Gracias al Menticias (¿por qué hasta ellos le llaman así?) me enteré de que la manifestación por la bandera de Navarra no era más que una maniobra de distracción para relegar a un segundo plano las irregularidades detectadas en la planta de biogás de Ulzama…
Y yo, que era uno de los tres ultras
convocantes, sin enterarme.
Más vale que, ayer por fin, Patxi exalcalde de Ulzama respondió a la pregunta de su hija:
-"¿Es cierto, como dicen en el colegio, que ´has robado tres millones de euros? ¿Es eso verdad, aita?”
"No todo vale en política" por Patxi Pérez Arregui
El exalcalde de Ulzama expresa la
indefensión en la que se encuentra quien sufre acusaciones y difamaciones
personales que no se sostienen en un tribunal
Algunos dirán que he tardado mucho en
responder a las acusaciones, difamaciones, calumnias y demás despropósitos que,
tanto mi familia como yo, hemos tenido que aguantar todo este tiempo. Lo cierto
es que han sido semanas enormemente dolorosas para todos nosotros. Dolorosas
porque, ante las desinformaciones interesadas y dirigidas que se han ido
publicando sobre mi desempeño público al frente del Ayuntamiento de Ulzama, ha
sido complicado mantener la compostura. Dolorosas porque convivir con aquello
del “difama que algo queda” ha sido muy injusto.
Ahora que la Fiscalía de la Audiencia
Provincial de Navarra ha archivado el caso “Planta de Biometanización” es
cuando, con el respaldo de la Justicia, puedo gritar alto y claro a los cuatro
vientos que todo era mentira.
Ahora es el momento oportuno para responder de forma tajante y contundente a quienes me han acusado vilmente sin ningún otro propósito que destruir mi imagen y mi honor.
Ahora es cuando quiero decir que todo ha sido un infundio político. Todo ha sido una mentira cuyo único objetivo era hacerme daño, y, de paso, hacer daño a un partido político. Todo ha sido una “vendetta” pergeñada desde la esfera pública.
Ahora es cuando quiero decir que no todo vale en la vida para sacar rédito electoral.
Ahora es el momento oportuno para responder de forma tajante y contundente a quienes me han acusado vilmente sin ningún otro propósito que destruir mi imagen y mi honor.
Ahora es cuando quiero decir que todo ha sido un infundio político. Todo ha sido una mentira cuyo único objetivo era hacerme daño, y, de paso, hacer daño a un partido político. Todo ha sido una “vendetta” pergeñada desde la esfera pública.
Ahora es cuando quiero decir que no todo vale en la vida para sacar rédito electoral.
Soy inocente de las falsas acusaciones que
se han vertido sobre mí. Y lo soy, no sólo porque así se desprende del archivo
de las actuaciones de la Fiscalía impulsadas por la Cámara de Comptos. Lo soy
porque lo he sido siempre, antes de que se iniciara todo este proceso, y por eso
puedo decirlo con mucho orgullo: "soy inocente".
Como máximo responsable del Ayuntamiento
del Valle de la Ulzama entre los años 2003 y 2012, mi única obsesión ha sido
conseguir lo mejor para todos y para todas. Lo mejor y lo más conveniente en
todo momento para el Valle. En algunas ocasiones habré acertado y otras me
habré podido equivocar. Sin embargo, mi conciencia está tranquila porque en todo
este tiempo no he hecho nada de lo que pueda avergonzarme y mucho menos he
metido la mano en la caja.
Efectivamente, soy inocente de lo que
cierta clase política -con poca “clase”- me acusaba. Que quede claro: ni me he
llevado ni he hecho que nadie se llevara un solo euro de dinero público. Quien
diga lo contrario, miente; y miente a sabiendas, que aún es peor. La mentira
tiene las patas muy cortas, y si esa mentira tiene poca consistencia, al final
cae por su propio peso. Y así ha sido. Por esa razón salgo a defender mi
honorabilidad con ahínco y tesón. Garra no me falta, y ganas tampoco.
Todos estos meses han dejado una marca
importante en mi entorno, en mi familia, en mis amigos, en mí. La sospecha de
que yo hubiera podido incurrir en un caso de corrupción política no nos ha
dejado descansar. Las preocupaciones, el qué dirán, los titulares de cierta
prensa seguidista, amarilla y partidista han hecho que, por momentos, haya sido
insufrible permanecer callado. Ha sido duro escuchar cómo tu propia hija, una
inocente niña de apenas once años te preguntaba si era cierto, como decían en
el colegio, que yo había robado tres millones de euros: “¿Es eso verdad, aita?”
Agria sensación de impotencia se me quedó al escucharle. ¿Cuánto le tuvo que
costar a mi hija hacerme esa pregunta? Pensar en el sufrimiento y en la
vergüenza interior que debió sentir me rompe el corazón. “No, cariño, no. Yo no
me he llevado ni un duro. No te preocupes. La gente critica sin saber y acusa
por acusar”.
Llegado este punto, ¿quién se hace
responsable ahora de restaurar mi honor? ¿Alguien va a pedir disculpas de las
aseveraciones gratuitas que han ido difundiendo por las redes sociales y desde
determinados medios de comunicación social? ¿Por qué los grupos parlamentarios
que sustentan este gobierno nacionalista no han permitido que el Legislativo
tuviera acceso a los informes en los que se basó la Cámara de Comptos para
hablar de irregularidades en mi gestión? ¿No hacen tanta gala de
transparencia? ¿Por qué en este caso no
lo han hecho? Ahora sabemos por qué, y todavía se sabrán y se demostrarán más
cosas.
La política es lo que tiene. Unos días te critican
y otros también. Nunca llueve a gusto de todos, y cuando la lluvia se
transforma en tormenta, aún menos. Creo firmemente en mis convicciones
políticas. Mi paso por la “cosa pública” atesora infinidad de ejemplos de
servicio a mis vecinos y vecinas. He trabajado por ellos y por ellas, por mi
familia, por mis amigos y amigas y por Navarra. Con casos como el mío, ¿quién
va a querer dar el salto a la política y dejar de lado su profesión? ¿Alguien
va a querer estar expuesto a esta bastarda crítica por el mero hecho de tener
ideas contrarias a las de sus opositores? Malos tiempos para la política. No
todo vale.
Patxi Pérez Arregui es
exalcalde de Ulzama
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