Primeros números impares de la Merced. Colección Arazuri. Autor desconocido. 1965 |
Antes de empezar con lo que cuenta Arazuri sobre esta calle de la Merced y sobre la que él llama calleja de la Merced, me gustaría comentar especialmente estas fotos
0. Foto de portada: Vinos Andueza
En los 50, viviendo en Dormitalería, ahí comprábamos el sifón. Salía de casa y llegaba a la Bajada de Javier. En esa misma pared, ya en aquellos años 50, estaba la pintada más antigua que conocí: "Viva Ostos", decía. El Bar Uno tenía la barra a la izda e íbamos hasta el fondo, donde había una entrada a la barra. Allí esperábamos con el sifón vacío y el dinero (0'75, creo) a que el señor Andueza nos atendiera. A veces, hasta nos daba alguna aceituna.
2. Pasadizo aéreo de la calleja de la Merced (1918-46)
2. Año 1914. Calleja de la Merced.
Cuando se fueron los militares en 1903, una parte del convento de la Merced se habilitó para ampliar el Seminario Conciliar, construyéndose un pasadizo aéreo (1918-46).
2 bis. Foto izda: Calle del Redín. 1914. Zaragüeta. La rendija entre casas permite comprobar que no existía aún el pasadizo aéreo de la calle del Redín. Por otras fotos sabemos que se hizo entre 1929-30 y pico. Hoy es el más conocido, pero no ha sido ni el único ni el más antiguo. El de la calleja de la Merced existió desde después que se concedió (1903) al Seminario de Dormitalería el paso al convento-cuartel, que se empezó a demoler en 1945:
20/06/1918 "Instancia del Excmo. e Iltmo. Señor Obispo de esta diócesis solicitando autorización para colocar una pasarela entre el Seminario Conciliar y el convento de la Merced".
28/02/1946 "En nuestro rápido paseo por la ciudad, vimos que los trabajos de derribo del antiguo Cuartel de la Merced van muy adelantados: y observamos la desaparición de la antiestética pasarela «aérea» del viejo Seminario". (DN Hemeroteca)
Volviendo al pasadizo del Redín, éste permitía a las Siervas pasar desde el convento a la casa de enfrente, donde (en la planta baja) tenían cerdos, quizás gallinas, sin pisar la calle. Mis hermanas solían llevar a las monjas pan duro y peladuras de patatas para sus animales. El pasadizo aéreo no era por tema de clausura, como he leído en algunas páginas, ya que las Siervas salen a cuidar enfermos a la noche, sino por comodidad.
4 bis. Final calle Merced
4. Foto de la izquierda. Final de la calle de la Merced en la segunda década de nuestro siglo. Al fondo las murallas de Tejería.
a) Tres bancos de alpargateros en la acera izda.
b) Las niñas parecen jugar a "a tapar las calles que no pase nadie"
c) Fijaos bien en las tres puertas de la derecha y en la tubería, la bajante, detrás del niño sentado en la acera. Vamos a comprobar lo que creció la Merced al tirar la muralla.
4 bis. Comparación. Más de cien años de diferencia entre ambas imágenes y ahí están las tres puertas de la derecha, la bajante, los balcones salidos y sin salir... Como veis, se ha añadido por ambos lados bloques de viviendas. La Merced ha crecido unos 30 metros
Todas las fotos, debidamente datadas y comentadas, las podéis disfrutar pinchando en el álbum:
Y, ahora sí, veamos qué nos cuenta Arazuri
Merced
Pincha, que esta imagen vale oro |
12. Año 1933. Calle de la Merced, antiguo corazón de la judería. |
Rúa del
Portal del Río o de Garci Marra. En la Judería, éste era el
título de la calleja de la Merced que terminaba, como ya hemos
dicho, en aquel portal orientado hacia el río y molino de Garci
Marra, hoy todavía existente con el nombre de molino de Caparroso.
Calle de
Cantarranas. En el primer tomo de este libro de calles, tratamos
someramente de la Calle de Cantarranas, localizándola al
final de la Merced, pero sin especificar que su situación exacta era
la de la calleja de la Merced, de la que antiguamente se llamó rúa
del Portal del Río, en la que estuvo la sinagoga, posteriormente la
fachada principal del convento de la Merced y de su iglesia, así
como la puerta preferente del palacio episcopal y la del Seminario
Conciliar. Esta calleja, parte noble de la calle de la Merced, tuvo
que ser la que se denominó con el título del convento de los
frailes mercedarios, que más tarde comprendió a toda la calle.
sitna 1929 |
Ahora bien,
hay que tener en cuenta que aquel convento ocupó los terrenos
actuales siguientes: plaza de Santa María la Real, casa Sacerdotal y
tramo final de la Dormitalería. Cuando se fue a construir el
convento en el siglo XVI se precisó derribar la Casa de los Estudios
(antigua sinagoga) y varias callejas y casuchas próximas a las
murallas (1).
