miércoles, 23 de enero de 2019

Paseo Valencia, hoy llamado Sarasate

Pie de foto de Arazuri: 06.1965 columpiándonos en las cadenas
del Monumento a los Fueros, aprendimos a ser forales
Todavía muchos pamploneses, precisamente los más castizos y de más edad, siguen llamando 'Paseo Valencia' al que hoy es Paseo Sarasate. Lo más curioso es que, a pesar de que han pasado 116 años del nuevo nombre, no estamos seguros del porqué de la denominación "Paseo (de) Valencia".

1891.Los Dragones de Numancia  por el Paseo de Valencia
1. Cambios de denominación
Veamos los cambios de título del Paseo
  • Aunque la gente ya le llamaba así de antes, es en el padrón municipal de 1854 cuando aparece por primera vez el nombre de calle o Paseo de Valencia.
  • Sarasate murió en 1908, sin embargo en la hemeroteca de DN ya aparece el título de 'Paseo (Boulevard) de Sarasate' desde 1903. Hay alguna postal firmada por él con el Boulevard de Sarasate.
  • Posteriormente, en 1974,   y durante apenas 5 meses, de mayo a  octubre, vuelve a llamarse Paseo de Valencia, pero viendo que a la ciudadanía no le había gustado el cambio, se regresa a la denominación de "Paseo de Sarasate", hasta nuestros días.
2. Hipótesis sobre el origen de 'Valencia'

Arazuri, con las gaficas nuevas
A) J.J. Arazuri, tomada de I. Baleztena

Paseo de Valencia.—Ha sido y es costumbre en Pamplona denominar a ciertos lugares y rincones de la ciudad con el nombre de la persona que vive en dicho sitio, máxime si el individuo es muy renombrado o su posición social es relevante. Recordemos el «Pasaje de la Jacoba», «Pasaje de Seminario», «Escalericas de Jadraque», «Rincón de Vélaz», «Callejón de Ciganda», «donde Casa de Baleztena», «Pasaje de Lapoya», «Barrio del Mochuelo», «Belena de Pintamonas», etc. De este modo, creemos, se originó el nombre de Paseo de Valencia, basándose nuestra hipótesis en los siguientes datos: 

Hasta 1850 fue el "Parador General"
En la primera mitad del siglo XIX, aunque los edificios del actual Paseo de Sarasate pertenecían a la Taconera, en los padrones municipales, las casas comprendidas entre la iglesia de San Nicolás y la calle de las Comedias, aparecían inscritas en la de la calle de Lindachiquía, con las notas de «situadas frente al Parador General» o «frente a la Casa de Misericordia». Es en el padrón municipal de 1854 cuando aparece por primera vez el nombre de calle de Valencia, y ya con este título o con el de paseo del mismo nombre persistirá hasta principio del siglo XX. 

En 1850, el pueblo lo denomina Paseo y calle de Valencia, aunque el Ayuntamiento no hubiese reconocido oficialmente esta denominación, como lo demuestra un acta de dicho año, por la que «...se acuerda pedir a Pau 150 plantas de tuyas de la China para colocarlas entre los árboles del Paseo llamado de Valencia, frente al Parador» (sesión del 1 de marzo de 1850). En el mismo año, en otra sesión «...se dio cuenta del presupuesto del coste de las obras proyectadas por el empedrador Ildefonso Goñi, para formar la entrada del denominado Paseo de Valencia» (sesión del 18 de marzo de 1850). 

 Tragantúa en Sarasate SF 1910
Ahora bien; ¿por qué el público denominó así a dicho Paseo? Por lo siguiente: 
En 1842 vino a Pamplona, procedente de Bargota y natural del mismo lugar, Prudencio Valencia, un mozo de 17 años que se colocó de sirviente (nosotros creemos que de pasante) en casa del viudo don Javier María Ibáñez, escribano de profesión y que vivía en el número 39 de la calle de Lindachiquía, frente al Parador General, es decir en una de las primeras casas del actual Paseo en sus números pares. 
Pasaron los años, y aquel imberbe bargotano, estudiando y aprovechando el tiempo, terminó por situarse y hacerse cargo del despacho del maestro, y con los títulos que consiguió, publicó en el Boletín Oficial de Navarra de 16 de julio y de 15 de agosto de 1851 el siguiente anuncio: 
PaseoValencia a finales del XIX
«Don Prudencio Valencia, vecino de esta ciudad, procurador de la Excma. Audiencia de la misma, Notario Eclesiástico de este Obispado, y Agente de Negocios de diferentes villas y pueblos, así que de particulares, hace saber: Que, nombrado tal procurador para actuar en asuntos criminales, pueden valerse de él cuantos tuvieran por conveniente al efecto; se arreglará con los pueblos por cantidades sumamente módicas, para desempeñar los asuntos que les ocurriera en esta capital, bien en la Excma. Diputación, bien en el Consejo Provincial o en otras oficinas y dependencias. Cuenta para ello con buenas relaciones y promete gran celo y actividad, según lo tiene acreditado con cuantas personas se han dignado dispensarle su confianza. Vive frente al Parador General número 39, 3.° piso. 
Pamplona, 14 de junio de 1851». 
1933, antes de hacer el BHA y la CAMP
Fácil es colegir que el bueno de don Prudencio, con sus múltiples actividades, nombradía, relaciones personales y abundancia de clientes, dio lugar a que el pueblo soberano diese en llamar al actual paseo, «donde casa de Valencia», «calle donde vive Valencia», «calle de Valencia» y posteriormente «Paseo de Valencia». 
Todo esto nos lo confirma el Ayuntamiento en 1853 (sesión del 18 de mayo de 1853), al aprobar el informe de la Comisión de Policía Urbana, que por error, y aunque consta en el expediente, no pasó al libro de actas de la Corporación Municipal. 
El mencionado informe dice textualmente: 
Marzo 1965 Casa de Alzugaray, antiguo gobierno civil. J. Gallo
«Esta Comisión debe de manifestar a V.S. que, hallándose sin nombre propio toda la parte de casas frente al paseo, desde la de Balda (la que hace esquina con la calle de las Comedias) hasta San Lorenzo, le ha parecido conveniente dividir este trozo en tres, denominándose al primero, o sea el que principia en casa de Balda y termina en la esquina exterior del cuartel de San Martín (casa de Alzugaray), calle de Valencia, título adoptado por el público para aquel sitio». 
Baleztena con sus gigantes. Atrio Catedral
Así es como se dio título a nuestro popular Paseo, sin tener ninguna relación con el nombre de Valenciaga (como hubo quien lo quiso derivar etimológicamente, siendo refutado acertadamente por Premín de Iruña en «Iruñerías» del 2 de enero de 1955) ni con el de la ciudad del Turia. 
Es, pues, en 1853, cuando el actual paseo de Sarasate recibe por primera vez el nombre de Paseo de Valencia, deja de ser una parte de la Taconera y se integra al bloque urbano con personalidad definida.

