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Agresiones a la lengua vasca y a la
española
Decíamos hace unos días que la
lengua española y la vasca vienen padeciendo, desde antes de la Transición, una
agresión muy concreta: escribir en castellano, pero con grafía del euskera
actual: txantrea, pintxo,
juebintxo, txikito...
Insistíamos en que el destrozo
afectaba a ambas lenguas navarras. Para el castellano es evidente. Pero no creo
que sea menor para la lengua vasca. Quienes, en un contexto de lengua española
(vg. San Fermín Chiquito), usan "Txikito", o los otros palabros citados
anteriormente, flaco favor le hacen a la lingua
navarrorum, porque venden como euskera lo que no es
sino un castellano mal escrito.
A golpe de consigna
Cuando ya había dado por zanjado el
asunto, me he encontrado en Facebook un comentario ("¿No sabes que se han perdido muchos toponimos euskerikos
de nuestra geografía solamente porque se antepuso otro con clara referencia
religiosa o castellana. ejemplo San Cristóbal por Ezkaba que era mucho más
antiguo?") que me ha hecho desolvidar otro desaguisado: el intento de sustitución del topónimo
"Monte San Cristóbal" por "Monte Ezkaba", esta vez a golpe
de consigna.
Y lo repito: este intento de
sustitución lo estamos viviendo todos y está sucediendo ante nuestras narices, a
golpe de consigna de quienes sabemos.
Los niños del Redín
En mi infancia, allá por los 50,
cuando jugaba en el Redín, solíamos mirar a San Cristóbal y distinguíamos como
tres lomas o partes (ver imágenes anteriores): a nuestra izda. la loma más
alta, donde está el Fuerte; luego, la zona de las Canteras y Polvorín; y más a
la dcha. la tercera loma, lindando con Huarte, a la que llamábamos Ezcaba. Para
nosotros, todo, las tres lomas, era "el monte San Cristóbal".
Pero me imagino que a quienes hoy
funcionan por consignas les importa un pepino lo que pensábamos los niños de la
Vieja Iruña de entonces y lo que hoy sentimos cuando vemos sus desatinadas
pretensiones.
Más vale que el gran Iñaki Lacunza, trovador e historiador, en su Himno a Pamplona nos lo sigue recordando:
Más vale que el gran Iñaki Lacunza, trovador e historiador, en su Himno a Pamplona nos lo sigue recordando:
Pamplona, ciudad hermosa,
entre Ribera y Montaña,
duerme al pie de San Cristóbal,
arrullada por el Arga
El SITNA
Ved con más detalle los dos recuadros naranjas:
Dicho sencillamente, el SITNA
mantiene para la cumbre el nombre único
de San Cristóbal y llama Ezcaba, a la zona de la loma más cercana a Huarte.
El motivo del intento
El motivo de este intento de
cambiar el nombre es evidente: se trata de un nombre en castellano y el bueno
de San Cristóbal ("portador de Cristo") no goza del fervor del que
gozan San Miguel (ver
4ª nota) o Santa Águeda (hacia
la mitad de la entrada: Euskal Herriko
eguna). Creo que San Donato (que se vaya preparando) tampoco tiene el pedigrí
exigido.
La excusa para acabar con San
Cristóbal
En cuanto a la excusa, también es
clara. Dicen que antes de que se hiciera la ermita, allá en la cumbre del
monte (o "sobre
el camino que desde Capuchinos va, por el portillo, a Orrio y Maquirriain, vía
llamada antiguamente de Ezcaba"), aquello se llamaba Ezcaba.
Sin embargo, la página más documentada que he encontrado (en Wikipedia y de título
"Monte Ezcaba" ¡qué objetividad!) dice que para el monte, la
denominación más antigua es de 1291, Ezquaba, (yo sólo he encontrado “Escaua”, de 1294) y añade que de la ermita de San Cristóbal hay
memoria desde el siglo XIII.
Si no calculo mal, 1291 es finales
del XIII, por tanto no puede asegurar que sea anterior a la ermita.
Añade, entonces, su autor que el
pueblecito, de nombre también Ezcaba -situada en la falda norte, en el medio de
la alineación montañosa (ver imagen general del mapa, subrayado en rojo)-, ya
está documentado en el siglo XI.
Pero eso no demuestra que el monte
tomara su nombre antes de la fecha de la que hay constancia: 1294, finales del
XIII.
Partida por el camino blanco, la división entre la 2ª y 3ª loma de San Cristóbal |
En conclusión...
