viernes, 28 de agosto de 2015

Juan Pedro Arraiza: Banderas en Navarra

Chupinazo 2015 en Berriozar
Con ocasión de los chupinazos festivos en diversas localidades navarras, los regidores kuatripartitos han aprovechado “el cambio” para colocar la ikurriña en sus ayuntamientos. La Ley de símbolos de Navarra la prohíbe y los de algunas localidades, que otros años lo hicieron, han sido sancionados. La novedad [de "novedad", nada; llevan años hacienéndolo; de ingeniosa, menos] “ingeniosa” de este verano en Pamplona, Tafalla y Estella ha consistido (para justificar el incumplimiento de la Ley) en aducir razones de cortesía, ante la “casual” presencia de invitados parlamentarios de Euskadi que otorgaba, a esa bandera vecina, lugares destacados entre las banderas oficiales e incluso en sustitución de la europea.
Justificar la acción en cortesías vecinales, certifica ya palmariamente que la ikurriña es la bandera de los vecinos de Euskadi y no la nuestra. Ser cortés con los vecinolaris de tu cuerda ideológica, pero ofensivo e hiriente para la mayoría de los navarros es, como mínimo, ser incívico y mal ciudadano, pues la educación, como la cortesía, no se alcanzan por una amabilidad, y acogimiento puntual hacia tus lazos afectivos, sino con una actitud permanente, respetuosa y desinteresada hacia todos. Repetir con un mantra cortesías parlamentarias, para, acto seguido, añadir que responden a “que hay una parte de la población que se identifica con esa bandera”, es pasar de la cortesía a la cortedad, al confesarse, con ello, que aquella es un cuento para pretender eludir la Ley y sus consecuencias y de paso tratarnos a la mayoría de los navarros de tontos del haba.
Los kolokas acreditan su condición antidemocrática y totalitaria, imponiendo un símbolo que ni histórica, ni legal, ni democráticamente ha representado a nuestra tierra; y lo descalificante es que desde nuestra presidenta, o el vicepresidente, hasta los abertzales más radicales (todos lo son) nos repiten que “esta sociológicamente contrastado que Navarra es mayoritariamente no abertzale”. ¿Con que cara entonces nos meten la ikurriña premeditada y alevosamente?
[Frente a la advenediza ikurriña -que divide-, el escudo de Navarra lleva representándonos a todos los navarros (árabes, judíos, francos, carlistas, liberales, gitanos, ecuatorianos, rumanos.., y a todas las "sensibilidades") desde mediados del siglo XII. Así nos lo han enseñado; pero parece que algunos aquel día no asistieron a clase]
Con la bufonada de la “sensibilidad de parte de navarros” van a tener crudo el cambio anunciado de la Ley de Símbolos, pues ese principio, como el del caprichoso “derecho a decidir”, abre la puerta también a las de la Segunda República (que también se coloca), a la del Estado Islámico, a la del Vaticano y otras muchas. Y si los kuatripartitos para no meterse en esotéricos debates parlamentarios, se limitan a retirar las sanciones a la colocación de otras banderas, nuestros ayuntamientos van a quedarse sin huecos en sus balcones. La Navarra histórica y la actual y democrática tienen tres banderas oficiales que la configuran en su identidad y adhesión comunitaria: La propia y secular navarra, la española y la europea. En las tres por activa y por pasiva están representadas todas las pluralidades y sensibilidades vascas o no, monárquicas o republicanas, calés, latinos, árabes, celtas….. ¿Aceptarían los nacionalistas vascos, en una supuesta Euskadi independiente, o los republicanos, en una España con bandera oficial de la Segunda República, el que, legalmente, a su lado se colocara también la actual bandera española, por mucha “sensibilidad de parte” que los ciudadanos mantuvieran hacia nuestra actual bandera? Pues aplíquense el cuento.
Como todavía queda alguno que honradamente cree que la ikurriña es el símbolo de una cultura, propongo con ánimo conciliador, que los abertzales creen una nueva bandera territorial para Euskadi y otra para Euskalerria, quedándose la ikurriña como exclusivo símbolo cultural, pese a que ésta la inventaran dos hermanos racistas (los Arana Goiri). Va a ser que no, aunque después de todo, en el País Vasco, en muy pocos años, han inventado o modificado (I+D) su bandera, escudos territoriales, himno y hasta la “plural” lengua vasca, sin, al parecer, muchos problemas.
A la política, lo que es política, y a la cultura vasca, lo que es cultura. Y no forman parte de ésta ni nuestros asesinos y terroristas vascos -“vengan de donde vengan”-, ni los que colocan al pueblo por encima del ciudadano, ni los que pretenden extender una lengua, utilizar la historia, o imponer sus símbolos, no para hacer a las personas más ricas y comunicativas, o que abran fronteras, sino para empobrecerlas y cerrarlas. De toda esta incultura -como, en parte vasco, y sensible- no puedo menos que sentirme avergonzado.
Juan Pedro Arraiza Rodriguez-Monte es abogado

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