J.J. Martinena Portal Taconera
B) Crítica de J.J. Martinena y Fernando Pérez Ollo
Siguiendo a Martinena, Pérez Ollo, en 'Sarasate. Familia, casa natal y Pamplona', publicado por Príncipe de Viana en 2009, hace una crítica -yo diría que furibunda- a la pretensión de atribuir a Prudencio Valencia el nombre del Paseo, aunque, como Rafael García Serrano, reconoce con desgana que la hipótesis -original de Baleztena- se ha impuesto: “paseo de Valencia o de Sarasate, que de ambos modos se le denomina, aunque Valencia no evoca el mar, las naranjas y las Fallas, sino a un oscuro procurador de los Tribunales que allí tuvo su casa”. Así recoge GARCÍA SERRANO en La gran esperanza, Barcelona, 1983, p. 96b.
Fijaos en la contundencia de Fernando:

"El Ayuntamiento de Pamplona aprobó el 16 de mayo de 1903 dar el nombre de Paseo de Sarasate al conocido oficialmente desde 1853 como de Valencia. 
Dejemos a un lado la hipótesis u ocurrencia –lanzada por Ignacio Baleztena– de que ese topónimo, todavía vivo en el callejero popular, recuerda a una persona, el bargotano Prudencio Valencia Díez, nacido en 1824 y fallecido en Pamplona en 1890, avecindado precisamente desde 1853 en la jurisdicción de San Lorenzo y no en la calle de su primera residencia. 
Sarasate lecho mortuorio 29.09.1908 
Prudencio Valencia vino, todavía adolescente, en 1842, a trabajar en la escribanía, hoy diríamos notaría, de Javier Ibáñez de Ibero, sita en el tramo extremo de la Taconera, Lindachiquía, 39, frente al palacio de la Diputación, espacio entonces conocido como 'Frente al Parador' (recordemos: en una de las primeras casas del actual Paseo en sus números pares). 
Valencia se estableció como procurador de asuntos municipales en 1851 y los anuncios iniciales del despacho dan la dirección de Ibáñez Ibero, Frente al Parador. Pero cuando, meses después, casó con Petra Burdaspal, vecina de la calle Mayor, se instaló en la de San Francisco y allí vivió siempre. 
Cuesta mucho creer que un mancebo de notaría, un muchacho foráneo y de corta capacitación profesional, en absoluto un pasante, como se ha pretendido, pudiese, por mucha actividad y eficacia despierta que desplegase, dar su nombre al nuevo paseo que ya parecía llamado a desempeñar un papel importante en el desarrollo urbano de la ciudad todavía constreñida por las murallas. Pero aún parece más improbable, si no imposible, que los vecinos impusieran el apellido de alguien irrelevante que además había dejado de vivir en la calle."

Fernando Pérez Ollo
Fernando se nos fue en 2011 sin poder presentar una alternativa a la hipótesis de Baleztena-Arazuri.
Martinena, en cambio, yo sé que, sin prisa, está elaborando el estudio de esa alternativa con la seriedad y el respaldo documental que el caso requiere

Conclusión
Aunque todavía hoy se presenta la hipótesis Baleztena-Arazuri como única y definitiva, como un tema cerrado, eso no es cierto. El tema no está zanjado y, desde este blog, ofrezco sus páginas a Juan José para que, sin ninguna prisa, cuando tenga todo el material (documentos, fotografías...), publicar en él su explicación.
Será un honor.

1 comentario:

Gonzalo dijo...

Con ser muy interesnte el tema, como casi siempre, yo me quedo con el pie de la primera foto: "columpiándonos en las cadenas del Monumento a los Fueros, aprendimos a ser forales". Y dando la vuelta subidos a la especie de banco que forma la base del mismo para poder leer las inscripciones que en el figuran. Si no me falla la memoria, esto último aún se puede hacer pero no me parecía que se pudiera acceder como antes a las cadenas-columpios. De ser cierto, me pregunto si la ausencia de ese aprendizaje no estará llevando a las nuevas generaciones a no saber reivindicar esa foralidad.