viernes, 5 de julio de 2019

Sabicas on Fire

José Mercé. cantaor,  junto a Tomatito, nos presenta a Sabicas
Vuelve de nuevo al Flamenco on Fire… 
Es una maravilla. Ha crecido de una manera impresionante. Toda España está pendiente de Pamplona. Eso me encanta, es importantísimo. Y es una satisfacción que el flamenco haya cogido este auge en el norte. 
¿Un norte que por ejemplo ya ha sabido poner en su sitio a la figura del maestro Sabicas? 
Yo creo que a Sabicas nunca se le pondrá en el lugar que se merece. Porque ha sido uno de los padres del flamenco. Afortunadamente hoy en día se le conoce mejor. Pero Sabicas, junto a Ramón Montoya y Paco de Lucía, ha sido lo máximo que ha dado la guitarra flamenca. Algo que no sólo se lo tenemos que agradecer todos los flamenco sino todo el mundo. 
Paco de Lucía comentaba que el primero que abrió las puertas del flamenco no fue él sino Sabicas… 
Dijo la pura verdad. Las palabras de un genio sobre otro genio. Es una maravilla, esa sencillez y esa humildad. Siempre digo que cuanto más grande es el artista más humilde es.
Foto de Paco Manzano

SABICAS, el genial mañuetero flamenco
En aquel verano del 82, Sabicas, después de más de 40 años sin pisar Pamplona, se acercó a la ciudad que le vio nacer. Era 5 de Julio, víspera de la Víspera, fecha idónea para el regreso de “navarros por el mundo”, y salvo para antiguos del lugar o algunos afectados por la fiebre flamenca, para la mayoría de los pamploneses era un perfecto desconocido.
Por eso, cuando el entonces alcalde Julián Balduz, en el homenaje que se le tributó en el salón principal de la Casa Consistorial, dijo aquello de “junto a Gayarre y Sarasate, se encuentra hoy aquí otro músico universal” y cuando añadió “este hombre ha elevado el sentido del flamenco popular a categoría infinita”, a lo que Sabicas contestó -visiblemente emocionado, entre lágrimas- : “Miren, yo me presento por ahí como un gitano, navarro y pamplonés, orgulloso de serlo”, muchos pamploneses se dieron cuenta de que en Pamplona había nacido un auténtico virtuoso de la guitarra, venido desde Nueva York, y del que casi no habían oído hablar.
Y a la tarde de ese mismo día, muchos de ellos acudieron con gran curiosidad al teatro Gayarre, a pesar de los partidos del mundial de fútbol que se celebraban en nuestro país en esos días, a un concierto que se convertiría en histórico en nuestra ciudad y que levantó el entusiasmo de los asistentes.

Biografía
Del archivo municipal de Pamplona, podemos extraer algunos detalles de su biografía: Agustín Castellón “Sabicas” (le gustaban las “habicas”) había nacido el 16 de marzo de 1912 en la calle Mañueta, nº7-3º, hijo de gitanos ambulantes, y de niño vivió sucesivamente en la calle Jarauta, en la Rochapea y en Villava.
Esencialmente autodidacta, comenzó a tocar a la edad de cinco años, cuando sus padres le compraron una guitarra por 17 pesetas. Él mismo aprendió a afinarla y a tocar las primeras notas. A esa edad, debutó por primera vez con su guitarra en una Jura de Bandera. Pero fue a los 11 cuando, habiéndose trasladado a Madrid, actuó ya como profesional(?) en el teatro “El Dorado” de Madrid, en un concierto de guitarra flamenca. A partir de ese momento recorrió España en diversas giras artísticas acompañando a los grandes cantaores de la época. 
En 1936 emigró a Argentina formando pareja con la diosa del baile flamenco, por entonces, Carmen Amaya. Juntos filmaron media docena de películas durante los cinco años que permanecieron juntos, en Argentina, México y Nueva York, ciudad -esta última- donde se estableció finalmente en 1955, afianzando su figura artística ya como concertista de guitarra. 
Que Pamplona, alejada totalmente de los ambientes flamencos, viese nacer al genial mañuetero, no deja de ser un hecho singularísimo y sorprendente, que no siempre se ha sabido valorar en su justa medida. La historia de la guitarra flamenca se divide -a partir de él- en dos épocas: antes y después de Sabicas.
De él bebieron todos los grandes maestros modernos de la sonanta. Paco de Lucía, Manolo Sanlúcar, los hermanos Juan y Pepe Habichuela, Tomatito o Enrique de Melchor que se consideran o se consideraban discípulos suyos; en palabras del propio Paco de Lucía: “Yo soñaba con Sabicas. A nadie le ha sonado la guitarra como al maestro”. 
De técnica depuradísima no daba la sensación de que tocaba sino que la música fluía espontáneamente de su guitarra. Estaba a la altura de los mejores guitarristas españoles como Andrés Segovia o Narciso Yepes. 

Muere en el Hospital Saint Claire, de Nueva York, el 14 de abril de 1990 y fue enterrado en el cementerio de Pamplona, seis días después, en el nicho 163 del grupo G50, a la izquierda de la Puerta del Río (el féretro fue recibido en el zaguán de la Casa Consistorial). 
Durante el entierro en Berichitos sonaba “Duelo de Campanas”, de él mismo:
Homenajes
El Ayuntamiento asignó el nombre “Plaza del Guitarrista Sabicas” a una parcela en el Polígono de los Alemanes. 
A partir de su muerte se han realizado múltiples acciones e iniciativas artísticas y culturales para rememorar su figura muchas de ellas promovidas por el jugador osasunista y gran aficionado, Manolo González, junto con la Casa de Andalucía, y patrocinadas desde el Ayuntamiento de Pamplona, entre las que merece la pena señalar -a vuela pluma- algunas, como:
-los dos Memoriales Sabicas, en 1990 y 1991,
-el I Festival de Guitarra, de Agosto de 2008, en el que se descubrió una placa en su nombre en la calle la Mañueta
-el Centenario Sabicas en 2012, promovido por la Asociación Gitana Gaz Kalo y el documental “El fabuloso Sabicas”, producido y dirigido por los pamploneses Pablo Sasal y Pablo Calatayud
-y finalmente el festival “Flamenco on Fire” (un disco recopilatorio de Sabicas tiene este título) que se inició en 2014 y que desde entonces continúa todos los años en la segunda quincena de Agosto con gran éxito.

NOTA
Esta entrada, completa -fotos y vídeos incluidos-, ha sido elaborada por Antonio González, hijo del jugador osasunista y gran aficionado al flamenco, Manolo González.
Precisamente las gestiones de su padre permitieron el mítico concierto de Sabicas celebrado en el Gayarre el 5 de julio de 1982, "víspera del Vispera", hace ahora 37 años.
Sirva esta entrada, hecha por su hijo, de homenaje a los dos: a Manolo y a Sabicas.
¡Mil gracias, Antonio!

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