miércoles, 26 de junio de 2019

Tajadura, otra voz socialista, crítica con el PSN


Las de Arbeloa y Tajadura son de las pocas voces socialistas críticas con la actuación del PSN, tras la victoria por goleada del Constitucionalismo.
Para Federico, tiene que respetarse el mandato de las urnas, y un socialista, navarro y español debe ser coherente con su ideario: un compromiso radical con la Constitución del 78 -el Estado de derecho y la nación (cívica, plural) española- y no contribuir a la "construcción nacional vasca", como lo va a hacer Chivite, si sale adelante su proyecto.
Gracias a los dos

No podemos negar la realidad: la política nacionalista vasca del gobierno cesante ha sido desautorizada contundentemente en las urnas

Un Gobierno de recambio                                                                        por Federico Tajadura
Las elecciones parlamentarias sirven, entre otras cosas, para constituir gobiernos. En ocasiones, renovando la confianza en los que acaban la legislatura, en otras, retirándosela. Hay politólogos que señalan un mayor grado de eficacia en esta última función sancionadora.
El Parlamento de Navarra aborda en este inicio de legislatura la importante tarea de constituir gobierno. En una de las dos modalidades señaladas: positiva (renovando su confianza en el saliente) o negativa (enviando a la oposición a los hasta ahora gobernantes). Se supone que intentan seguir fielmente el mandato de las urnas.
¿Qué han dicho los ciudadanos-electores? Podrá ser difícil constituir gobierno, pero no interpretar la voluntad ciudadana, que ha sido meridianamente clara. El gobierno saliente tenía el apoyo de 26 parlamentarios, la mayoría absoluta de la Cámara. Los ciudadanos han rebajado esa cifra a 19, con pérdida de 7 parlamentarios, más de una cuarta parte. Una derrota en toda regla. Lo han mandado, como se dice coloquialmente, "a casa".
Geroa-PNV (JEL)-Arzalluz-Arana-Progresismo
El gobierno saliente estaba constituido por cuatro partidos (Geroa Bai, Bildu, Podemos e I-E), de los que dos eran nacionalistas vascos (históricamente, uno “recogedor de nueces” y otro experto en “sacudir” nogales en favor del primero), un tercero iba de acompañante subordinado y dedicó todas sus fuerzas a un esperpéntico ejercicio de autolisis, y el cuarto, muy minoritario, servía casi sólo de coartada. ¿Cual era la seña de identidad relevante de ese gobierno? Lo que podía tener de sensibilidad social lo manifestó de forma inconexa y deslabazada. Por el contrario, el componente nacionalista vasco fue el eje dominante de su andadura, con todo el cortejo habitual de contenidos identitarios en materia de símbolos, función pública, educación, cultura y política lingüística, y la habitual erosión de las instituciones estatales. A esa línea política fue a la que dio la espalda, de forma contundente, el electorado.
Javier, me pones... jaqueca
Como las elecciones son un juego de suma cero, todo lo que ha perdido el grupo del gobierno lo han ganado los partidos de la oposición. En conjunto y cada uno por separado. NA+ ganó claramente las elecciones y pasó de 17 a 20 parlamentarios. El PSN-PSOE quedó segundo y experimentó la mayor subida, de 7 a 11 parlamentarios. Las elecciones las ganó la oposición, que pasó la legislatura oponiéndose a las políticas identitarias del nacionalismo vasco gobernante. Subiendo de 24 a 31 parlamentarios. Victoria contundente. Y victoria compartida.
Podemos retorcer los argumentos tanto como queramos en función de nuestros intereses. Pero lo que no podemos hacer es negar la realidad: la política nacionalista vasca del gobierno cesante ha sido desautorizada contundentemente en las urnas, ha dejado en clara minoría al bloque parlamentario que la sustentaba y ha colocado por tanto a los partidos integrantes del mismo en la oposición.
Por contra, la oposición, bifronte, ha sido aupada de forma contundente, dotada de clara mayoría parlamentaria y orientada por tanto a posiciones de gobierno. Partidos e instituciones deben respetar la voluntad popular. El problema es bifronte, el dúo diferenciado y alternativo de UPN y el PSN-PSOE, y la dialéctica lógica, inevitable y saludable que subyace. Pero también, naturalmente, las hegemonías culturales, los lugares comunes, las inercias mentales, los agravios históricos acumulados, los demonios familiares, las ambiciones personales; en fin, un largo etcétera.
Avancemos un poco más. El nuevo gobierno, respetando la voluntad popular, ¿no estará obligado a desmontar todas las políticas nacionalistas mayoritariamente rechazadas? ¿No deberá ser ese uno de los ejes básicos del programa del nuevo gobierno? ¿Sustituir el cambio (nacionalista vasco) rechazado en las urnas, por un recambio (democrático-liberal) avalado por los electores? Enmarcado además en un contexto global de deterioro de la calidad de las democracias liberales y de erosión de las instituciones de la democracia representativa. Un recambio orientado por tanto a defender y reforzar -desde Navarra y con un compromiso radical con la Constitución del 78- el Estado de derecho y la nación (cívica, plural) española, en detrimento de construcciones nacionales artificiales, como la nación vasca (etno-cultural, impositivamente homogénea, pre-totalitaria). Un gobierno apoyado por los partidos ganadores de las elecciones, que, apelando a la innovación, no tiene porqué ser necesariamente un gobierno de coalición al uso entre UPN y el PSN-PSOE. Con un programa políticamente potente y un equipo aligerado, sobre todo en su presidencia, de carga partidaria.
En el caso del PSN-PSOE, esa política de recambio respondería no solo al estricto respeto a la voluntad popular sino a una inexcusable coherencia con su propio proyecto político y construcción ideológica.
En el fondo, estoy hablando, como socialista, de libertad. La que consagra la Constitución Española. La que quisieron destruir Tejero, los siniestros gudaris de ETA y hace bien poco, y con ánimo de reincidir, los separatistas catalanes. Porque el socialismo democrático es, en última instancia, progreso e igualdad en libertad. Siempre en libertad.
Federico Tajadura Iso 
Ex-consejero socialista del Gobierno de Navarra

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