Por fin encontró a su novia (¡Y a fe que era bella la zagala!) |
Actualización 08.07.19 (40º Aniversario)
Hace exactamente cuatro décadas, el 8 de Julio de 1979, voló por los tendidos de la plaza, vestido de Supermán. No se recuerda una ovación mayor en una Pamplona necesitada de desenfado.
“Me gustaría volver a coincidir con el que hizo de novia de Supermán", dijo, muchos años después, a la prensa.
Este lunes, día 8, en el 40º aniversario, el aguacero le impidió volar sobre el tendido, pero cumplió aquel sueño de encontrar a su novia del 79.
¡Y a fe que era bella la zagala!
Ensayando el vuelo (Foto Pío Guerendiáin, creo) |
Después de más de tres décadas haciendo soñar a los más pequeños, lo quitaron de Rey Baltasar porque no era negro. Fue el mejor Baltasar (con permiso de Baleztena) que ha tenido Pamplona.
Hace casi cuatro décadas, en 1979, voló por los tendidos de la plaza, vestido de Supermán. A nadie le importó que fuera disfrazado. No se recuerda una ovación mayor en una Pamplona necesitada de desenfado tras los Sanfermines suspendidos del 78.
Nos lo cuenta -como sólo él sabía hacerlo- Germán Ulzurrun (¡qué rabia no haberte conocido antes, amigo Germán!)
DN, especial SF, 05.07.2009 Germán Ulzurrun
EL 8 de febrero de 1979
se estrenó en España “Superman: The Movie”, dirigida por
Richard Donner e interpretada por Cristopher Reeve. Era una
adaptación al cine, con efectos especiales novedosos, del legendario
personaje del cómic. Uno de los espectadores, el socio de la peña
Anaitasuna Fernando Lizaur Gómez, salió satisfecho de la sala. Le
rondaba por la cabeza preparar algo que reanimara el ambiente en la
plaza de toros. El año anterior habían tenido lugar los trágicos
incidentes con la muerte de Germán Rodríguez. Aunque el San Fermín
Chiquito de 1978 había sido una afirmación de la voluntad de
recuperar la fiesta, flotaban dudas y preocupaciones sobre el
ambiente.
El disfraz, de California
¡Cómo se aburrían -niños y mayores- con Baltasar! |
Lizaur tenía, y mantiene, la amistad con un grupo de cuatro californianos que conocían los
Sanfermines. Iban a venir aquel año. Así que les llamó por teléfono
para preguntar si podían conseguirle el disfraz de Supermán. Dicho
y hecho. Fernando se acercó hasta Barajas para recibir a los
californianos. Nada más llegar al hotel, en la Gran Vía de Madrid,
sacaron el traje de la maleta. Le quedaba como un guante. ¿Y el
efecto? Pues fue asomarse a la ventana, un tercer piso, y los
transeúntes se paraban divertidos y admirados. Un Supermán con
bigote les saludaba muy sonriente.
Camino de los toros
En la Cuesta del Labrit pasan cosas raras |
Ya en Pamplona, prendida
la mecha de las fiestas, acudir a la corrida con la peña Anaitasuna
era una de las actividades de Lizaur. Aunque aquel domingo, día 8, había
comido con los americanos en el restaurante Hartza, en la bajada del
Labrit, no iba a faltar a su cita. Así que encerrado en el aseo,
cambió el atuendo blanco y rojo por el disfraz. Como iba justo de
tiempo, se plantó en medio de la cuesta y dio el alto a un Seat 850
que subía. El joven conductor no salía de su asombro cuando
Supermán en persona le pedía que le llevara hasta el Anaitasuna.
Una vez en la peña las
risotadas le hicieron ver que la broma iba por buen camino. El viaje
en villavesa hasta San Lorenzo sirvió para armar el guión de cuando
apareciera en la corrida.
Calle Mayor arriba, Supermán acompañó a la peña. Quienes observaban desde los
balcones y se fijaban en él llamaban rápidamente a los que estaban
dentro. Los balcones se poblaron como al paso del Riau-Riau. Al
llegar a Plaza del Castillo con Espoz y Mina apareció con su
Mobilette José Mari Torrabadella (4º comentario). Supermán se puso en pie sobre el
asiento trasero y, con riesgo de descalabrarse, recorrió algunos
metros (¿alguien tiene imagen de este momento?).
