Que mi tía Mª Jesús no era una monja al uso, es algo evidente. Fue una mujer muy activa, hasta el punto de que, cuando la salud mermó sus facultades físicas, le costó un montón adaptarse a una vida pasiva y silenciosa.
Un par de anécdotas os van a dar una idea de su talante:
-para cuando Sor Citroen (1967) decidió modernizarse y hacer apostolado utilizando ese popular vehículo por las carreteras españolas, mi tía ya llevaba 15 años conduciendo un camión por los andurriales del Congo Belga (así se llamaba entonces)
-En 1964 su comunidad de Misioneras Dominicas, fueron secuestradas y vejadas por los Simbas. Cuatro fueron asesinadas. Una vez liberadas, el 3 de Enero de 1965 llegó a Barajas el avión, procedente de Leopoldville, y su hermana Isidra se desplazó desde Cemboráin-Pamplona para recibirla.
Las primeras palabras que cruzaron han quedado en el imaginario de todos sus sobrinos:
-Isidra: "¿Abrazo a una mártir?
-Mª Jesús: "¡No seas tonta!"
Así era esta mujer quien, a finales de septiembre de 2018, aún tuvo arrestos para destapar el asesinato del cura de Unciti -oculto desde que ocurrió, en 1950, y del que se habían apoderado rumores malintencionados- y contarme su versión de los hechos. Gracias a ella, hoy tenemos un poco de luz (yo diría que casi todos los elementos) para saber lo que de verdad ocurrió.
Mi tía Mª Jesús, hermana de mi padre, fue la pequeña de una familia supernumerosa y con 8 hijos religiosos que salió de Cemboráin, un pueblo de escasos 60-80 habitantes del Valle de Unciti. Ha sido la última de la familia en nacer y también en morir. Descansa, tía, -por una vez- en paz.
Entrevista en La Verdad (17.04.2015)
Hace ahora cuatro años, La Verdad le hizo la siguiente entrevista:
Información / Testimonio en el año de
la Vida Consagrada
La Dominica del Rosario María Jesús
Mendiburu Itoiz
María Jesús Mendiburu, toda una vida
al servicio de los enfermos en el Congo
En la puerta de Casa Esteban, en Cemboráin |
¿Cómo surgió su vocación?
El cielo sabrá qué empujón me dio.
Pero fue gracias a mi madre, que fue una santa. Ella quería que
todos sus hijos fueran religiosos o misioneros. Y se cumplió, porque
ella siempre pedía en el rosario de la noche, que se rezaba en
familia, por la perseverancia y santidad de los hijos religiosos y
misioneros. El señor le escucho. Fuimos 8 religiosos, dos quedaron
solteros y cuatro murieron de pequeños. Uno quiso entrar, pero -como
no pudo- finalmente se casó.
¡Ocho hermanos religiosos!
Montaje fotográfico de los hermanos religiosos de Mª Jesús, junto a sus padres. Mª Jesús, detrás de su padre. |
Si, como digo yo "mi madre,
Felipa, ha sido un criadero de hijos para el cielo". Una santa
mujer a la que el Señor escuchó en sus peticiones.
El mayor, Francisco, después de
realizar la mili se metió Jesuita. Nunca pensó nadie que se haría
religioso, porque era un ligón, pero un día nos dio la sorpresa y
se fue al noviciado de Loyola, donde también estaban mis dos
hermanos gemelos, Benjamín y Moisés. Los tres hermanos fueron
destinados a China.
Mi hermana mayor fue Sierva de María y
estuvo trabajando por el Sur de España, Canarias y en Portugal.
Otra hermana, Felisa, fue Misionera
Dominica, trabajó en un sanatorio en Tarazona, pero murió a los 28
años sin haber podido cumplir el sueño de irse a las misiones.
Mi hermano Pepito tampoco pudo ir a las
misiones porque tenia muchos comas diabéticos y permaneció en un
colegio en Zaragoza.
Narciso estuvo toda su vida de
misionero en la India, nada más y nada menos que 63 años, hasta que
lo trajeron a España a morir.
¿Quién te va a salvar, imprudente gatito? |
Y Severino que tuvo 4 hijos. Este
último fue el único que no dijo nada de ser religioso.
¿Y por qué decidió entrar a las
Misioneras Dominicas?
Una de mis hermanas, que era Misionera
Dominica, murió a los 28 años, el mismo dia que los cumplía, en
Tarazona. No pudo ser misionera y mi madre me dijo "¿no querrías
tú sustituirla, ya que ella no ha podido ir a las misiones?".
Yo, en ese momento, tenía 12 años y me gustó la idea. Me fui con
19 años a las misiones. Primero hice el noviciado, los votos y ya me
destinaron al Congo Belga. Pero había que aprender Francés y la
medicina tropical. En Bélgica estuvimos 2 años aprendiendo la
lengua hasta que finalmente me fui al Congo.
¿Cuántos años estuvo en el Congo?
