Porque, bailando a tu ritmo, pamploneses, forasteros sienten la misma ciudad...
Porque, siendo sólo niños, nos grabaste dentro, a fuego, las notas del Vals de Astráin...
Porque nos emocionamos, cuando te vemos de cerca, uniforme de domingo...
Porque, aunque nunca ensayamos ni recordamos la letra, nos dejas cantar contigo...
Porque, siendo sólo niños, nos grabaste dentro, a fuego, las notas del Vals de Astráin...
Porque nos emocionamos, cuando te vemos de cerca, uniforme de domingo...
Porque, aunque nunca ensayamos ni recordamos la letra, nos dejas cantar contigo...
Iñaki Lacunza, "Nuestra Pamplonesa"
Saludo del Alcalde
Capítulo aparte merece la Banda de Música ‘La Pamplonesa’ cuyo centenario celebramos este año y que tiene el enorme honor de haber sido elegida por los pamploneses para lanzar el Chupinazo de 2019 en la votación organizada por el Ayuntamiento.
Apenas unos meses después de su nacimiento, la banda participó ya por primera vez en los Sanfermines del año 1920. Han cambiado muchas cosas desde aquellos inicios, cuando los músicos cobraban entre dos y cinco reales al día y la Banda recibía apenas 1.000 pesetas de subvención municipal al año.
Atrás han quedado los tiempos en que las cuestaciones populares tenían que ayudar a sufragar las compras de instrumentos.
Lo que no ha cambiado es el amor de nuestra ciudad por la banda. Verdadera pasión que queda patente en cada acto en que participa.
La Pamplonesa ha puesto la ‘banda sonora’ a prácticamente todos los grandes hitos de la ciudad en estos cien años. Desde nuestra infancia, su música es parte de los momentos vividos en Pamplona que con más cariño guardamos en nuestra memoria.
Por eso, no se entendería Pamplona y su vida cultural sin la banda que tan buenas ocasiones nos ha regalado y es de justicia que la ciudad le homenajee con el lanzamiento del Chupinazo, posiblemente el mayor honor del que un pamplonés pueda disfrutar.
Apenas unos meses después de su nacimiento, la banda participó ya por primera vez en los Sanfermines del año 1920. Han cambiado muchas cosas desde aquellos inicios, cuando los músicos cobraban entre dos y cinco reales al día y la Banda recibía apenas 1.000 pesetas de subvención municipal al año.
Atrás han quedado los tiempos en que las cuestaciones populares tenían que ayudar a sufragar las compras de instrumentos.
Lo que no ha cambiado es el amor de nuestra ciudad por la banda. Verdadera pasión que queda patente en cada acto en que participa.
La Pamplonesa ha puesto la ‘banda sonora’ a prácticamente todos los grandes hitos de la ciudad en estos cien años. Desde nuestra infancia, su música es parte de los momentos vividos en Pamplona que con más cariño guardamos en nuestra memoria.
Por eso, no se entendería Pamplona y su vida cultural sin la banda que tan buenas ocasiones nos ha regalado y es de justicia que la ciudad le homenajee con el lanzamiento del Chupinazo, posiblemente el mayor honor del que un pamplonés pueda disfrutar.
Enrique Maya
Alcalde de Pamplona
Alcalde de Pamplona
Cien años... ¡Y con ese cutis!
Aunque hubo dificultades, siempre hubo un objetivo común en todos los que alguna vez han formado parte de ella: que Pamplona tuviera un referente musical en toda clase de actos, ya fueran conciertos, bailables, celebraciones religiosas, civiles o pasacalles festivos.
Su primera vez en las fiestas de San Fermín fue en 1920, acompañando a la Corporación Municipal en sus tres actos protocolarios. Desde entonces no ha faltado a su cita, por lo que este año cumple cien fiestas consecutivas (salvo en 1937 y 38 que no hubo fiestas) siendo parte de la particular banda sonora sanferminera.
A ella han contribuido todos sus directores en mayor o menor medida, creando nuevo repertorio o seleccionando el más idóneo para cada momento: desde el fundador Silvanio Cervantes (haz favor de pinchar), creador de buena parte de la música de San Fermín de las primeras décadas, pasando por Manuel Zugarrondo, José Cervantes, Saturnino Sorbet, José Luis Gómez, Manuel López y Ricardo García. Y los actuales Jesús Garisoain, “el alma de las dianas”, y J. Vicent Egea. Y qué decir de Manuel Turrillas, miembro de La Pamplonesa durante 50 años y que compuso para ella y todos los pamploneses la mayoría de la música que hoy sigue sonando a través de la banda, peñas y rondallas.
La Pamplonesa participa en veinte de los actos sanfermineros, todos ellos multitudinarios. Tras el chupinazo, entona la Biribilketa de Gainza en la Casa Consistorial y sale a la calle para dejarse querer por los que no entienden la fiesta sin ella. El mismo día 6, el Riau-Riau muestra la personalidad de sus músicos, casi siempre con una sonrisa. Más emocionante aún es la Procesión del día 7, en la que hace retumbar con sus marchas las piedras del Casco Antiguo, arrancando los aplausos de los presentes y algún suspiro de emoción entre los músicos.
Y las dianas, que unen en un baile continuo a noctámbulos y a madrugadores que no quieren perderse un segundo de la fiesta. Y los desfiles de mulillas, únicos en el mundo, en los que pone su elegancia y maestría musical al servicio de todos. Y la Octava, en la que con sus mejores galas acompaña en su baile a gigantes, cabezudos, kilikis y dantzaris. Todos ellos momentos intensos y emotivos, en los que percibe el inmenso cariño de la gente que vive con intensidad la fiesta.
Hoy es difícil imaginar unos Sanfermines sin La Pamplonesa; y sus miembros no pueden imaginarlos sin el cariño de la gente que les acompaña. Esta comunión es la que en parte hace posible que estas fiestas sean “unas fiestas sin igual”.
Que todo el mundo las disfrute en compañía de La Pamplonesa y que no falte su música.
Iñaki Lacunza, haz favor:
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