“Una
concejala de Bildu, Maider Beloki, atropella a dos ancianos el día de
Nochevieja y la Policía Municipal no le practica la prueba de la alcoholemia”. Esta
es la noticia destacada del inicio de año foral.
Empiezo
por recordarle al lector la celosa actuación que tuvieron en 2014, nada menos
que cinco policías municipales, con el entonces concejal Ignacio Polo en un
percance de tráfico. Aquellos policías se dedicaron en exclusiva a hacerle un
seguimiento, cuando Ignacio Polo iba de peatón, con la única intención de
cazarlo, ya que, en vez de intentar prevenir un delito al ver que iba algo
perjudicado impidiéndole coger su coche, esperaron a que el concejal lo
cometiera para crucificarlo.
Y
así lo hicieron. Pero la tortilla siempre da vuelta, y todo lo que en el caso
Polo se argumentó como bueno para justificar una sectaria actuación, hoy se les
vuelve como un boomerang.
Vayamos
al inicio del accidente ocasionado por la concejala de Bildu.
Así celebró el sindicato de Maite González (centro, de oscuro) el día de San Saturnino 2014 |
¿Qué
policía interviene? Maite González, secretaria del sindicato policial APM. Ya
en febrero del año pasado puso su cargo a disposición de sus compañeros por el
malestar que generó al criticar la formación de la academia. La misma que
lideraba los escraches al alcalde Maya. La misma que decidió multar a algunos concejales
porque interpretó, a su libre albedrío, que era un abuso que los ediles
hicieran uso de la tarjeta de aparcamiento que el Ayuntamiento les facilitaba
para ejercer sus funciones. La misma a la que no le importó que esa misma
concejala de Bildu tuviera aparcado su coche en un reservado. La misma que
interpretó que la concejal de Bildu ni “deambulaba ni apestaba” para no hacerle
un control de alcoholemia después de haber atropellado a dos personas. Y la misma
que ha “radiado” el atestado del accidente en las redes sociales. Una joyita.
Luego
tenemos al director de Seguridad, Xabier Ibáñez, el encargado de garantizar la
seguridad ciudadana y de velar por la convivencia pacífica, que no se le ocurrió
otra cosa que presentarse en rueda de prensa con la concejala de Bildu para
avalar su declaración y la actuación de la policía a pesar de decir que la
prueba de alcoholemia “es obligatoria” y que “habitualmente se hace” tras un
accidente (¿entonces?).
Sigo
con el concejal de Bildu, Joxe Abaurrea, muy indignado por la “invasión a la
intimidad” que hubiera supuesto hacerle la prueba de alcoholemia a su compañera
de partido, “invasión” que en algún momento sufrimos cualquier ciudadano y que
hasta ahora Bildu no había denunciado, pero lo tiene muy fácil: como su
partido, Bildu, gobierna en el Ayuntamiento, que cambien la norma y supriman
tamaña “invasión a la intimidad”. Y aprovechando que la concejala de Bildu pasó
por Duque de Ahumada, Joxe Abaurrea hizo un cántico a las “corruptelas de UPN y
PSN”, olvidando que no hay mayor corrupción que justificar los asesinatos para
obtener rendimientos políticos.
Y
si de “invasión a la intimidad” hablamos, vergonzoso, y me atrevo a decir que
delictivo, ha sido el relato pormenorizado de la concejala de Bildu dando datos
de los atropellados y de la enfermedad que tiene la señora, dato éste
facilitado con la única intención de minusvalorar las consecuencias de su
atropello.
San Saturnino 2014: ensañándose en el padre mediante el hijo. Girando ligeramente el cartel para una mejor lectura. Gracias |
Pero,
¿qué es lo que más le ha molestado a Bildu de todo esto? Pues que este suceso
se haya sabido; de ahí que aludan a la “caverna mediática”, esa que poco les
importó utilizar para hacer público, con todo lujo de detalles, el atestado de
Polo, la denuncia al hijo de Maya o la prueba de alcoholemia practicada al
familiar de una edil.
Desde
el Ayuntamiento de Pamplona se empeñan en decirnos que no ha habido trato de
favor hacia la concejala de Bilbu, pero a quien a todas luces se le está dando
un trato de favor es a la agente de policía, secretaria del sindicato APM, que
intervino en el atestado. Al más puro estilo de Belén Esteban, se le está
permitiendo que se pasee por todos los medios dando datos internos de su
trabajo y amenazando a todo aquel que ose denunciar su actuación, algo que a
ningún otro funcionario se le permitiría hacer.
No
descartemos que, a tenor de lo que va a pasar a ser el premio Príncipe de Viana,
ésta pueda ser nominada.
Pavor.
Chon Latienda es comentarista política
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