jueves, 28 de junio de 2018

Homenaje a Blanco Cereceda con presencias no deseadas


Unas doscientas personas nos concentramos ayer tarde, en recuerdo de Jesús Blanco Cereceda, funcionario civil adscrito al cuerpo de Telecomunicaciones Aeronáuticas del Aeropuerto de Noáin, al que ETA, creyendo que era militar, asesinó hace 35 años.
Han asistido, sin que nadie les afeara su presencia y les invitara a irse, Ana Ollo y Koldo Martínez, en representación del Gobierno.
Así se pronunció María Sanz, representante de Anvite. "ETA mató por odio político hacia el no nacionalista y por imponer su proyecto político que no tiene encaje en nuestro Estado de derecho", ha remarcado.
Sanz criticó que "hoy, sin renunciar a dicho proyecto y sin deslegitimar el terrorismo, quienes más cerca se mostraron de ellos pretenden pasar página cuanto antes y blanquear la historia de lo ocurrido". 
Estas han sido las frases más duras que escuché en la concentración de ayer.

Mª José Rama, viuda del guardia civil Juan Carlos Beiro, ya afeó en 2015 la presencia de la presidenta del Gobierno foral en el homenaje a su marido: “Me pregunto cómo, alguien que se apoya en quienes justifican a ETA para presidir un Gobierno, puede venir a un homenaje a un asesinado”, recriminó Rama. “Se trata de un ejercicio de cinismo”, consideró.

Maribel Vals lleva tropecientos años en Berriozar, en el homenaje a Paco Casanova, poniéndoselo difícil: responso del pater, himno nacional, guardias civiles -perfectamente cuadrados- saludando el himno y la bandera de España... Para que, luego, la impresentable presidenta del Para-lamento acusara a los presentes de haberla llamado "puta etarra", cuando sólo "uno de morado" le dijo bien claro lo que era: "sinvergüenza". De todo ello hay suficiente testimonio gráfico.

Se han frotado las manos cuando las víctimas han estado un poco despistadas y han admitido su presencia sin rechistar.

En noviembre del 17, la hija de Joaquín Ímaz -el primer asesinado por ETA-, cuando se acercaban a presentarse y a saludarla con dos besos, les dijo, bien clarito y a la cara, lo que todos pensábamos: "sois unos Judas","no sabéis el daño que nos hacéis" "las víctimas no estamos dispuestas a que se juegue con nosotras". Y les invitó -con toda educación, por supuesto- a irse del homenaje a su padre.
La consejera de Relaciones Institucionales, Ana Ollo; el parlamentario de Geroa Bai Koldo Martínez; la parlamentaria Consuelo Satrústegui y la concejala Itziar Gómez, también de Geroa Bai, y Blanca Burusco, de la Oficina de Atención a las Víctimas, del Ejecutivo tuvieron que marcharse.
¿Qué ha pasado hoy? ¿Por qué ANVITE, organizadora del acto, ha consentido presencias que a muchos nos molestan?
No soy adivino, pero las caras de los familiares no eran, precisamente, de estar cómodos.

2 comentarios:

José Vives Unanua dijo...

Mi oración y un abrazo a la familia de Don José Blanco Cereceda. Éramos vecinos del portal contiguo, aunque creo que no les conocíamos. Recuerdo la noticia del atentado y recuerdo que en casa lo vivimos con mucha tristeza y con oraciones. Pero también recuerdo que el miedo mezclado con el conformismo, con una dura costra de..., no era insensibilidad, no era indiferencia,... era más miedo. Todo ello ha dejado en mí recuerdos vagos y sentimientos de frustración ante semejantes injusticias, ante tantas barbaries tragadas y soportadas casi en silencio. Y eso que solía ir a los funerales e intentaba hacer algo positivo en favor de las víctimas. Con ello intento expresar lo dificiles que fueron aquellos tiempos, la dictadura del terror que nos impusieron. Y también intento expresar que hoy siguen siendo difíciles, sigue habiendo miedo y, ahora si, mucha indiferencia. Pero lo que más quisiera expresar es mi firme convencimiento en la fuerza del Amor, de la Verdad y de la Justicia. Todo lo construido sobre el odio y el terror caerá. Cómo decia aquel, sólo el Amor permanece. Abrazo.

desolvidar dijo...

No creo que haya mejor retrato y más sincero: la dictadura del terror que nos impuso a todos la Dictadura de ETA. Siempre escribo ETA con mayúsculas, porque el miedo y la frustración fue mayúscula.
Gracias, José Vives por tu comentario tan sincero