El Niño d'ElChe, el Che y la dama delChe |
XIII Festival Punto de Vista
Niño de Elche protagonizó una ‘performance’ sugerente y emotiva
‘Los aires llevan mentiras’ jugó con los sonidos y dejó al público sin palabras
‘Los aires llevan mentiras’ jugó con los sonidos y dejó al público sin palabras
La voz y la respiración, al límite EVA FERNÁNDEZ Pamplona
Desgarrador, experimental, sorpresivo...”
eran algunos de los calificativos que el público que asistió ayer a la performance de Niño de Elche en Baluarte
dejó caer tras la actuación este
“multidisciplinar” e “inclasificable” artista, que protagonizó ayer
la sección Dokbizia del Festival
Punto de Vista.
Niño de Elche, en la sala Muralla de Baluarte. CALLEJA |
Sonidos animales (aullidos, gemidos...), sonidos humanos (gritos, suspiros, lamentos, oraciones...), sonidos electrónicos, de
motores, del más allá... Sonidos estridentes, sonidos silenciosos... De
ritmos flamencos, de música árabe... Sonidos de la naturaleza (del
viento, del mar...). Todos perfectamente entrelazados entre sí y surgiendo inagotables gracias al talento de su emisor.
“Esta actuación me ha quitado
la capacidad de hablar y de expresarme”, señalaba David, de 34
años. “Es una conexión intensa a
nivel emocional, pero difícil de
explicar”, apuntalaba su amigo
Pello, de 39.
Precisamente, bajo el lema La
voz nunca miente, la sección Dokbizia de esta XIII edición del
Punto de Vista reivindicaba la
voz. Como “canal universal” y
también como “instrumento propio”, con matices infinitos, texturas y tonos, que a veces contiene
significado y otras propone nuevas formas de comunicación alejadas de la palabra.
“Ha sido muy sugerente. ¿La voz miente?, ¿la voz no miente? Y si lo hace, ¿hasta dónde? Creo que la actuación del Niño de Elche ha sido totalmente experimental y acorde con la temática y con el público del festival. Sólo puedo decir que me ha encantado”, señalaba Clara, de 24 años.
“El artista ha llevado la voz al límite, en un experimento vocal increíble. Tan pronto ha sido flamenco como gregoriano... Incluso más allá. Una sorpresa para todos. Lo habíamos escuchado, pero no en directo. Y no nos ha decepcionado”, admitía Nicolás, de 23.
El Niño de Elche jugó al principio sólo con su propia voz, pero luego también usó el micrófono. Lo cogió, lo lamió, se lo metió en la boca, se lo sacó, lo acercó a su respiración y lo tiró. Eso fue como un disparo. Después, se le escuchó exhausto, entrecortado, jadeante, tartamudo y, por último, perdió su voz; se quedó mudo.
“En ocasiones, me ha roto. Parecía que se le partían las cuerdas. Un curro físico, muy físico. Sugerente, emocionante. Fuera del repertorio habitual. No puedo decir más”, concluía Marta, de 47 años.
***
Vosotros, no sé (seguro que también), pero yo me he quedado con las ganas de conocer mejor qué hace Niño de Elche. Muy especialmente os aconsejo que escuchéis de 7'38 al final:
Y en éste os recomiendo escuchar el Comienzo-presentación (muy simpático) y, tras los aplausos, pasar rápidamente al minuto 3'28 para admirar todas las acrobacias acústicas del ilicitano:
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