miércoles, 17 de noviembre de 2021

Emigración portuguesa a Francia (1957-1974)

Al fondo, base americana del Gorramendi (Elizondo) Marzo 1965 Gerald Bloncourt 
En los años 60, ante nuestros ojos, pasaban por Navarra sombras en la noche. No sabíamos entonces de dónde venían pero sí que querían pasar a Francia. Muchos no lo consiguieron y aparecían en alguna breve nota de prensa: "Ahogado en el Bidasoa...". Sólo en 1972, murieron así 130.
Así empezaba el relato "Otra vez el Bidasoa" y hoy quiero centrarlo en la emigración portuguesa de aquellos años.
No recuerdo ninguna lectura ni conversación de aquella época que nos explicara esa tragedia a la que -día a día, a lo largo de más de una década- nos fuimos acostumbrando hasta hacernos caer en la cruel indiferencia.

Francia experimentó entre 1957 y 1974 uno de los más intensos flujos migratorios de su historia: la inmigración de casi 900.000 portugueses muchos de los cuales cruzaron el Bidasoa y otros alcanzaron Francia por montes navarros.
Imperio portugués siglo XX
Por qué Portugal 
A finales de los 50 la autarquía de la dictadura de  Oliveira Salazar y el débil desarrollo industrial hacían que Portugal permaneciera como el país más pobre de Europa Occidental. 
A ello se une el comienzo de las revueltas en las colonias portuguesas de Guinea Bisáu, Mozambique, Angola, Cabo Verde... Podemos poner el punto de arranque en 1959, cuando una huelga de trabajadores en el puerto de Bisáu dio lugar a una masacre. Cincuenta trabajadores murieron a manos de la policía portuguesa (la tristemente famosa PIDE) y más de cien resultaron heridos. Esta masacre constituye un "punto de inflexión en el pensamiento de los nacionalistas revolucionarios", alentándolos a reconsiderar las luchas pacíficas llevadas a cabo hasta entonces para considerar la lucha armada.
Mohamed Lamine Camara deposita un ramo en el
lugar del río Bidasoa donde su sobrino murió
ahogado el domingo 8 de agosto de este año 2021
El país se vio abocado a invertir grandes recursos humanos y materiales en una guerra de pacificación costosa y difícil de sostener para Portugal, actitud que contrastaba con el resto de potencias de Europa (España incluida) que, pese a contar con más recursos que Portugal, preferían asegurarse la salida del continente africano de la forma más conveniente y menos costosa.
Así, a los emigrantes "económicos", que huían de la pobreza, había que sumar un buen porcentaje de los jóvenes en edad de hacer el servicio militar que estaban obligados a combatir en Angola, Mozambique o Guinea Bisáu.
Llama la atención, en la noticia de ABC de los ahogados de 1972, que 80 de ellos fueran portugueses y 50, africanos. Lo que significa que también hay que sumar a quienes estaban colaborando con los portugueses y que, quizás temiendo represalias en el proceso de descolonización, se habían refugiado en la metrópoli.

Por qué a Francia
(pincha)
Por otra parte, entre los años 1957 y 1974 algo más de 1.100.000 habitantes de Portugal emigraron a diferentes países de Europa occidental. Los flujos migratorios portugueses se transformaron de forma radical, pasándose de un ciclo de migraciones transatlánticas a otro marcado por la tendencia a la emigración hacia países europeos. En este nuevo ciclo, el destino privilegiado de la emigración portuguesa dejó de ser Brasil para pasar a ser Francia.
La necesidad de mano de obra poco cualificada venía provocada tanto por el crecimiento económico que Francia estaba experimentando durante esos años como por razones de índole demográfica, lo que inclinó a las autoridades galas a eliminar los obstáculos que se presentaban para la llegada y el establecimiento de inmigrantes irregulares portugueses en Francia.

