jueves, 23 de agosto de 2018

El Padre Carmelo: 4. Atropello y muerte

Inge Morath, SF 1954 números pares (22,20, 18) de la Calle San Saturnino
Esta imagen de Inge Morath, de los Sanfermines de 1954, nos ayudará a encontrar el sitio exacto donde sería atropellado mortalmente el Padre Carmelo, cinco años más tarde, en 1os Sanfermines de 1959.
Sirva esta entrada para que, cuando pasemos por delante de San Saturnino, tengamos un recuerdo de quien se las ingenió para dar cunas a los niños de las familias más necesitadas de Pamplona.
"Aquí, en la Chantrea, ¡hay tantos niños...! A mí me ha dicho muchas veces mi madre que yo -gracias a ti, Padre Carmelo- pude dormir en una cuna para mí solo, que nos habías mandado tú. Sé que lo mismo que yo pueden decir casi todos los chicos de mi barriada". (Carta al Cielo para el Padre Carmelo. DN 16.12.1959)
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La persiana roja nos marca el lugar exacto. Google Maps
Cáscara de plátano y camión
En los tebeos de mi infancia muchas veces se presentaban los resbalones como causados por una cáscara de plátano. Por eso, me impactó muchísimo cuando me dijeron que el Padre Carmelo (pincha para saber más)  había muerto así, atropellado por un camión, al resbalar en una cáscara de plátano. Ya no hizo falta que en casa nos repitieran que no las tiráramos al suelo, ya que estábamos viendo sus terribles consecuencias.
Sabía lo de la cáscara, pero no dónde fue el accidente. De hecho, he leído algunas páginas que lo situaban en calles equivocadas.
Pero gracias a Fermín Mugueta, hoy vamos a ver con todo detalle dónde fue tan lamentable desgracia. La única pega que tiene el libro de Mugueta es que está escrito en 1960 y en 60 años Pamplona ha cambiado bastante.

San Saturnino 18, "FERЯETERÍA"
Él dice que fue “frente a la iglesia de San Cernin”, “en la puerta misma de la antigua ferretería que solían llamar de la Damasa (sic)”.
"Taller de Herrería de la Dámasa" Julio Cía 1944 AMP
Y allí me tienes, recorriendo todos los establecimientos de la zona, preguntando dónde estuvo (porque hoy, ni rastro) la popular “ferretería de la Damasa”.
La raya amarilla marca la zona donde se produjo el atropello
Siempre he dicho que, cuando la memoria falla, siempre queda la pintura y la fotografía.
Y esta vez también ha vuelto a cumplirse el dicho.
Y ha sido la fotografía; y, otra vez, Inge Morath, que está de racha: recientemente nos recordó dónde estuvo la Churrería La Estrella. Y ahora, la Ferretería de "la Damasa".
Las dos 1ªs 'erres' se dan la espalda: "FERЯETERÍA"
Recordaba que Inge tenía unas cuantas fotografías de esa zona y, también, recordaba bien la que hoy os presento. Y me ha dado mucha alegría comprobar que, en la zona que el libro de Mugueta señala, aumentando la imagen de la foto antigua, se puede leer, por lo menos, las primeras letras del rótulo de "FERЯETERÍA", encima del nº 18, que he pintado en amarillo. Casa Hualde, clarísimo, hoy absorbida por el Estanco, y después de éste, "la ferretería de la Damasa", que dice Mugueta. Y hasta se ve -debajo del nº 18- la estrecha acera en la que tuvo que ceder el paso el carmelita. ¡Gracias, Inge, otra vez!

Atropello y muerte
El día 8 de julio de 1959, en Sanfermines, salió de su convento, a las nueve y media, aproximadamente, para gestionar los últimos preparativos del festival que estaba organizando para el día 12, en la Plaza de Toros.
En dirección a la Plaza Consistorial, recorrió Descalzos, el comienzo de Jarauta... Desde allí admiraría la torre más alta de San Cernin y cogió la acera de los números pares, a su izquierda, para seguir por la calle San Saturnino (al fondo, en la foto). Al llegar a la Ferretería de la Damasa (nº 18), tuvo que ceder la acera a una señora, ya mayor, que además iba por su derecha. La acera es estrecha y el Padre Carmelo tiene que bajar a la calzada. Con tan mala suerte que pisa una cáscara de plátano, resbala, cae hacia la calle y es atropellado por un camión, un Dodge, NA-3524. Dos mozos pamplonicas —faja y pañuelo rojos— lo recogen y lo introducen, de primera intención, en una entrada o portal (seguramente, el nº 18)
Al incorporarle, sus primeras palabras fueron que no culparan en lo más mínimo a los ocupantes del camión.
Se cumplió su última voluntad y no se molestó para nada a los señores que conducían el camión, por cierto, conocidos de casa y que quedaron profundamente impresionados.
Panteón de los Carmelitas, en el cementerio pamplonés
En estado gravísimo lo trasladaron a la Clínica de San Miguel, donde fue atendido por los doctores Juaristi, Ipiens, Armendáriz e Idoate. El célebre especialista donostiarra, Dr. Eizaguirre, se ofreció también a prestarle los servicios que fueran necesarios, pero todo fue en vano, y los mencionados doctores, particularmente don Antonio Armendáriz, que estuvo pendiente de su evolución durante horas, no abrigaban ninguna esperanza.
El resto del día 8 lo pasó fatigosamente, y el día 9, aunque sintió alguna pequeña mejoría en la respiración, le sobrevinieron nuevas complicaciones que aceleraron su muerte, que se produjo a las tres de la tarde, casi 30 horas después del atropello.
Por cierto, su hermana Carmen estaba pasando unos días en Pamplona y le tocó bien de cerca la muerte de su hermano José.

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