El veloz vuelo rasante
¡La que montaste aquella tarde, Fernando! |
La entrada en el coso
contó con la complicidad de los porteros, buenos amigos del
personaje, que le dejaron acceder a la carrera con un brinco por
encima del control.
Durante el paseíllo,
minuto de silencio (por lo del 78) y faena del primer toro, Supermán permaneció
oculto. Al poco de saltar el segundo de la tarde, Ollero. de 505 kg y
del hierro de Guardiola Fantoni. para el diestro jerezano Francisco
Núñez “Currillo”, Lizaur se acercó cauteloso hasta el
vomitorio del tendido. Entonces estaba rematado por una especia de
repisa de cemento. Allí, de súbito y con un puro al morro, apareció
Supermán, puño derecho en ristre, saludando a la concurrencia.
La juerga fue general.
Todos los espectadores se desentienden de la faena y miran al
personaje. De pronto, sin descomponer la postura, Supermán da un
salto. Sus compañeros del Anaita le esperan con las manos en alto y
empiezan a impulsarle a buen ritmo sobre las localidades. Supermán
recorre el tendido de cabo a rabo en un tris tras. Y así, a pesar de la debilitante kriptonita, con el entusiasmo que proporciona la sana alegría (y la sangría),
Lizaur y las peñas dejaron pálidos de envidia a los especialistas
de Hollywood.
Noviazgo muy efímero
Obtenida la admiración
general, de entre todas las miradas unos ojos le siguen con especial
intensidad. Son los de una buena “moza” vestida con traje nupcial
que deambula por grada. Gesticula un principio de abrazo. Supermán,
todo caballero, vuela rápido hasta el balconcillo y llega hasta
ella. “¡Que se besen!, ¡que se besen!”, corea la mara.
Morreo de los de tornillo y ovación general.
La “moza” tira de la
capa del héroe. Quiere llevarle al altar. Pero Supermán se percata
de que “Currillo” tiene serios problemas para despachar al
Guardiola. Un nuevo vuelo le lleva hasta la sirga del tendido 6. Esta
vez el público ruge “¡que lo mate Supermán!, ¡que lo mate
Supermán”. Aquello complicaba el guión y Lizaur hubo de
ganar tiempo. Todo serio montó un referéndum por
sectores. “Vosotros, ¿queréis que lo mate?”. “Síiii.”, era
la respuesta. “Y vosotros. ¿también queréis que lo mate?”
“Síiii.”, volvían a contestar. Por fin, “Currillo”
acertó con el golpe y el toro rodó.
Abrazo a Pérez Balda
Con Pérez Balda. Gentileza de José Zubero |
Al acabar la corrida se
volvió a guardar otro nuevo minuto de silencio y hubo una breve
espera antes de que por el callejón accedieran al ruedo los chiquis
de las peñas, que fueron recibidos con fuertes aplausos. De nuevo
Supermán se reintegraba con la cuadrilla del Anaita para
acompañarles hasta Navas de Tolosa.
“¿Eras tú, hijo mío?”
En el ruedo, con los más pequeños |
De vuelta a la calle,
Supermán ayudó a todo el que se encontraba en apuros. En la
película había una secuencia en la evitaba la caída por un
precipicio de un autobús sujetándolo en el aire. De manera que
aquella fue la tarde que más seguras circularon las villavesas por
Pamplona. Conforme llegaba una, desenfrenada, ahí estaba Supermán
para detenerla en seco y levantarla a pulso. El cachondeo, con la
plena complicidad de conductores y pasajeros, fue inenarrable.
La noche acabó en la
verbena de Larraina donde, por fin, pudo Supermán tomarse una copa a
gusto y echar un par de bailes.
Las reseñas de la prensa
El vuelo de Supermán
tuvo gran repercusión en la prensa. De él se ocuparon desde “El
Pensamiento Navarro” a “Egin” o “Cambio 16”. Un extracto de
Joaquín Vidal en “El País” resume el sentir más común. “La
mejor faena la hizo Supermán, el 8 de julio, día del aniversario de
los graves sucesos del año anterior, pues rompió la tensión que
había en el tendido. ¡Olé el salero del Supermán bigotudo,
bizarro y volador!”, escribió.
