Un frenopático en San Ignacio 3
Álvaro Bañón DN 27/10/2025
Para los no iniciados, San Ignacio 3 es la dirección del Departamento de Cohesión Territorial del Gobierno de Navarra, y gracias a la Comisión Parlamentaria, estamos descubriendo que, en sus altas esferas, es lo más parecido a un frenopático. Patadas a puertas, discusiones acaloradas, destierros a un polígono industrial, presiones, “sugerencias” , prolongaciones de carrera “a la carta”, y denuncias a la Oficina Anticorrupción. Todo esto que hemos conocido, sin todo lo demás (que es mucho) bastaría para que el consejero Chivite se fuera a su casa por incapacidad. O no se enteraba, o lo permitía y fomentaba.
Pero es que hemos conocido otros hechos muy preocupantes. Hechos, no opiniones. Y si unimos los hechos, el problema va creciendo. Los hechos son que la obra más importante de la última década fue adjudicada por una mesa presidida por un funcionario a quien se alargó la vida laboral de manera específica “ad hoc” para que la presidiera. Los hechos son que esa persona presionó o sugirió a (por lo menos) dos técnicos de esa mesa para que “repensaran” sus puntuaciones, según manifestado en sede parlamentaria. Dos de dos. El presidente, por lo que parece, iba uno por uno con una misión clara, que la adjudicación cayera a quien tenía que caer.
Esta “presión” derivó en uno de los casos en una bronca importante, según el técnico. El presidente de la mesa afirmó en el Parlamento que el motivo de la discusión fue otro. Uno de los dos mintió a la Comisión, y esto puede tener consecuencias penales.
Afortunadamente, ninguno de los dos técnicos presionados, gente honrada, cambió su puntuación, pero la irregularidad (veremos si el delito) ya estaba consumada por parte del presidente.
Bueno, pues esta adjudicación tan irregular (y que la Oficina anticorrupción definió como nula) terminó, además, en una UTE en la que estaba la empresa de Santos Cerdán, quien está en prisión provisional por su “supuesto papel principal en la trama de cobro de sobornos a cambio de adjudicación de obra pública”. ¿Hace falta unir los puntos? Si camina como un pato, grazna como un pato y nada como un pato, la explicación más lógica es que sea un pato.
Y ya por terminar. ¿Se imaginan que hubiera pasado en 2012 al Gobierno de Yolanda Barcina, si hubiera adjudicado la mayor obra de Navarra a una UTE en la que estuviera Javier Esparza y éste estuviera en la cárcel? Porque el caso actual es exactamente ese. ¿Qué dirían los hoy socios del PSN, Geroa Bai y Contigo/Podemos? ¿Cómo estarían las calles? ¿Qué diría Kontuz (por cierto, donde está)?
Álvaro Bañón Irujo es economista.


















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