Cuando alguien, para colarnos en Navarra la ikurriña de los Arana, dice: - "Total, las banderas no son más que trapos. No merece la pena enfadarse por eso"-, me entran ganas de pedirle un billete de 500€, prenderle fuego y decirle: -"Total, el dinero no es más que un puñetero papel con dibujicos...-.
Es triste tener que recordar, como dice Cassirer, que el hombre es un animal simbólico y que son nuestras creaciones simbólicas (lenguaje, mitos, religiones, ciencia, arte...) las que nos diferencian del resto de animales.
Cuando alguien pita el himno español, o utiliza sistemáticamente, venga o no a cuento, la expresión "el Estado", está ninguneando a España y a cuantos creemos en ese proyecto común.
Cuando se usa la ikurriña en Navarra, se están mofando de la verdadera bandera de Navarra, esa que, actualizada, recoge en su centro el centenario escudo que representa a cada uno de los pueblos y ciudades de Navarra desde mediados del siglo XII.
Esto lo sabe muy bien Raúl Alegría quien nos dio a todos -y especialmente a los concejales de Bildu, Geroa Bai, Aranzadi (Podemos; ¡vaya pinta de zacarro, Cuenca!) e Izquierda-Ezkerra- una leccción práctica, y a pie de obra, de navarridad. Lo cuenta Diario de Navarra:
Apenas 15 minutos después de iniciarse la marcha, el cuerpo de ciudad ya salía de la Catedral. Pero esta vez con un miembro más cerrando la comitiva. Era Raúl Alegría, nacido en la localidad de Eulate y vecino de la capital navarra desde hace 15 años. Portaba una gran bandera de Navarra y la defendió ante la corporación y quienes le increparon durante el desfile. “Somos navarros y esta es mi bandera. Ellos no se han atrevido a sacar hoy la ikurriña, pero yo tenía que estar hoy aquí para defender a la nuestra”, explicó. A su paso recibió numerosos aplausos y algún que otro grito de reproche.
Mil gracias por tu valor, consecuencia y responsabilidad, Raúl. Suene para ti nuestro himno, el Himno de las Cortes de Navarra:
No hay comentarios:
Publicar un comentario