"El motocarro de "La Elegante", las mecedoras del Bearin, el cohete con una banda militar además de "La Pamplonesa", la plaza circular sin la casa de los periodistas.., los kilikis, grotescos pero auténticos, no embellecidos mediante operación estética, las cruces parroquiales -todas- en la procesión del Santo, que marcha escoltado por una escuadra de gastadores, los vendedores ambulantes con aquellos bastonicos que tuvimos todos los críos de entonces, la plaza de los ajos con docenas de casetas, el maestro Desplán batiendo los timbales en la plaza de toros, aquellos inolvidables autos de choque... una gozada.
Esto sí que es un antídoto contra el olvido y la desmemoria" (J.J. Martinena)
DON JOAQUIN DESPLAN por José María Baroga
En efecto: pocos tipos
más populares en todas las esferas que el TIMBALERO municipal, como
reza la esquela mortuoria. Ni más pintoresco con su atuendo a la
Federica, sombrero bicorne, casaca con filetes dorados y calzones
hasta la rodilla... Con los timbales portados por otros dos
Federicos, lo cual nos informa de la importancia del Timbalero...
Los niños, sobre todo,
se quedaban con la boca abierta ante aquellas figuras sacadas de un
relato de Dick Turpin.
Y había que verlo con
qué solemnidad atacaba con las baquetas el parche de los timbales,
produciendo un grave y profundo contraste con la estridencia de los
clarines.
A su sorda llamada el
Ayuntamiento acude inexcusablemente a la puerta de la Casa, festivo y
enchisterado, para iniciar el recorrido agobiante del «Riauriau».
Joaquín Desplán redobla
y vuelve a redoblar. Bruscamente se detiene con las baquetas en el
aire; los clarines repiten sus bramidos... Un último redoble y dos
golpes secos, definitivos, marcando la entrada a La Pamplonesa... Los
Gigantes van alzándose perezosamente...
Ya está, ya comienza el
Riauriau. La masa electrizada de pamploneses y de foráneos salta y
se bambolea, acomete y retrocede, el cordón de guardias se las ve y
se las desea para proteger a los ediles de aquella batahola
enloquecida que amenaza con aplastarlos y por todas partes resuena el
grito enfervorizado: ¡¡Viva San Fermín!! Joaquín Desplán marcha
detrás de La Pamplonesa, tieso, hierático, consciente de la
solemnidad del momento.
¿Dónde estamos? |
No entrará en acción
hasta la llegada del Ayuntamiento a la parroquia de San Lorenzo
cuando los músicos, con el último resoplido, se detienen en la
puerta, después de interpretar • cien veces, como una pescadilla
que se muerde la cola, el excitante vals de Astráin.
Baquetas bajo el brazo, con Archanco de Alcalde (SF 1943 o 44) |
Sí, es un Timbalero
único, el mejor: digno de una Corte imperial (1).
Lo curioso del caso es
que Joaquín Desplán no sabía ni jota de música. Aprendió la
guitarra con números, la caja por intuición y los timbales...
los timbales por predestinación, podríamos decir.
Y desde 1938 en que
accedió al puesto de Timbalero del Ayuntamiento hasta su muerte en
1958, a los setenta y dos años, allí estuvo dale que te pego
anunciando la presencia del Ayuntamiento.
Un detalle que nos
muestra el celo de este funcionario se desprende de su actuación en
la Feria de San Fermín. Desplán jamás vió una corrida de toros,
no obstante ocupar todas las tardes un lugar de excelente
visibilidad; él estaba a lo suyo, a sus timbales. Con la mano
haciendo pantalla sobre ]os ojos no apartaba la mirada del palco
presidencial, a la atenta espera del pañuelo para el cambio de
suerte, el aviso o la retirada del morlaco a los corrales.
Desplán no conocía el pequeño retrovisor que ideó el timbalero Francisco Varea Jiménez para ver el pañuelo que la presidencia saca en el palco, ubicado en una posición complicada para ellos DN SF 2009 |
(1) Precisamente este año 58, el cartel de Fiestas representa un apuesto timbalero que muy bien pudiera recordar a Desplán en su juventud. No sabemos si éste llegó a verlo pues falleció un par de meses antes de las Fiestas.
Desplán en "Sucede en San Fermín"
Es un cortometraje documental de 1957, rodado en Pamplona en los Sanfermines de 1956, escrito por el novelista pamplonés Rafael García Serrano.
La voz inconfundible del NO-DO es la de Matías Prats.
Dejando de lado la ideología de García Serrano, evidente en varios pasajes, sí quiero destacar (y así lo he hecho en la edición) una curiosa expresión -de aire muy falangista- sobre Navarra que no había oído nunca: "La Esparta de Cristo". ¡Toma ya!
"El motocarro de "La Elegante..." |
El ambiente de Pamplona está perfectamente retratado, con unas imágenes que a mí (tenía entonces 6 añicos) me han nublado los ojos en varios pasajes.
En el 14'12" podemos ver en acción a Joaquín Desplán.
Estamos asistiendo a sus penúltimos o, quizás, últimos sanfermines. Joaquín Desplán fue timbalero municipal durante 20 años (38-57). Precisamente, en 1958, el cartel de fiestas fue dedicado por primera vez a un timbalero, lo que algunos (como Baroga) entendieron como un homenaje póstumo a la figura del maestro Desplán.
No hay comentarios:
Publicar un comentario