El traje, en la percha
Treinta años después el
disfraz cuelga en una percha en su domicilio. Ha debido encoger
porque Fernando, alguna vez que se lo ha probado, lo encuentra algo
más justo. Lo que le acompañan con más frecuencia son los buenos
recuerdos de la anécdota. Las veces que ha coincidido, por ejemplo,
con Julián Balduz que entonces era alcalde, o Ignacio Cía, como
representante de la Casa de Misericordia, siempre ha salido a relucir
lo bonito y entrañable del número, cómo ayudó a superar temores y
a que los Sanfermines recobraran su alegría, buen humor y desenfado
de la mano de todo un héroe: Supermán.
Kairós es un concepto de la filosofía griega que
representa el «momento adecuado u oportuno».
Lizaur supo encontrarse con Kairós
|
Queda, eso sí, un
ramalazo de nostalgia. “Me gustaría volver a coincidir con el
que hizo de novia de Supermán y con quien me subió en coche, para
darles las gracias. Todos se portaron fenomenal”, asegura
esperanzado.
Actualización 08.07.19 (40º Aniversario)
Hace exactamente cuatro décadas, en 1979, voló por los tendidos de la plaza, vestido de Supermán. A nadie le importó que fuera disfrazado. No se recuerda una ovación mayor en una Pamplona necesitada de desenfado.
Hace exactamente cuatro décadas, en 1979, voló por los tendidos de la plaza, vestido de Supermán. A nadie le importó que fuera disfrazado. No se recuerda una ovación mayor en una Pamplona necesitada de desenfado.
La lluvia frustra el plan de Fernando Lizaur de rememorar su gesta de 1979, cuando emuló al superhéroe en el tendido
Magnífica Galería de Fotos en DN
R.M. Pamplona
SuperMiguel y SuperLizaur |
Las peores previsiones se materializaban pasadas las cinco de la tarde, cuando Lizaur, vestido ya de Superman, se resguardaba con sus cuatro hijos y varios miembros de la peña Anaitasuna en el porche de las Escuelas de San Francisco. Para entonces ya se había desvelado su plan –gestado durante meses– de rememorar aquella gesta de 1979, cuando irrumpió en la plaza vestido como el superhéroe de Krypton y logró aligerar la tensión por los disturbios sangrientos del año anterior.
Lizaur repitió en gran medida el esquema de su plan de 1979. Encargó el traje a sus amigos californianos, ausentes en esta ocasión, y mantuvo el secreto hasta el momento de enfundarse el traje. “Nadie sabe nada. Ni siquiera mi mujer”, repetía ayer el superhéroe de la plaza de toros.
Pese a que Lizaur mantuvo el secreto de sobrevolar nuevamente la plaza, como hizo 40 años antes, había preparado camisetas y gorras con el aniversario de la gesta. Ayer, sus compañeros de peña, los porteros de la plaza de toros y los camareros de uno de los bares a los que acude antes de las corridas vestían la camiseta. Lizaur saludaba y se abrazaba a viejos conocidos, incluso al pentacampeón del Tour, Miguel Induráin, que ayer también se encontraba en la plaza. Pasadas las 19 horas, Lizaur apareció en el tendido 6, donde se sitúa la peña Anaitasuna. Como hizo cuatro décadas antes, se subió a la balaustrada de piedra con los brazos en jarras y la sonrisa perenne. “¡Superman, superman!”, gritan en su peña. La plaza anuncia la suspensión de la corrida. Habrá que esperar a una nueva efeméride.
3 comentarios:
Y yo, Javier Beleña Martin, de Pozuelo, bajé el primero al ruedo, antes del encierro, a cantar una jota...la de "al que es Navarro, de pronto le hacen despertar...cuando la jota se oye de noche en la calle..." alguien tiene foto o recuerdo de aquello...?
Preciosa jota. Me encanta, gracias.
https://www.youtube.com/watch?v=aLjpheh1EMs
Hay foto de superman y la novia en el tendido?
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