Malloas. Autorretrato de Nicolás Ardanaz con el valle de Araiz a sus pies (1959) |
Una carta valiente, rebelde, con la que muchos nos sentimos identificados.
Resulta indignante que, ante las constantes imposiciones del nacionalismo, cuando uno por fin se harta y se dispone a hacer una crítica, te veas obligado primero a presentar tus credenciales (apellidos, aficiones...) para que no te tachen de antivasco.
A veces pienso que quizás sea más eficaz olvidarse de credenciales y dedicarles en nuestro día a día un saludable: "¡que os den, borregos!"
Nos lo cuenta Pedro:
No odio nada, tampoco lo vasco
Resulta indignante que, ante las constantes imposiciones del nacionalismo, cuando uno por fin se harta y se dispone a hacer una crítica, te veas obligado primero a presentar tus credenciales (apellidos, aficiones...) para que no te tachen de antivasco.
A veces pienso que quizás sea más eficaz olvidarse de credenciales y dedicarles en nuestro día a día un saludable: "¡que os den, borregos!"
Nos lo cuenta Pedro:
No odio nada, tampoco lo vasco
En relación con las
declaraciones efectuadas en días pasados por Koldo Martínez, portavoz de Geroa
Bai en el Parlamento de Navarra, en las que citaba el término “antivasquismo”,
me gustaría hacer algunas consideraciones:
Soy de Pamplona.
Mis padres, mis hermanos y mis
abuelos también lo son.
Tengo familiares de Villava,
Esáin (Valle de Anué), San Sebastián y Vitoria.
Entre mis apellidos están:
Aguirre, Ansotegui y Balerdi.
Entre los de mi mujer:
Azpilicueta, Gaztambide y Eugui.
Tengo en casa discos de
Enrique Celaia, me gusta tocar el acordeón y me encanta la música de Kepa
Junquera.
Me gusta el vascuence que
hablan algunos amigos míos, vascuence mamado en casa.
He disfrutado de muchos
veranos de vacaciones en San Sebastián y en Fuenterrabía, con mis padres, y de
muchas tardes de paseos con mis hijos por los prados de Imbuluzketa y las
laderas de Baratxueta.
He caminado con gran gozo por
lugares como Las Malloas, las Peñas de Aya, San Juan de Gaztelugatxe, Zarautz,
Guetaria, etc. La lista sería interminable. Sin olvidarme de la emoción que se
siente en la pasarela de Holtzarte y la belleza de las gargantas de Kakueta.
Partiendo de la base de que
odiar es malo, yo no odio a nadie.
Tampoco lo vasco. Más bien
diría que amo lo vasco.
Lo que me sorprende es el
euskera de los que dicen “dile agur a
la tía” y el de los que van por la ladera del Ori gritando “kontuz!” cuando caen piedras (se ve que
es la única palabra que saben). Con ese nivel no van a tener una plaza en la
administración.
Y lo que no me gusta es la
imposición por parte de los “Martínez”, “Ramírez”, “Pérez” y “Ruiz” (es decir,
Koldo, Maiorga, Laura y Bakartxo) de una ideología trasnochada y anacrónica que
lo único que hace es sembrar el odio y la división entre la gente, retroalimentándose
constantemente de una nostalgia absurda, mal cimentada en una historia
inexistente.
Solo pido que se me respete
como yo respeto a los demás.
Espero, como navarro, poder
seguir paseando por La Concha y merendar en el monte Ulía.
Pedro
Gordejuela Hierro
Pedro, va para ti. Pantalla a lo bestia, ya sabes:
4 comentarios:
Olé, Olé y requeteolé!
Olé, Olé y requeteolé!
Impresionante el vídeo y la música. Con la piel de gallina.
Teniendo solo apellidos navarros por parte de madre (mi padre era catalán), pero nacido en la calle Campana, bautizado y confirmado en la iglesia de S. Saturnino, me siento tan navarro como el que más y comparto al 100% la carta de Pedro. Que nos dejen en paz con nuestra tierra, nuestras ideas y nuestra bandera. Que vengan cuando quieran a disfrutar de esta Navarra que tanto nos gusta a todos, que nos dejamos abrazar y abrazamos con cariño, siempre que se nos respete, como nosotros respetamos a todos los que nos visitan. Con todo mi cariño
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