He estado 40 años, toda una vida,
hasta que por motivos de salud me tuve que volver definitivamente a
Barañain.
¿Cómo recuerda sus inicios de
religiosa?
Mi tía te salva, gatito, y con toda naturalidad |
¿Qué era lo que hacia en las
misiones?
Allí trabajaba como enfermera en una
leprosería. Era una leprosería de unos 1.500 enfermos. Estaba con
cinco compañeras más. Y cada una trabajábamos en sitios
diferentes.
Durante todos esos años de
misionera le habrán pasado muchas cosas, ¿no?
LOS SIMBAS LLAMAN A MUERTE , DOMINICAS ESPAÑOLAS EN EL CONGO |
Mª Jesús -durante su cautiverio en manos de los Simbas- consiguió mantener en su poder este rosario misionero (5 colores, 5 continentes) de 1964, con la cruz de Pablo VI |
***
Y durante el funeral se leyó esta bonita semblanza:
SEMBLANZA DE SOR MARINA (Mª JESÚS MENDIBURU)
La hermana Marina Mendiburu Itoiz (Mª Jesús) nació en Cemborain, Navarra el 1 de julio de 1927. Sus padres Venancio y Felipa constituyeron una familia numerosa de dieciséis hijos, de los cuales, ocho se consagraron al Señor; cinco Jesuitas; dos misioneras dominicas y una, sierva de María. En un ambiente cristiano sintió Marina la vocación misionera. Ingresó en la Congregación el 19 de marzo de 1947; su profesión temporal, el 21 de octubre de 1949 y su compromiso definitivo en la Congregación el 11 de enero de 1953.
Viviendas de pacientes de la Leprosería de Pawa
|
Desde los primeros años de su vida misionera sintió el deseo de trabajar con los leprosos, animada por el ejemplo del Padre Damián que consagró su vida en la Isla de Molocay a estos enfermos.
En aquel momento, no era bien conocida esta enfermedad, más bien se le temía y se consideraban heroicas las personas que se consagraban al cuidado de estos enfermos por ser esta enfermedad muy contagiosa. Marina se preparó para esta misión en un Centro especializado en Fontilles, Alicante. Terminada su formación fue enviada a Bélgica a completar sus estudios en enfermería e idioma y en 1952 llegó a la misión de Pawa (pincha y acércate a la marca roja), República Democrática del Congo, a una gran leprosería donde había cientos de enfermos que requerían unos cuidados especiales y una entrega generosa y exigente.
Con mucha dedicación los cuidó hasta que en 1964 estalló la guerra de los simbas y sufrió con las demás hermanas prisión, vejaciones y malos tratos. Liberadas ya, y después de un tiempo en otros países, ninguna hermana perdió la ilusión de regresar a aquellas misiones; tampoco Marina. Esperando este retorno trabajó en un hospital de Alemania, hasta que en 1968 pudo regresar a Pawa su misión añorada.
Las hermanas encontraron a su vuelta al Norte del Congo las consecuencias de la guerra, destrucción, muerte y el dolor de un pueblo destrozado. La gente confiaba tanto en las hermanas que fue para ellos como una liberación el poder contarles todo lo vivido, sufrido y sobre todo la pérdida de sus seres queridos que nunca volverían.
Comunidad de Barañaín |
Durante varios años, la enfermedad estuvo presente en su vida, pasando por momentos muy difíciles, críticos, costándole adaptarse a una vida inactiva y silenciosa. África la llevaba en su corazón; muchos eran los recuerdos que tenía en su mente, disfrutando de lo que había sido y vivido en ella; así lo manifestaba a tanta gente con la que se relacionaba.
Los últimos meses de su vida fueron muy dolorosos; en ellos manifestó su entereza ante el sufrimiento físico, dependencia y limitación en que se encontraba. Al aceptar la situación de debilidad, recuperó la paz interior mostrándose muy serena, tranquila y agradecida.
En el último ingreso que pasó en el hospital, presintiendo su próximo final, recibió serenamente la unción de los enfermos y con cierta mejoría, regresó a la comunidad donde paulatinamente se fue agravando.
Cementerio de Cemboráin: la tradición continúa |
En una de las vacaciones donde coincidieron los hermanos, cuando su madre ya había muerto, ante su tumba, rezaron el Padre Nuestro en cinco idiomas procedentes de los países donde trabajaban como misioneros: India, China, Portugal, Congo y España.
El día 19 de abril del presente año, viernes santo, a las 00,15 de la madrugada, nos dejó Marina, para encontrarse con nuestro Dios, el Dios de la Vida, en el que tenemos vida eterna, vida que no termina, se transforma. (Juan 6,37-40).
Después de una vida larga y misionera, de entrega y servicio a los más pobres, enfermos y desvalidos, confiamos en que nuestra hermana ya haya retornado al Misterio Infinito que nos constituye, origen nuestro y de todo cuanto existe.
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