Víctor Manuel Arbeloa se hace eco en su Cuaderno de Bitácora (aquí lo podéis leer completo) de la manifestación del Miércoles 17 de las Escuelas Infantiles:
Imposición del vascuence/euskara en la escuela
Ayer se congregaron en la plaza del
Ayuntamiento de Pamplona centenares de niños, educadores, padres, abuelos,
parientes, amigos y vecinos para protestar contra la “chapuza”, la “cacicada”,
la imposición arbitraria y abrupta, de golpe y plumazo, sin contar con nadie,
del vascuence/euskera/euskara en dos de las escuelas infantiles de Pamplona,
que enseñaban en castellano, con pérdida de 214 plazas. Y contra el traslado
impuesto, también por las bravas, de una escuela de castellano de un barrio a
otro, perdiendo además 41 plazas que ofrecía en castellano-inglés de media
jornada. (...)
En las pancartas podía leerse: No
a la imposición de los modelos lingüísticos; ¡Cabemos todos!; Queremos inglés
en Rochapea; No me echéis de mi escuela… Silbidos, pitos y gritos al
alcalde del “Ayuntamiento del cambio a peor” (ésta es fórmula mía): Asirón
/ no a la imposición.
El manifiesto leido reconoce, cómo no, la
necesidad bien fundada de un aumento de la oferta educativa en euskera, pero
no queriendo eliminar las plazas de castellano, porque ni
es ético ni ajustado a la realidad social hacerlo cerrando dos escuelas en
castellano.(...)
Patetica, además de exquisita,
es la carta que escribe hoy en DN la veterana maestra
Begoña Quintanal, con 37 años en la escuela Fuerte del Príncipe, una de las
promotoras de la creación de las Escuelas Infantiles,
inspiradas en las de Regio Emiiia (Italia), que estas maestras magistrales
conocieron e imitaron de cerca, y que han sido dechado pedagógico en toda
España…, obligada ahora, con otras de sus compañeras a sentirse viejas,
mayores, relegadas, inútiles, carcas; reubicadas como correturnos, como muebles
viejos… Qué razón tiene doña Begoña cuando escribe que estamos
llegando al día en el que, por encima de las personas, están las ideologías,
llevándonos a la aniquilación. ¡Sólo que la ideología en este caso se
llama nacionalismo/independentismo vasco!
Por una educación libre de opresión e
innovadora
Empezamos a trabajar en la Escuela Printzearen
Harresi un grupo de trece trabajadoras. En aquellos momentos la mayoría de
nosotras éramos muy jóvenes y teníamos unas ganas enormes de trabajar, con una
gran dosis de ilusión y menor de experiencia. Las guarderías, que era como se llamaban
entonces, fueron un proyecto que se propuso el equipo de Gobierno en ese
momento. También con entusiasmo y muy bien recibido por la ciudadanía. Poco a
poco, entre todos, sacamos adelante este proyecto, con pocos medios. Fuimos
tomando forma y a la vez los equipos se fueron consolidando. Durante nuestros primeros
años nos esforzamos por aprender, conocer diferentes formas de trabajar tanto con
los niños como con los padres. Ellos nos han enseñado a amar cada día más
nuestro trabajo, porque aparte de ser vocacional, es terriblemente rico en vivencias.
Conocimos de la mano de nuestro director técnico, Iñaki Turrillas, las Escuelas Infantiles de Regio Emilia y empezamos a incorporar su pedagogía a nuestras escuelas.
Fuimos a conocerlas in-situ a Italia, hicimos intercambios, nació la pareja
educativa, comenzamos a llamarnos “Escuelas Infantiles”. Hicimos este proyecto,
formándonos continuamente, llegando a tener una escuela experimental,
innovadora a nivel europeo que ha sido referente nacional de las escuelas infantiles.
Por lo cual tenemos un gran eco a nivel nacional. Hemos trabajado duro, muchas
de nosotras entregamos nuestras vidas y nuestras ilusiones a este proyecto. Intentamos
que los niños sean creativos, investigadores, que nunca se cansen de preguntar
“el porqué y el para qué”, que se sorprendan ‘’intentando configurar no un
camino fijo para los niños, sino unos niños para recorrer el camino”. He tenido
la gran suerte de estar trabajando con los hijos de mis alumnos a los que llamo
cariñosamente “mis nietos”.
De la noche a la mañana, sin comerlo ni
beberlo, nos convocaron para una reunión en la que nos comunicaron que mi
querida escuela pasará el próximo año al modelo de euskera. Esto también ocurrirá,
para mi sorpresa, con Donibane. Este no es el problema, ya que entiendo y
comparto el derecho a la educación en distintos modelos lingüísticos. Han roto
mis sueños y el de muchas compañeras, relegándonos a no poder seguir
participando de nuestro modelo pedagógico, a estar poco menos que de
“Correturnos”. Seremos reubicadas “cual muebles viejos”, ocupando plazas de
sustituciones y refuerzos. Esto se está pareciendo cada día más a un juego de ajedrez
donde no cuentan las personas, sino las estrategias. Y yo me pregunto: ¿y nuestras
necesidades, quién las cubre?, ¿y nuestra experiencia, dónde se queda?, ¿se nos
considera ya “carcas”?
Tras esta reunión, cambió mi percepción
del tiempo. Me sentí vieja, mayor, relegada, inútil... No fue por el
calendario, no, sino porque, de golpe y plumazo, desde la maravillosa escuela
infantil donde trabajo se me dio una noticia que en ese momento me pareció inverosímil.
Mi ilusión sigue siendo igual que hace 37 años, mi experiencia infinitamente
mayor, mi gratitud también, mi aprendizaje diario y continuo de los niños y de
sus padres también. Vivir el mundo de los niños desde sus puntos de vista
diferentes, en los que tanto docentes jóvenes como personas maduras se pueden
integrar, llegando a crear una educación de calidad más rica en matices: de
frescura y sabiduría, de ilusión y experiencia, de renovación y entendimiento. El
niño se encontrará en la vida real con personas de todas las edades, colores y
matices y esto será una riqueza para él.
¿Será quizás casualidad que en las dos
escuelas donde estábamos las docentes más mayores, de golpe y plumazo, se nos
haga desaparecer? ¿Será casualidad que a golpe de una reunión repentina, cuyas
formas no fueron las más adecuadas, hagan sentir lo que ya he expresado antes? Aunque
a día de hoy sigo con la ilusión intacta por los niños, los adultos que dirigen
estas escuelas me han decepcionado haciéndome sentir vieja, inservible e impotente.
Estamos llegando al día en el que por
encima de las personas estén las ideologías llevándonos a la “aniquilación”.
Quisiera despertarme mañana y que esta situación fuese un mal sueño, teniendo la
opción de quedarme en Printzearen Harresi hasta mi jubilación. Permítanme hacer
referencia a la frase que un padre de la escuela ha dicho sobre esta situación:
“Yo no quiero que esta escuela sea en euskera, valoro más la calidad humana de
las personas que los idiomas”. ¿A estas alturas del siglo XXI, citando a los
padres de Reggio Emilia, fuente del modelo pedagógico de las Escuelas
Infantiles, tendremos que reclamar de nuevo una educación libre de opresión, creativa
e innovadora?
BEGOÑA QUINTANAL GOROSTIAGA,
docente de
escuelas infantiles de Pamplona durante 37 años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario