jueves, 17 de mayo de 2018

Arcedianato: Pintura y fotografía

Nicolás Ardanáz, 1959 ca. Imagen palindrómica (la izda, la buena). Al fondo, puerta de Dormitalería
El zaguán y el romántico patio del Arcedianato, uno de los lugares más gratos de Pamplona, fue el 'cuarto de estar' de mi casa durante los diez primeros años de mi vida. Fue también un rincón muy apetecido por pintores y fotógrafos. 
Cuando algo tan bello ha sido injustamente destruido, sólo nos quedan los recuerdos y, para confirmarlos, la pintura y la fotografía.
Gracias a mi amigo José Mari Muruzábal (te lo agradezco en el alma, bien lo sabes), que me ha regalado muchas de las imágenes que vais a ver, hoy podemos volver a sentir esta maravilla que desapareció a finales de los 60.
Las imágenes que vais a ver, las podéis apreciar también en Facebook

1. José Joaquín Arazuri 1964
Desde el atrio de la catedral, avanzamos por Dormitalería. Hemos dejado atrás, a nuestra izquierda, el número 1 (la Casita). A la derecha, la ventana de mi casa, el 18-bajo.
No he conseguido una imagen de frente de la puerta del Arcedianato (que "haberla, hayla", según Martinena)
Con la imaginación suplimos las carencias de esta foto y  contemplamos "aquel arco gótico de amplias dovelas, que tenía en la clave el escudo de los Beaumont y encima una hornacina con la imagen -creo recordar- de San Francisco Javier". Esto me dijo también Juan José Martinena.
Observo, de abajo a arriba, algunos detalles más que había olvidado:
  • el letrero, a la izda. de la puerta. Creo recordar que se puso en los últimos años (del '60 en adelante), cuando ya no vivíamos en Dormitalería. (Comentario de J.J. Martinena: "El letrero indicador del Museo Diocesano en la puerta del arcedianato -letras negras sobre fondo amarillo- lo mandó poner don Juan Ollo, vicario general de la diócesis y director -e impulsor- del museo, creo que sería en 1961 o 1962")
  • el nº 3, en la clave, bajo el escudo de los Beaumont
  • un par de huecos rectangulares, a cada lado de la hornacina
  • el conjunto está rematado por un breve frontón curvo
2. Julio Cía, 1933 Claustro desde Dormitalería
Aquel día de lluvia de 1933, Julio Cía, que ya se autotitulaba "fotógrafo de la Catedral", aconsejado seguramente por el canónigo Néstor Zubeldía, pidió a la joven encargada de las puertas que abriera de par en par las que impedían la visión desde la Calle Dormitalería hasta el Claustro.
Cuando paró de llover, aprovechando un ligero resol, cruzó la estrecha calle y, dando la espalda al nº 20, ajustó su cámara para obtener la mayor profundidad de campo.
Y lo consiguió: desde los resaltes y la preciosa mirilla de la puerta (pincha sobre la imagen); la textura de la capa de joven; la alfombra de cantos rodados -en dos calles- del suelo; el borde redondeado de los dos bancos de cemento; las luminosas hojas de las catalpas y los volúmenes del seto; los reflejos en el paso central de fino cemento mojado por la lluvia; la verja, al comienzo del oscuro túnel que lleva al Claustro; y, sobre todo, lo que él más quería mostrar: que desde la propia calle Dormitalería se alcanzaba a ver nítidamente parte de la crujía sur del Claustro.

3. Jesús Lasterra, 1952
Obra de Lasterra, pintor y grabador, con apenas 20 años.
Entramos un par de pasos (ver las vigas, que antes no aparecían) hacia la izquierda en el zaguán del arcedianato. Desde ahí, vemos muy bien -ahora sí- la entrada a la casa de la señora Ángela con sus tres escalones de distinta altura.
Tras la puerta (que se abría hacia adentro) y su consiguiente rellano, había unos cuantos escalones más.
Me recuerda mi hermana mayor, Nieves, que muy a menudo subía los escalones de casa (donde termina el banco de la dcha.) de la Sra. Ángela (ver 2º párrafo largo) para pedirle sal o alguna cosa que le había encargado mi madre (con quien la Sra. Ángela tenía muy buena amistad). Y que una vez subió angustiada esos escalones porque a mi madre se le complicó algún embarazo y le dijo: "¡corre, llama a la Sra. Ángela!".