El pueblecito Ezcaba (Eschaua) está documentado desde 1095, pero el nombre de San Cristóbal está registrado antes que el nombre de monte Ezcaba.
Como reconoce esa misma página, "a lo largo de los
siglos (XIII, XIV, XV, XVI, XVII, XVIII, XIX y XX; lo pongo así para que nadie
piense que es cosa del Franquismo o de la Conquista de Navarra), el hagiónimo
("nombre de santo": San Cristóbal) fue ganando terreno" a costa
de Ezcaba, que quedó asignado al extremo sureste de San Cristóbal.
No hay, pues, ninguna razón basada en la tradición, la
antigüedad... para arrinconar el nombre de San Cristóbal. Tan sólo que es un
nombre castellano, cristiano y -aunque les fastidie- el más popular.
Es, pues, simplemente una consigna de quienes todos
sabemos.
¿Lo conseguirán? De ti y de mí depende, porque de los que
nos gobiernan en Navarra, mejor ni hablamos.
Para evitarlo estoy pensando en promover la reconstrucción
(a ver si Martinena nos encuentra los planos) de la Ermita de San Cristóbal
(que, al parecer, llegó a ser Monasterio)
Actualización 25.12.2019
Fue en 1878 cuando se inició la construcción de la carretera que conduce a la cumbre y que permitió iniciar la construcción del fuerte. Una vez concluido se convirtió en acuartelamiento de Artillería hasta el año 1929, cuando fue destinado a penitenciaría militar. Dos años después, el gobierno de la II República le puso el nombre de "Fuerte de San Cristóbal" y se entregó al Ministerio de Gracia y Justicia, que en 1934 lo convirtió en prisión. Acogió durante la guerra a 2.478 presos, y en el año 1938 fue escenario de una fuga de 795 personas que fue “fuertemente reprimida” con más de 200 ejecuciones. El fuerte fue declarado Bien de Interés cultural en el año 2001, con la categoría de monumento.
3 comentarios:
Después de la "cruzada" del 36 hubo un ambiente asfixiantemente ultracatólico en Navarra. En mi opinión, estamos viviendo una reacción pendular que explica el rechazo a muchas manifestaciones religiosas. Un dato muy revelador es la falta de seminaristas, junto con la folklorización de procesiones, sacramentos, etc. Este cambio de nombres que mencionas lo sitúo en este fenómeno. No sé si estás de acuerdo.
O tal vez un muy posible rebrote del peor anticlericalismo cristofóbico de la izquierda extrema , al estilo decimonónico y que comienza por el lenguaje , y el peor que llevó a los extremos de principios de la 2ª República que terminó como todos sabemos . Ese anticlericalismo por parte de esos neoizquierdistas de extrema radicalidad de jóvenes ( o no tan jóvenes) que se supone han tenido un acceso a la educación que carecieron otras generaciones, que incluso han hecho ascos al espíritu de concordia o a la conciliación que en determinado momento de los años 50 del pasado siglo comenzó como estrategia del PCE y que había calado , aunque parece que no tanto, en la sociedad española. Jamás creí que habría que oír eso de “ arderéis como en el 36” y demás lindezas por el estilo.
“ Es, pues, simplemente una consigna de quienes todos sabemos.” dice el sr.Mendiburu. Creo que no le falta razón , por eso no dejo de pensar que se trata de un componente político, que es la consideración que en Navarra tiene que predominar lo eusquérico y por ende la desaparición de cualquier denominación de suene a romance, es decir a español. No importa cual fuera la historia de la formación del reino de Navarra y su pluralidad . El objetivo ya se sabe. La historia es la que dicen y la que se quiere imponer en Navarra y en otras partes de España.. Un poco parafraseando a Humpty Dumpty en Alicia en el país de las Maravillas , cuando yo hablo digo que la historia sucedió así , quiere decir lo que yo quiero decir lo que yo quiero que diga y la cuestión es saber quién manda.
Es mucho más que "una consigna de quienes todos sabemos.”. Las consignas para triunfar deben caer en terreno abonado. Ese terreno es el rechazo a una religiosidad impuesta por la fuerza, junto con un nacionalismo español empalagoso que produce una reacción de asco en amplias capas. En ese doble terreno prosperan lo antirreligioso y lo antiespañol.
Si no, explíquenme cómo después de cuatro décadas sin oposición a la religión, y con todos los recursos del Estado a su favor, la sociedad da la espalda a la Iglesia.
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