El Salto, al detalle                                                                            por Ana Galdós Monfort
Pasar de España a Francia era "hacer el salto".
El diploma. Para salir de Portugal con pasaporte, había que enseñar el diploma de Educación Primaria, pero las autoridades tardaban más de 6 meses en entregarlo. Bien por carecer de estudios o por no poder esperar tanto tiempo, la mayoría de la emigración portuguesa recurrió a la vía ilegal.
Endeudados. El pasador (mugalari) y el emigrante acordaban un precio que, por lo general, equivalía a 6 meses o 1 año de su sueldo en Francia. En general, los emigrantes no disponían de esa cantidad, así que se veían obligados a vender su patrimonio, a pedir préstamos a particulares o a hipotecar parte del sueldo que iban a cobrar en Francia. 
El primer pago se efectuaba en Portugal, en el momento de la salida. Después pagaban a los pasadores que les habían conducido hasta Guipúzcoa o Navarra para cruzar la frontera. Cuando llegaban a Francia, pagaban el resto. Sin embargo, hubo pasadores que no cumplieron su acuerdo y abandonaron a los emigrantes en mitad del camino, como a los ahogados en el río Bidasoa.
Los emigrantes viajaban escondidos en falsos fondos de camiones, en maleteros de coches o en trenes de mercancías. Descansaban en casas de particulares, que les acogían previo pago de una cantidad de dinero. Si las autoridades los interceptaban, no solo eran devueltos a su país, sino que podían ser encarcelados. En esos años, Portugal consideraba la emigración clandestina como un crimen.
Puente de Endarlaza
Irún y Hendaya: los puntos calientes
. El río Bidasoa es la frontera natural que separa por el oeste Francia de España. Eso hace que la frontera oficial entre ambos países estuviese en los puentes que lo cruzaban. Ante la imposibilidad de cruzar los puentes y el desconocimiento del terreno, los emigrantes se veían obligados a depender de los pasadores y a utilizar pasos clandestinos. De ahí que en Irún —la orilla española— y en Hendaya —la orilla francesa— existiese una red de personas que cobraban por esconder y pasar a los emigrantes. Esa red incluía puntos de acogida, taxis y gabarras.
El modus operandi. Cuando los emigrantes llegaban a Irún, el pasador les llevaba a un lugar seguro que, por lo general, era una casa en el monte (caserío) o un hostal cerca de la estación de tren. Allí aguardaban hasta que el pasador consideraba que era seguro cruzar la frontera. Las posibilidades solían ser dos: cruzar el río a nado o en una pequeña embarcación denominada gabarra. Una tercera alternativa era que un taxista se apostara con el coche cerca de la frontera y, utilizando un código de luces con los faros del coche, señalase si la vía estaba libre o no para cruzar por el puente.
(pincha)
La última etapa.
 Al otro lado del río, ya en Francia, a los emigrantes solían esperarlos taxis o camionetas que los llevaban hasta la estación de tren de Hendaya y de Bayona, donde un comité de compatriotas les recibía y les entregaba un billete de tren. Por lo general, se dirigían a una ciudad donde ya tenían a un familiar o alguna amistad. Sin embargo, cuando llegaban a su destino, se veían obligados a vivir en barracas y muchos no encontraron el trabajo prometido. La decepción y el desamparo eran enormes. Esta situación quedó bien reflejada en una película francesa de 1967 titulada O salto: le voyage du silence.

Cambios contradictorios con el 25 de Abril
La Revolución de los Claveles, el 25 de Abril de 1974, no sólo restauró la democracia en Portugal casi cincuenta años después, sino que permitió que todas las provincias portuguesas no europeas en conflicto lograran su independencia antes de concluir 1975. 
Retornados Angola
El mayor borrón de la Revolución fue que precipitó (difícil no recordar la reciente salida de Afganistán) el fin del imperio colonial portugués en África, pero de modo desordenado, pues las guarniciones africanas recibieron la simple orden de volver a la metrópoli y dejar el poder a los movimientos de liberación, sin coordinar previamente el traspaso de poder a estos, a pesar de que los grupos independentistas africanos carecían de cuadros políticos y técnicos suficientes para asumir funciones gubernamentales. Para colmo, el temor a represalias de las nuevas autoridades motivó una emigración «a la inversa» de casi 500 000 civiles residentes en África, los «retornados» (pincha), desde terratenientes hasta obreros y tenderos, que debieron abandonar trabajos y bienes en suelo africano en cuestión de semanas.
A pesar de ello, con la llegada de la democracia Portugal dejaba de ser una prisión que solo ofrecía a las generaciones jóvenes guerra, miseria, miedo y represión.

Actualización 22-05-2023
Hoy trae DN un 50ª aniversario de aquella tragedia

4 comentarios:

Anónimo dijo...

gracias Pachi...buen trabajo de investigación¡¡
Rafa

Aritz Lizarraga Olascoaga dijo...

Excelente reportaje. Y pensar que los imperios han existido hasta hace tan poco tiempo.

Si nos cernimos a lo que dicen los historiadores entonces el imperio portugués acabó en 1999 con la devolución de Macao a China.

El criterio que usan no es la pérdida de la última posesión de ultramar porque los historiadores dieron por finiquitado el imperio británico en 1997 con la devolución de Hong Kong a China a pesar de que en el momento de la devolución quedaban muchas posesiones o colonias por independizarse.

Algo así pasó con el imperio español que se dio por terminado en 1898, pero que tuvo posesiones en África hasta finales de siglo, 1975 ó 1976.

Pero si hay un imperio que se destruyó repentinamente en el siglo XIX es el imperio ruso, aunque tuviera el nombre de Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Todavía hoy los rusos no lo han superado. Y eso que el mes que viene se cumplen 30 años de su desaparición.

Los territorios de ultramar británicos, franceses, holandeses, daneses..., aunque entran en la categoría de colonia no están interesados en la independencia. Son por lo general poco poblados y no se ven viables como nación independiente. Groenlandia y la Nueva Caledonia son los únicos territorios con un importante número de sus habitantes con intereses independentistas. Así que es posible que veamos su independencia algún día.

A excepción de estas dos, el Tíbet, el Sáhara Occidental, Kurdistán... son pocos los países con posibilidades, deseos o razones históricas para ser "descolonizados" o independientes.

Los independentismos vascos y catalanes no tienen nada que ver con los imperios de ultramar (francés, británico...) o terrestres (Rusia, China...) o los chandríos coloniales occidentales que no dieron acceso definitivo a la independencia de: Kurdistán, Sáhara Occidental...

desolvidar dijo...

Me llega este comentario: "yo tuve un taller de electricidad de coches al que me llevaban estos ”señores” a reparar coches potentísimos para poder escapar de la policía; yo he visto dentro del coche portugueses que los llevaban a Francia."

Maria Jesús del Peral Olejua dijo...

Muchas gracias Pachi,por toda la información y por enviarme. Te agradezco mucho. Un abrazo muy grande virtual