domingo, 13 de septiembre de 2015

Spiderman da la nota y se enreda

A alguno le encanta dar la nota

Decía en su artículo Juan José Martinena:
Si al señor Cuenca no le agrada el frac de la etiqueta municipal y le disgusta ponérselo, o simplemente prefiere lucir el inapropiado atuendo que lució el otro día, tiene perfecto derecho a ello y dos vías razonables para ejercerlo: 
- o quedarse en su casa, ya que la asistencia a esos actos no es obligatoria, 
- o bien acudir como particular, como vamos los demás, sin dar la nota ni romper la uniformidad ceremonial de una corporación que desfilaba como debe hacerlo y lo viene haciendo desde hace siglos, en traje de gala. 
Y terminaba:
 Y creo que quien esta vez ha faltado al respeto, en primer lugar a sus compañeros de corporación y por extensión a la ciudadanía a la que representa, es quien opta por saltarse a la torera normas, tradiciones y usos municipales que se han respetado y mantenido con general aceptación desde hace siglos. 
Como ciudadano pamplonés y estudioso de la historia de esta ciudad, me da un poco de miedo que a este paso, poco a poco, se vaya imponiendo el sinsentido, por no decir la chabacanería, en actos que hasta ahora habían mantenido una elegancia y un carácter acorde con la categoría de Pamplona. Porque por ese camino acabaremos cargándonos las tradiciones de la ciudad, la mayor parte de ellas de origen religioso. 
Claro que a lo peor resulta que se trata precisamente de eso; y de que ése, y no otro, sea el objetivo final.
Pues leamos, escuchemos, y valoremos si esos temores son o no fundados:



Por cierto, ¿Armando consultó con la asamblea antes de ir al desfile de esa guisa? Porque, claro, si tienen que sacarle luego la cara...

Como contraste con estos tristes temas, ved estas preciosas imágenes  (que, sin duda, crearán tradición) subidas a Face con motivo del homenaje de la Peña Mutilzarra a Carlos III en el aniversario del Privilegio de la Unión 2015.

Nota 17.09.15 Nueve días después Armando se disculpó. No os perdáis los comentarios de los lectores en el Inefable Verbo del PNV

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