Ioseva Cilarte Asirón: "No veo unos Sanfermines sin toros, pero sí sin corridas".
26-M: El cuatripartito que dio la Alcaldía a EH Bildu en 2015 pierde la mayoría absoluta. Enrique Maya, de Navarra +, al borde de la mayoría.
Koldo Leoz, Bildu convirtió la plaza de toros de Estella en un pipicán
26-M: Navarra Suma, primera fuerza en Estella y el actual Gobierno municipal (Bildu) pierde su mayoría
Eneko Larrarte, ex Alcalde de Tudela, del partido Izquierda-Ezkerra, “las corridas de toros se van a acabar a partir de 2016”.
26-M: Navarra + logra la mayoría absoluta. Alejandro Toquero, alcalde
EL 26-M Y LOS
SANFERMINES
SIN TOROS Chapu Apaolaza
Una de las fantasías más
delirantes en las que ha
creído la clase política en
los últimos años, y probablemente el mayor gol que les ha
metido el animalismo, ha sido la
creencia de que alguien tarde o
temprano prohibiría la tauromaquia o aceptaría su final, y que esto
no tendría un coste electoral.
La
realidad explica lo contrario. El
26M dice que el que toca el toro,
pierde. Navarra y Pamplona son un
ejemplo del coste electoral de dudar sobre el apoyo a la tauromaquia.
Joseba Asirón abrió la espita
al sondear unas fiestas de San Fermín sin toros.
Después, Geroa Bai
se abandonaba a una futura prohibición taurina, aceptaba el final de
los sanfermines tal y como los conocemos, y se adscribía al colaboracionismo animalista.
Hoy han conocido el coste que ha supuesto para ellos.
La tauromaquia ha ganado
las elecciones en otros sitios:
en
Madrid capital, por ejemplo, donde
Manuela Carmena no ha conciliado la mayoría suficiente después de
ningunear y censurar a la gente del
toro. En la comunidad de Madrid,
Errejón y Carmena plantearon por
primera vez la batalla de la “tauromaquia sin muerte” e Isa Serra, el
fin de las corridas. Unos no consiguen gobernar y la otra desaparece
del mapa.
Podemos abogaba por un
referéndum para prohibir la fiesta
de los toros y ha sido el gran derrotado del 26-M.
Esto, sin hablar del
gatillazo del Pacma.
Alguien pensó
que los cientos de miles de espectadores de San Isidro (un millón de
entradas vendidas) y las gentes de
la Comunidad de Madrid de los festejos entre los que hay izquierda,
derecha y centro, votarían el exterminio de su propia cultura. Se equivocó.
Pamplona nunca fue 'Iruñea' ni será antitaurina |
El factor ‘toro’ es transversal:
la derecha gana cuando apoya la
tauromaquia, pero también la izquierda.
Emiliano García Page en
Castilla-La Mancha y Guillermo
Fernández Vara, en Extremadura,
han fomentado abiertamente el toreo y han conseguido la mayoría
absoluta en sus comunidades. Que
los dos presidentes autonómicos
con más fuerza en España sean de
izquierdas y taurinos debiera servir para desterrar el viejo mito del
toro de derechas, al igual que el de
las tauromaquias como falsa tensión entre Euskadi y España.
El toro une y es de todos: pertenece al
pueblo y el que lo ataque, atacará al
pueblo.
Querían una consulta sobre los toros; ahí la tienen.
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