jueves, 24 de abril de 2025

Calle Gral. Los Arcos y Javier Escalada, extorturado

Haciendo honor a su apellido, Ana Ollo (Memoria y Convivencia) ha metido la pata hasta el fondo del hoyo. Y Asirón, que va de historiador (dejémoslo en "historietador") se ha tragado sin rechistar el informe de la consejera.
Pero no es el primer informe fallido de este peligro público. A Javier Escalada Navaridas (hermano de Rafa Escalada, el de la radio) me lo hicieron morir por torturas.

Gral. Antonio Los Arcos Miranda (Navarra Confidencial)
Basta ver las fechas para, al menos, sospechar
La metedura de pata es de las que hacen historia. En la penúltima revisión del callejero, Asirón anunció la "purificación" de una calle, al confundir a dos generales con el mismo apellido: Los Arcos. El Ayuntamiento de Pamplona había anunciado el cambio de nombre de 3 calles por considerarlas “vinculadas al franquismo”: la dedicada al arquitecto Víctor Eusa, la dedicada al escritor y periodista Ángel María Pascual, y la dedicada al militar e ingeniero sangüesino Antonio Los Arcos Miranda (responsable del proyecto de los cuarteles de Infantería construidos en Pamplona hacia 1900precisamente en la zona donde hoy se ubica su calle), que nada tuvo que ver con el golpe militar de 1936 ni con la dictadura franquista. El error al parecer proviene de que de un informe del Instituto Navarro de la Memoria, que ya en 2016 confundió al general madrileño José Los Arcos Fernández, que fue unos años gobernador militar de Navarra, con el citado general navarro Antonio Los Arcos Miranda, que nada tuvo que ver con el alzamiento ni con el franquismo. Por supuesto el Ayuntamiento de Pamplona se tragó el informe del departamento de Memoria y Convivencia de la inefable consejera Ana Ollo sin ningún tipo de verificación, y anunció la eliminación de la calle sin más.

Javier Escalada, muerto por torturas (Blog Desolvidar)
Javier, en pijama, en su casa en Bergamín, N.º 13
En 2021 denuncié que desde 2014 corría por internet la noticia de que Javier -líder estudiantil en la Universidad de Navarra, hermano de Maialen y Rafa Escalada (el de la radio)- había muerto en Pamplona, en 1970, como consecuencia de torturas sufridas en comisaría.
No le habría dado mayor importancia si esta falsedad no viniera corroborada por la reincidente Ana Ollo, de la Dirección General de Paz, Convivencia y Derechos Humanos, del Gobierno de Navarra, en el "Proyecto de investigación de la tortura y malos tratos en la Comunidad Foral de Navarra entre 1960-1978", de 2014, cuyo grupo de investigación está dirigido nada menos que por Francisco Etxeberria, Doctor en Medicina, Médico Especialista en Medicina Legal y Forense, Profesor Titular de la Universidad del País Vasco.
Cuando ahora he vuelto sobre el tema, he sabido por testimonios familiares que, viviendo a escasos metros de comisaría y siendo muy pública su actividad estudiantil, la policía no puso impedimentos a que se le pasara la medicación especial para su dolencia cardíaca y que no fue agredido físicamente, aunque si insultado y maltratado.
Puede conjeturarse con que la agitación activista y la consecuente persecución policial y detenciones que sufrió pudieron ayudar a agravar su enfermedad, pero la operación cardíaca estaba programada antes de esa última detención, hizo una vida habitual en los días anteriores e ingresó con normalidad en el sanatorio de Leza (Álava). La causa de su muerte tuvo, en consecuencia, un carácter quirúrgico.
Así pues, ni murió en Pamplona ni por torturas.
Ana Ollo ha tenido que añadir esta nota (pág. 28):
Si bien se sostuvo en diferentes medios (dígame uno que no sea el suyo) que su muerte fue consecuencia del mal trato sufrido durante su detención, en la actualidad (no dice fecha) Iñaki Zaratiegi, que era amigo personal, nos ha señalado que Javier Escalada “Sufrió la represión franquista contra la disidencia con una persecución policial permanente que pudo contribuir a la negativa evolución de su dolencia cardiaca, pero no sufrió una tortura calculada y mucho menos una muerte como consecuencia de maltratos”
Así pues, queda claro que los informes de Ana Ollo no son de fiar.

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