Simpática Carta de los lectores en la que Manuel Sarobe Oyarzun - con acierto, sin acritud y con gracia- expresa su opinión sobre lo que personajes -desde Asirón a Abel Azcona, pasando por cada uno de los partidos- necesitan con urgencia.
El zurrón del Olentzero
Llega la Navidad y, con ella, el Olentzero.
Si tienen ocasión, acérquense a Lesaka, cuna de nuestro carbonero, y disfruten de la deliciosa mañana de hoy dedicada al personaje.
En vista de lo acontecido este año, cabe imaginar lo que el ‘tripa haundi’ traerá en su zurrón.
1. A Joseba Asirón, unas botas katiuskas, habida cuenta de su habilidad para pisar todos los charcos.
2. Al concejal Cuenca, una camiseta de Caravinagre.
3. Al tándem Pérez&Aznárez, una formación acelerada para ejercer con dignidad los cargos que ostentan. Por respeto a sus cada vez más numerosos electores, para empezar.
4. El único regalo bélico, al combativo Mendoza: un videojuego que permita fulminar centros PAI, por ejemplo.
5. A los sufridos contribuyentes, una hucha adicional que pasará a recoger allá por junio el consejero Aranburu, si para entonces no han cambiado de domicilio.
6. A Bildu, la corona real que olvidan colocar sobre las cadenas de nuestro escudo, cuando se acuerdan de exhibirlo [Yo añadiría: como herederos del brazo político de ETA, una condena explícita del papel que jugaron y, como muestra de su arrepentimiento, un ofrecimiento de colaboración para resolver los casos pendientes. Por pedir, que no quede]
7. A los de Geroa Bai, más fe en el pueblo que presiden con tan escasos votantes. Hasta que se convenzan de que para gobernarlo no se necesita estar bajo la tutela de ningún primo de Zumosol a quien ceder soberanía. Y es que, tras lo acontecido el domingo, el anexionismo e incluso el nacionalismo se antojan más anacrónicos que nunca.
8. A UPN, renovación y frescura, si quieren recuperar al votante desencantado.
9. Al PSN, un solo discurso. El que sea, pero uno. Y una pizca de alegría.
10. A los políticos, en general, acierto para resolver los problemas de la ciudadanía, y, sobre todo, la promesa de no crearlos donde no los hay.
12. A Abel Azcona, triste protagonista del año que acaba, el regalo no se lo traerá el Olentzero, sino la misma religión a la que tan gravemente ofendió. Porque, a diferencia de otras que habrían castigado su sacrilegio pasándolo a cuchillo, el cristianismo le obsequia con el perdón. Con contrición, eso sí.
Todo es posible en estas fechas. Feliz Navidad. Eguberri on.
MANUEL SAROBE OYARZUN
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