Última valla: A la izda Bett. A la dcha, fundido, el favorito |
Nicholas Bett: keniata y vallista
En el atletismo no suele haber sorpresas y, menos, milagros (aunque haberlos, haylos: que le pregunten a Beamon). El resultado de la mayor parte de las pruebas suele ser previsible. Si se hicieran quinielas con el atletismo, los entendidos se forrarían a costa de los que, no conociendo a los competidores, se atrevieran a apostar.
En el atletismo no suele haber sorpresas y, menos, milagros (aunque haberlos, haylos: que le pregunten a Beamon). El resultado de la mayor parte de las pruebas suele ser previsible. Si se hicieran quinielas con el atletismo, los entendidos se forrarían a costa de los que, no conociendo a los competidores, se atrevieran a apostar.
Es muy importante la marca con la que llegan los atletas a las olimpiadas o a un mundial. De hecho, las calles se adjudican en función de esas marcas.
En una carrera de 400 son mejores las calles interiores porque puedes controlar a tus rivales. La calle 9 es la peor. Por eso se adjudica a quien tiene peor marca.
Pues en este mundial de Pekín Nicholas Bett ha destrozado estos tópicos. Y más si se tiene en cuenta que ese alguien es keniata y corría en 400 m. vallas, una especialidad extraña para los atletas de las altiplanicies del Valle del Rift. Y por la calle nueve.
Ha bajado, de una tacada, medio segundo (todo un mundo en 400v) su marca personal, ha batido, por supuesto, el record de Kenia, y ha hecho -47:79- la mejor marca del mundo en este 2015.
Y sólo tiene 23 añitos.
Y sólo tiene 23 añitos.
Si tienes tiempo y puedes solazarte puedes ver la versión completa (12.52):
Aquí tienes una versión más reducida (6:13):
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