Luego fui a ver quiénes eran esas personas tan amables que habían permitido mi publicación sin ningún control previo y enseguida encontré la explicación.
Era un grupo cerrado
De más de 18000 miembros
Y casualmente yo era, sin haberlo pedido, uno de ellos
La táctica es verdaderamente mafiosa: ¿cómo te meten en un grupo cerrado sin tu permiso? ¿No tendrás tú que pedirlo?
Ya por el nombre, relegando el habitual de mi ciudad al 2º lugar, sospeché quiénes podían ser sus directores, administradores y animadores.
Y efectivamente, a los pocos minutos ya me llegó el primer aviso: que en esa página se respetaban todas las sensibilidades y por tanto no consentían que alguien como yo -que odiaba todo lo que olía a vasco- no siguiera esa norma básica del grupo.
Yo, calladico, a tragar todo lo que me dijeran. Si con esta entrada de los cordeleros ya me dicen estas cosas...
En días sucesivos seguí compartiendo con ellos todas las entradas, por supuesto, sin autocensura. Faltaría más.
Pero los comentarios iban subiendo de tono: que mi blog estaba lleno de insultos al alcalde, que era un xenófobo, que mis escritos -si no lo eran- rozaban el bullying... Parecían casi todos monaguillos recitando el catecismo del Aitá Astete (1537-1601).
Y muchos de esos "miembros del grupo" empezaron a pedir a los administradores que me echaran.
Lo más gracioso fue la respuesta del administrador, un tal I.A.:
"No vamos a censurar, no vamos a ser como ell@s... la ley mordaza no va con nosotr@s".
Yo me reía pensando qué poco iba a tardar en ponerme el bozal.
Y efectivamente, al día siguiente, en la entrada sobre la Chantrea, el administrador 'anticensura' desactivó los comentarios para esa publicación.
¿Por qué? había entrado mucha gente y algunos miembros ya hablaban y debatían conmigo correctamente, aportando razones y discutiendo como personas libres.
Yo sabía que mi destino ya estaba escrito.
Ayer hice la entrada sobre los aberzales violentos que nos estropearon la tarde del sábado en nuestro querido Casco Viejo. Ante mi crítica no se les ocurre más que rebatirme con el "repunte fascista" de unas pintadas contra el alcalde en las que se le llamaba "guarro".
Yo les contesté con la entrada que tenía ya hecha sobre el tema.
A media mañana de ayer ya me habían puesto la mordaza los de "No vamos a ser como ell@s"
Pero no penséis que soy el único. Estos mafiosos manipulan tanto que no permiten que nadie se salga del camino trazado por su catecismo. Así han conseguido que ya exista otro grupo: el de Expulsados de Aupa Iruña. Tiene gracia, eh?
NOTA: muchos de quienes me leéis seguro que -quizás sin saberlo- estáis en ese grupo. Os ruego que lo comprobéis y, si os parece bien, compartáis en dicho grupo las entradas diarias que vayamos sacando. Por ejemplo y para empezar bien, ésta misma.
Muchas gracias por vuestro apoyo
Esta entrada tiene su continuación en:
Era un grupo cerrado
De más de 18000 miembros
Y casualmente yo era, sin haberlo pedido, uno de ellos
La táctica es verdaderamente mafiosa: ¿cómo te meten en un grupo cerrado sin tu permiso? ¿No tendrás tú que pedirlo?
Ya por el nombre, relegando el habitual de mi ciudad al 2º lugar, sospeché quiénes podían ser sus directores, administradores y animadores.
Y efectivamente, a los pocos minutos ya me llegó el primer aviso: que en esa página se respetaban todas las sensibilidades y por tanto no consentían que alguien como yo -que odiaba todo lo que olía a vasco- no siguiera esa norma básica del grupo.
Yo, calladico, a tragar todo lo que me dijeran. Si con esta entrada de los cordeleros ya me dicen estas cosas...
En días sucesivos seguí compartiendo con ellos todas las entradas, por supuesto, sin autocensura. Faltaría más.
Pero los comentarios iban subiendo de tono: que mi blog estaba lleno de insultos al alcalde, que era un xenófobo, que mis escritos -si no lo eran- rozaban el bullying... Parecían casi todos monaguillos recitando el catecismo del Aitá Astete (1537-1601).
Y muchos de esos "miembros del grupo" empezaron a pedir a los administradores que me echaran.
Lo más gracioso fue la respuesta del administrador, un tal I.A.:
"No vamos a censurar, no vamos a ser como ell@s... la ley mordaza no va con nosotr@s".
Yo me reía pensando qué poco iba a tardar en ponerme el bozal.
¿Por qué? había entrado mucha gente y algunos miembros ya hablaban y debatían conmigo correctamente, aportando razones y discutiendo como personas libres.
Yo sabía que mi destino ya estaba escrito.
Ayer hice la entrada sobre los aberzales violentos que nos estropearon la tarde del sábado en nuestro querido Casco Viejo. Ante mi crítica no se les ocurre más que rebatirme con el "repunte fascista" de unas pintadas contra el alcalde en las que se le llamaba "guarro".
Yo les contesté con la entrada que tenía ya hecha sobre el tema.
A media mañana de ayer ya me habían puesto la mordaza los de "No vamos a ser como ell@s"
Pero no penséis que soy el único. Estos mafiosos manipulan tanto que no permiten que nadie se salga del camino trazado por su catecismo. Así han conseguido que ya exista otro grupo: el de Expulsados de Aupa Iruña. Tiene gracia, eh?
NOTA: muchos de quienes me leéis seguro que -quizás sin saberlo- estáis en ese grupo. Os ruego que lo comprobéis y, si os parece bien, compartáis en dicho grupo las entradas diarias que vayamos sacando. Por ejemplo y para empezar bien, ésta misma.
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