¿Os imagináis un partido que brindara y homenajeara a pederastas,
violadores…? Pues estos hipócritas (no es un
insulto, sino una definición) de Bildu homenajean y brindan por quienes han llevado a
cabo las mayores agresiones a los derechos humanos, mientras lucen la manita en su solapa.
¡Felices fiestas, sin ningún tipo de agresión!
"¿Pamplona, libre de agresiones?", por Rafael Berro (DN)
¡Felices fiestas, sin ningún tipo de agresión!
"¿Pamplona, libre de agresiones?", por Rafael Berro (DN)
Asiron y sus socios exhiben buenismo divulgando, con ocasión de los Sanfermines, la campaña “Pamplona, libre de
agresiones sexistas”. Otros de su cuerda hacen algo parecido en distintos
municipios navarros, en especial, también en fiestas.
Podemos preguntarnos qué credibilidad merecen esas campañas. Y hay al menos tres hechos recientes que nos pueden ayudar a encontrar la respuesta.
1. En primer lugar, tenemos que en la última semana los ideológicamente afines a Asirón han organizado dos homenajes en Pamplona y Berriozar a dos etarras recién salidos de la cárcel. Los han recibido como a ídolos, como a héroes.
O sea que vitorean a los agresores, cuando son de los suyos; aplauden con entusiasmo las agresiones políticas, cuando son los suyos quienes las han llevado a cabo.
Y el promotor de la campaña contra las agresiones sexistas no se desmarca de esas prácticas, calla, otorga y comparte.
2. Además, el partido de Asiron se ha negado recientemente en el Parlamento navarro -como siempre- a condenar atentados etarras como el de Hipercor y otros.
Resulta pues que los que se nos presentan como sensibles humanistas -que no soportan y condenan las agresiones sexistas- tienen una dureza y una inhumanidad tan despiadadas que son capaces de dar por buenas -de no condenar- agresiones terribles como esos asesinatos.
Y el abanderado contra las agresiones sexistas sigue callando, otorgando y compartiendo.
3. En tercer lugar, está comprobado que entre esa muchachada entusiasta que recibe a los etarras como a héroes, hay más de uno dispuesto -si se tercia- a agredir por motivaciones de tipo político:
Y es obvio que eso no es casual, que quienes ahora son Bildu han estado fomentando durante años esas actitudes agresoras.
Y el líder antiagresiones sexistas no se distancia de todo esto.
Los socios de la
campaña antiagresiones, por su parte, ante tales prácticas, también callan y
miran para otro lado, y por tanto otorgan y tienen alguna complicidad al menos
indirecta con esas prácticas de exaltación de la agresión (y no olvidemos al
Director General de Paz, Convivencia y Derechos humanos, que también se escaquea, calla y otorga ante esas
conductas incompatibles con el respeto a los derechos humanos).
Nos hemos preguntado qué credibilidad merecen las campañas contra las agresiones sexistas que promueven los alcaldes de Bildu. La respuesta no tiene duda. Los alcaldes no se han caído del caballo como San Pablo, no han sufrido una súbita conversión. Quienes pertenecen a un partido que no condena agresiones atroces y cuyos miembros abrazan, aplauden y homenajean a agresores, se identifican con esas prácticas, y no merecen que se les crea cuando se presentan como abanderados contra las agresiones sexistas.
No cabe sino pensar que esas campañas son mero marketing político, una pose fingida, un mal disfraz buenista encaminado a dar buena imagen ante el electorado.
No sabemos si entre los electores habrá ingenuas caperucitas dispuestas a creer que ese ser grande y feo que está ahí metido en la cama, con sus manos tremendas, sus dientes enormes … es la abuelita y no el lobo.
Por nuestra parte tendríamos que decirle que no es nada creíble su disfraz de abuelita, su campaña contra las agresiones.
Podemos preguntarnos qué credibilidad merecen esas campañas. Y hay al menos tres hechos recientes que nos pueden ayudar a encontrar la respuesta.
1. En primer lugar, tenemos que en la última semana los ideológicamente afines a Asirón han organizado dos homenajes en Pamplona y Berriozar a dos etarras recién salidos de la cárcel. Los han recibido como a ídolos, como a héroes.
Y el promotor de la campaña contra las agresiones sexistas no se desmarca de esas prácticas, calla, otorga y comparte.
2. Además, el partido de Asiron se ha negado recientemente en el Parlamento navarro -como siempre- a condenar atentados etarras como el de Hipercor y otros.
Resulta pues que los que se nos presentan como sensibles humanistas -que no soportan y condenan las agresiones sexistas- tienen una dureza y una inhumanidad tan despiadadas que son capaces de dar por buenas -de no condenar- agresiones terribles como esos asesinatos.
Y el abanderado contra las agresiones sexistas sigue callando, otorgando y compartiendo.
3. En tercer lugar, está comprobado que entre esa muchachada entusiasta que recibe a los etarras como a héroes, hay más de uno dispuesto -si se tercia- a agredir por motivaciones de tipo político:
- ya sea a unos guardias que toman una copa con sus novias,
- ya a quien lleve una bandera de Navarra, un 3 J,
- ya, mucho más, si se trata de la bandera de España.
Y es obvio que eso no es casual, que quienes ahora son Bildu han estado fomentando durante años esas actitudes agresoras.
Y el líder antiagresiones sexistas no se distancia de todo esto.
Álvaro Baraibar y Asirón |
Nos hemos preguntado qué credibilidad merecen las campañas contra las agresiones sexistas que promueven los alcaldes de Bildu. La respuesta no tiene duda. Los alcaldes no se han caído del caballo como San Pablo, no han sufrido una súbita conversión. Quienes pertenecen a un partido que no condena agresiones atroces y cuyos miembros abrazan, aplauden y homenajean a agresores, se identifican con esas prácticas, y no merecen que se les crea cuando se presentan como abanderados contra las agresiones sexistas.
No cabe sino pensar que esas campañas son mero marketing político, una pose fingida, un mal disfraz buenista encaminado a dar buena imagen ante el electorado.
No sabemos si entre los electores habrá ingenuas caperucitas dispuestas a creer que ese ser grande y feo que está ahí metido en la cama, con sus manos tremendas, sus dientes enormes … es la abuelita y no el lobo.
Por nuestra parte tendríamos que decirle que no es nada creíble su disfraz de abuelita, su campaña contra las agresiones.
Rafael Berro Úriz
2 comentarios:
Cualquiera con dos dedos de frente se da cuenta la clase de nazis con la que no ha tocado convivir. La jodienda es que su labor de lavado de cerebros es ardua y constante desde hace años.
Volviendo a las agresiones sexuales(no sé por qué les dicen sexistas), la política seguida es un fracaso: no hay menos, se denuncian más, el primer día 2. Pienso que la intención es que no haya agresiones, no que haya más denuncias.
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