adquirió categoría internacional, se llamaba así porque, además de celebrarse en las fiestas mayores, reservaba para el Santo una tribuna privilegiada (9ª foto) para ver el espectáculo.
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Cartel anunciador del Primer Premio Internacional de Navarra (Autor José Mª González de Echavarri). |
Uno de los festejos populares sanfermineros de más éxito multitudinario fueron, durante siete años, las pruebas motoristas. Aquellas competiciones se iniciaron en 1951 con el «Premio San Fermín» de carácter nacional que alcanzó al año siguiente la categoría de «Premio Internacional», manteniéndose en tan alta condición hasta 1958 en que se suspendieron aquellas «carreras de motos», como les llamaba el pueblo llano.
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Cartel anunciador del 1º (1951), 1954 y 55 |
La compleja organización de aquellas competiciones corrieron a cargo de la «Real Peña Motorista de Pamplona». Las pruebas se celebraron en el llamado «Circuito de San Fermín», cuyo recorrido comenzaba en la calle de las Navas de Tolosa y Taconera, de donde descendía por la Cuesta de la Estación hasta la Cuesta de la Reina por la que se llegaba hasta el portal de la Taconera y Navas de Tolosa.
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Tabla clasificatoria, control e indicador del curso de las carreras ( Foto Zubieta y Retegui). |
La mayor parte del trayecto, sobre todo las curvas, se protegían con pacas de paja para amparar a los espectadores y motoristas. El circuito se cerraba un par de horas antes de las pruebas, precisando para entrar en él, el billete que se expendía en diversas taquillas instaladas en varios puntos de la ciudad.
Para entrar en la amplia zona interior del circuito, después de su cierre, se disponía del puente del Portal Nuevo desde la plazuela de la Virgen de la O, y dos sólidas pasarelas: una en las Navas de Tolosa y otra en la salida del portal de la Taconera.
Durante los años 1952 al 57, ambos inclusive, aquellas competiciones fueron puntuables para el Campeonato de España. En 1951, primer año de las pruebas, la curva situada en lo alto de la Cuesta de la Reina se ensanchó, peraltó y alquitranó con gravilla especial de las canteras de Lorca.
Se establecieron dos clases de localidades: las numeradas, que daban derecho a ocupar silla en las tribunas instaladas junto al Bosquecillo; y las sin numerar, que permitía contemplar de pie las competiciones desde cualquier punto del recorrido.
Todos los años se celebraron diversas pruebas con máquinas de cilindrada comprendida entre 50 y 500 c.c., así como sidecars, compitiendo los mejores corredores nacionales y extranjeros. Durante aquellos siete años las competiciones resultaron éxitos rotundos, no bajando ningún año de veinte mil el número de espectadores.
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Después de la curva de las Navas de Tolosa, las máquinas se lanzaban rápidas aprovechando la amplia recta que continúa por la Cuesta de la Estación (Foto Zubieta y Retegui) |
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Después de pasar el portal Nuevo, a la máxima velocidad que permitía el recorrido, había que torcer a la izquierda para iniciar la subida a la Cuesta de la Reina. (Foto Zubieta y Retegui) |
Motorismo en Landaben
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Año 1975. Único año que se celebraron las pruebas motoristas en Landaben y que resultaron un fracaso. (Foto Zubieta y Retegui). |
En el año 1975 se intentó resucitar aquellas competiciones motoristas, anunciándose un nuevo «Gran Premio San Fermín» de velocidad, que se celebró en Landaben.
La prueba se corrió el domingo 13 de julio y resultó un gran fracaso: sólo acudieron a presenciar las competiciones unos tres mil espectadores; para proteger el circuito se precisó dos mil pacas de paja, que aumentaron mucho el presupuesto; aquella mañana, en la que el termómetro marcó 40° de temperatura, el ambiente invitaba más a tomar medios y deambular por el Casco Viejo que a desplazarse hasta el lejano Landaben; se retrasó mucho el comienzo de las pruebas, haciéndose insoportable la espera y, para colmo de males, de los veinte pilotos que habían anunciado su participación, se presentaron sólo nueve corredores.
Por lo dicho, deducimos que el Gran Premio Internacional de San Fermín no se volverá a celebrar nunca más en nuestra ciudad, quedando, no obstante, un grato recuerdo de aquellas pruebas motoristas.
Actualización 26.07.21
1956 Motorismo Navas de Totosa (Foto Gómez)
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