4. Ilundain Solano, 1963 - Basiano 1942
Prácticamente el mismo punto de vista (Ilundain, más a la izquierda, Basiano más a la derecha), pero distinta estación: primavera en Ilundain e invierno en Basiano, con una ligera capa de nieve. Nadie diría que hay 20 años de diferencia entre ambas imágenes. Ilundáin remarca claramente las calles del empedrado.
Ilundain Solano - 1963 - oleo en tablex     Basiano - Arcedianato de Pamplona - 1942
5. Lasterra -Arcedianato - oleo cartón - 1951
Avanzamos unos pasos más de modo que a los lados ya vemos el comienzo de las galerías laterales, también empedradas. Cuando llovía mucho solíamos acceder al claustro (para ir al Rosario de los Esclavos) mi tío Silvestre y yo por la de la derecha, que rodeaba más brevemente el patio

6. Ilundain y Beunza, 1965
Nos metemos por la galería de la derecha (en la foto anterior) y, tras dar unos pasos, giramos 180 grados. A la izquierda, el zaguán del Arcedianato; enfrente, el portal donde vivía mi amigo Petete (¿por qué te has ido sin ver todo esto?) y su hermana, amiga de otra hermana mía. En la pared izquierda -ahora que me fijo- parece haber un ventanuco, un respiradero posiblemente de la carpintería de Abadía
Ilundain Solano - Rincon arcedianto - lienzo  Beunza, 1965
7. Nicolás Ardanaz, 1959, y Salvador Beunza, años 60
Sin recorrer del todo el andén central del patio, nos giramos y miramos hacia el zaguán y la calle Dormitalería. Hojas del otoño, en la foto de Ardanaz y primavera-verano en Beunza. Algunos enchufados conseguían que les abrieran las dos puertas (derecha), incluso todo el portón (Ardanaz). Nos viene bien para observar que, de las dos puertas que tiene el número 20, es la más cercana a mi casa (el 18) la que se ve a través del portón. 



8. Jose Joaquín Arazuri, 1964
Hemos atravesado el patio del Arcedianato y desde el cubierto de entrada al claustro miramos hacia el zaguán del Arcedianato. Es invierno, ya barrieron las grandes hojas que perdieron las catalpas y  parece estar lloviendo, pero el balcón que mira al este tiene ropa tendida. En el jardín de la derecha destaca una estela funeraria.
Si giráramos 90 grados a nuestra derecha, veríamos que este cubierto tiene dos arcos y por ellos veríamos, a unos 50 metros, a Basiano y a Lasterra que nos están pintando.
9. Basiano 40-45 y 60-63; Lasterra, 1952
En la de Lasterra, la tercera a la derecha, vemos muy bien dónde estábamos en la foto de Arazuri. Dos arcos del cubierto miran hacia donde estamos ahora y tres arcos hacia las catalpas y Dormitalería. Nosotros estábamos en la foto anterior en el arco central de esos tres. El edificio cercano que tenemos  al lado, a la derecha (Lasterra),  es la parte trasera de la Casita.
En los tres cuadros destaca, increiblemente esbelta, la chimenea del Refectorio

10. La Plaza Gótica de Urmeneta y Ollarra
No quiero terminar sin aplaudir -hasta con las orejas- el proyecto que asumieron Urmeneta y Arrieta, alcaldes de Pamplona, y que promocionó Ollarra, director de DN: construir en otro lugar (permuta de solares Ayuntamiento-Obispado) las nuevas viviendas de los canónigos y abrir la calle Dormitalería a una espectacular plaza pública, sin los edificios que asfixiaban a la Catedral.
Al final, el Obispado, con amenazas de excomunión, pasó por encima de la autoridad civil, de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, destruyó el Arcedianato que habéis visto y construyó las nuevas viviendas. Mi casa, a la derecha, fue en 1970 testigo mudo de este avasallamiento.
Una herencia de la Dictadura, porque en Democracia no se habría consentido.

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