Callejero, Callejero, tus pitones dos puñales |
Las imágenes que vais a ver son de los encierros de Pamplona de 1980. Al no haber NO-DO de este año, constituyen un documento único en la Red. Ignoro quién es el autor. Me las llevaron al hospital, junto con un montón de fotografías y recortes de periódico de la cogida que sufrí el 14 de julio de ese año, al día siguiente de los dos muertos en el encierro.
Aunque ninguna de las dos cogidas mortales aparecen en los vídeos, estas imágenes -que recogen perfectamente las cornadas de Artola y las mías- tienen una particularidad muy curiosa: no fueron editadas por días, sino por tramos.
1. La espera
Pocos vídeos habrá en los que se dedique casi 90 segundos a los minutos previos al encierro. Algunos están en grupo, pero la mayoría de corredores pasean en soledad, nerviosos, concentrados consigo mismos. Decía Miguel Ángel Eguíluz que él prefería quedarse mirando a la pared. Hay quien da algún salto, pero casi todos se mueven lentamente. Pocos lectores del periódico. Hay dos, que parecen hermanos, con caracteres muy diferentes: uno apenas se mueve, miemtras el otro no puede parar quieto. De repente se oye nítidamente las tres campanadas de menos cuarto. Un toro en el corral está inquieto: no sabe qué, pero siente que algo extraño va a pasar. Pero él no puede retirarse. El mozo, en cambio, en cualquier momento, puede discretamente pasar al otro lado de la valla.
2. Tramo Santo Domingo-Plaza Consistorial
Vemos en primer lugar y, curiosamente en blanco y negro, el encierro del día 14 con el cántico al Santo. En el ayuntamiento se produce mi cogida: una primera cornada y luego tres más. Se suceden más encierros en el mismo tramo. Es curioso cómo poco a poco se va acelerando la carrera según se acerca la torada
Finalmente vemos la espeluznante cogida de Artola como algo predestinado: desde muchos metros antes se intuye que el toro va a meterse en el ángulo muerto del Ayuntamiento. Y Artola es el único que no se aparta.
Vemos en primer lugar y, curiosamente en blanco y negro, el encierro del día 14 con el cántico al Santo. En el ayuntamiento se produce mi cogida: una primera cornada y luego tres más. Se suceden más encierros en el mismo tramo. Es curioso cómo poco a poco se va acelerando la carrera según se acerca la torada
Finalmente vemos la espeluznante cogida de Artola como algo predestinado: desde muchos metros antes se intuye que el toro va a meterse en el ángulo muerto del Ayuntamiento. Y Artola es el único que no se aparta.
3. Tramo Mercaderes-Estafeta-Callejón
Llama la atención, en la curva de Estafeta, un mozo de melena que parece extranjero y que corre con mucha seguridad -sabiendo lo que hace- en ese difícil tramo.
En el callejón vemos a Julen Madina, todavía con pelo, citando con maestría a un toro suelto. Son sus novenos sanfermines (empezó en 1971)
Llama la atención, en la curva de Estafeta, un mozo de melena que parece extranjero y que corre con mucha seguridad -sabiendo lo que hace- en ese difícil tramo.
En el callejón vemos a Julen Madina, todavía con pelo, citando con maestría a un toro suelto. Son sus novenos sanfermines (empezó en 1971)
4. Plaza de toros
Espectaculares entradas al ruedo con mozos pisoteados y alguno que queda inerte. Golpes de mansos, caídas en las astas..., pero me ha llamado mucho la atención un mozo de jersey que cita constantemente a los toros sin darse cuenta del que tiene detrás. Estas imágenes constituyen la prueba más evidente de la existencia del Capotillo de San Fermín. Y de que los humanos no escarmentamos fácilmente (el mozo sigue citando con su jersey)
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