El grupo guipuzcoano Goizaldi actuó en 1962 en la película La reina de Chantecler |
Ayer, mi amigo y vecino Alfredo me envió este trocito ('Erromeria') de La reina del Chantecler, una película dirigida por Rafael Gil y protagonizada por Sara Montiel, que se estrenó en 1962. Las escenas de baile y la música son realmente deliciosas y muy sorprendentes para esos años.
La pena que tengo es que el sábado día 12 echaron la película en Cine de Barrio y no estuve atento para conseguirla con una calidad muy superior a lo que vais a ver.Nada más llegar al País Vasco, Charito (Sara Montiel) se entera de que hay fiestas en Oyarzun y recuerda a Santi, un joven pelotari con el que se encontró en Madrid, y decide ir a su encuentro. El joven desconoce su profesión (estrella del cuplé) y ni siquiera su verdadero nombre, ya que ella se presenta ante él como Margarita, y durante las fiestas ambos jóvenes se enamoran.
No os perdáis la gracia que tiene bailando el pelotari, que parece, más bien, un futbolista calentando.
Primera sorpresa: Pedro Ugalde (2): "Estampa koskera"
Justo en el minuto 1'18'', cuando Santi le dice a ella "vamos a bailar", suena "Estampa koskera", de Perico Ugalde. Y dura, apenas audible, hasta el 2'20''.
De este entrañable donostiarra he publicado en Desolvidar un anuncio comercial, muy conocido en la Pamplona de los años años '60, y tres canciones, entre las que destaca la habanera "Parte Vieja donostiarra" (1951).
Tras los acordes de la Diana de la Tamborrada de San Sebastián, da comienzo, cantada y más pausada, la misma melodía de la película.
Y tras rendirse a la evidencia de que los tambores llenan el corazón de cualquier donostiarra, nos trae un recuerdo delicioso de Errondo-chiqui (así lo escribían los periódicos de la época), aquel caserío en el que, además de comidas y meriendas, organizaban animados bailes los jóvenes donostiarras.
Ese camino de Errondo, por lo que se ve en las imágenes, debía de ser una maravilla. Tanto como ver venir en sus carros a las caseritas con los productos que traían a los mercados de La Brecha o San Martín.
(pincha para leer bien) |
Tras los acordes de la Diana de la Tamborrada de San Sebastián, da comienzo, cantada y más pausada, la misma melodía de la película.
Y tras rendirse a la evidencia de que los tambores llenan el corazón de cualquier donostiarra, nos trae un recuerdo delicioso de Errondo-chiqui (así lo escribían los periódicos de la época), aquel caserío en el que, además de comidas y meriendas, organizaban animados bailes los jóvenes donostiarras.
Ese camino de Errondo, por lo que se ve en las imágenes, debía de ser una maravilla. Tanto como ver venir en sus carros a las caseritas con los productos que traían a los mercados de La Brecha o San Martín.
2ª sorpresa: "No te olvido (Desde que nace el día)"
Terminando la canción, ella dice: "Es hermosa". Y Santi: "Muy antigua". Veamos.
Manuel Villar
Manuel Villar
Su autor es Manuel Villar y Jiménez (1849-1902), un tudelano que, a los 18 años, ganó por oposición plaza de cantor en la iglesia de Santiago de Bilbao, que ocupó hasta su muerte. Curiosamente, en el enlace anterior no aparece entre sus obras el zorcico "No te olvido", del que sí se hace cumplida referencia en la BNE. El registro más antiguo es de 1891.
Aquí lo tenéis, en esta versión, la más vista, pero con un lamentable corte del comienzo, que sí podéis escuchar en este enlace. Os recomiendo que pinchéis primero el enlace y paséis enseguida (hasta que muere el sol) al vídeo:
Manuel Villar/ Sara Montiel
Desde que nace el día
hasta que muere el sol,
resuena en mis oídos
el eco de tu voz.
El monte y los ríos,
el aire y el rumor
me traen las palabras
que me dijiste, amor.
Y aunque, lejos de mí,
yo no te olvido, no;
tu imagen adorada
llevo en mi corazón.
Por el anochecer,
el velo del adiós
flota en ese pañuelo
que tiembla por los dos.
Era un romería,
sonaba el tamboril,
hasta que muere el sol,
resuena en mis oídos
el eco de tu voz.
El monte y los ríos,
el aire y el rumor
me traen las palabras
que me dijiste, amor.
Y aunque, lejos de mí,
yo no te olvido, no;
tu imagen adorada
llevo en mi corazón.
Por el anochecer,
el velo del adiós
flota en ese pañuelo
que tiembla por los dos.
Era un romería,
sonaba el tamboril,
y al son de aquel zorcico
me enamoré de ti.
Vivimos del recuerdo
que nos supo decir
en su alegre zorcico
la voz del tamboril.
Y aunque, lejos de mí,
yo no te olvido, no;
tu imagen adorada
llevo en mi corazón.
Por el anochecer
el velo del adiós
flota en ese pañuelo
que tiembla por los dos.
Mayte del alma mía,
yo no te olvido, no;
tu imagen adorada
llevo en mi corazón.
me enamoré de ti.
Vivimos del recuerdo
que nos supo decir
en su alegre zorcico
la voz del tamboril.
Y aunque, lejos de mí,
yo no te olvido, no;
tu imagen adorada
llevo en mi corazón.
Por el anochecer
el velo del adiós
flota en ese pañuelo
que tiembla por los dos.
Mayte del alma mía,
yo no te olvido, no;
tu imagen adorada
llevo en mi corazón.
Este zorcico tuvo en su día un inmenso éxito. Os he dicho que el primer registro en la BNE era de 1891, pero debo precisar que se trataba de la ¡3ª edición! de la partitura. Así pues, el zorcico es anterior.
Quienes habéis tenido la precaución de mirar esa partitura, habréis visto que su título es "A mi querida madre. No te olvido".
Y, lógicamente, la letra poco tiene que ver con el sentido que se le da en la película. Ésta es la original:
Desde que nace el
día
hasta que muere el
sol,
resuena en mis oídos
el eco de tu voz (bis)
Que aunque lejos de
ti
yo no te olvido, no;
tu imagen adorada
guardo en mi corazón
(bis).
Madre del alma mía
yo no te olvido, no
(bis)
Tus cantos amorosos,
arrullos de otra
edad,
a solas en mis
sueños
recuerdo con afán.
Que aunque lejos de
ti...
El Santo escapulario
que me diste al
marchar
del pecho que te
adora
nunca se apartará.
Que aunque lejos de
ti...
Hay unas cuantas versiones, pero a mí, la que me parece mejor con la letra original, es ésta del tenor, Rogelio Baldrich, de 1931.
1 comentario:
Increíble la Sarita en el contexto de la película , genial !!
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