Hasta aquí la entrada de hoy. Lo que viene ahora, para los empollones (y sin dibujitos, ¡hala!):
Hasta aquí la entrada de hoy. Lo que viene ahora, para los empollones (y sin dibujitos, ¡hala!):
Para nota
Convento
de la Merced. La pequeña historia del convento de los
mercedarios es la siguiente:
El convento
de Santa Eulalia o Santa Olalla de los Mercedarios Calzados fue
fundado en 1232 en una casa donada por Sancho el Fuerte en el llamado
campo del Arenal, hoy Taconera, frente a la iglesia de San Llorente o
San Lorenzo, fuera de los muros de la ciudad. Aquella Institución
fundada por San Pedro Nolasco para la redención de cautivos, levantó
un soberbio monasterio gótico, en el que destacaba un magnífico
claustro, en el que pintado al aceite resaltaba la «Danza Macabra»,
según decían, única en España.
En aquel
convento, en 1512, se alojó el Duque de Alba «...y muchos señores
que venían en su ejército» con motivo de la conquista de Navarra,
produciendo la soldadesca grandes destrozos en el monasterio. Según
cuenta Iturralde y Suit, los frailes precipitadamente abandonaron el
cenobio con tal prisa que no pudieron poner a salvo las alhajas,
ornamentos y objetos de valor, refugiándose en las casas del
bachiller Esquíroz intramuros de la ciudad. Al año siguiente, y en
aquella ocasión por causa de los franceses, se vieron obligados
nuevamente a abandonar el convento. En 1521, don Francisco de Zúñiga,
conde de Miranda y Virrey de Navarra, decidió derribar los conventos
de San Francisco y de La Merced, por estar cerca de los muros de la
ciudad, volviendo los mercedarios a las casas del bachiller Esquíroz.
Para
edificar un nuevo monasterio se les señaló siete casas de la
Burullería (hoy calle San Lorenzo), pero la falta de dinero y la
oposición de la parroquia de San Lorenzo hizo desistir a los
frailes.
Como no
podían encontrar un sitio apto decidieron construirlo en la
Rochapea, en unos terrenos que les había regalado Sancho el Fuerte
en los tiempos de la fundación en el Arenal. Levantado el edificio,
en 1540 una riada lo derribó, a excepción de la iglesia.
Reconstruido el convento, otra inundación lo destruyó al año
siguiente. A esto se sumó la oposición del virrey que no deseaba,
por razones estratégicas, ver reedificado el edificio.
Intentaron
nuevamente asentar su convento en las Carnicerías Viejas, pero se
opuso la parroquia de San Lorenzo. Junto al portal de la Zapatería
consiguieron terrenos del virrey Marqués de Cañete, pero esta vez
fue la parroquia de San Nicolás la oponente. Entonces, Fray Fortunio
de Esparza, Comendador del convento, solicitó de la Ciudad les
vendiese la Casa de los Estudios, antigua sinagoga, consiguiéndolo
el 11 de septiembre de 1542, junto con varias casas más. Nuevamente
hubo oposición de los frailes ermitaños de San Agustín, pero sus
propios superiores les hicieron desistir de su objeción.
El 11 de
julio de 1552 se derribó la iglesia del convento de la Taconera, y
el primero de septiembre del mismo año comenzaron las obras del
nuevo cenobio con un solemne acto inaugural. Aquel convento quedó
completamente terminado a mediados del siglo XVII. La capilla mayor
se fundó en 1594 gracias a la donación de mil ducados de don Pedro
de Navarra, enterrado a su muerte en dicha iglesia con la siguiente
inscripción en su sepultura:
«Aquí está
sepultado el cuerpo de don Pedro de Navarra, bisnieto por barón, del
rey don Carlos de Navarra (el Noble), Rico Hombre, Mariscal de
Navarra, Capitán General y Embaxador del Rey, a quien escribía caro
y amado primo. Fue casado con Doña Mayor de Cueba hija mayor del
Duque de Albuquerque, sisagüelos paternos de don Phelipe de Navarra
cuya es esta capilla».
Según
cuenta Ignacio Baleztena, debajo del coro existía la capilla del
Santo Cristo, en donde estaba enterrado el Marqués de Cortes.
También fue enterrado en la iglesia del monasterio el 25 de julio de
1682 Fray Sebastián de Velasco, Generalísimo de la Religión en el
Capítulo General celebrado en Guadalajara en 1676. Era pamplonés y
a su muerte dejó al convento alhajas y cuadros, entre los que
destacaban doce de la creación del mundo, actualmente en el palacio
Foral de Navarra.
En 1836,
cuando la Desamortización, se suprimió el convento destinándose el
edificio a cuartel de tropa de Infantería hasta 1903 en que se
hicieron los cuarteles en el Ensanche Viejo. Aquel gran caserón lo
utilizó después el Ayuntamiento de almacén, en donde se guardaban
los gallardetes de San Fermín, los gigantes y hasta los coches de
muertos. Una parte se habilitó para ampliar el Seminario Conciliar,
construyéndose un pasadizo aéreo. En el 36 fue cuartel de
«Pelayos».
En los
comienzos de la quinta década de nuestro siglo (XX) se derribó una
parte del gran caserón. El 5 de diciembre de 1945 se adjudicaron la
obras para completar el derribo al contratista Pedro Garcés en la
cantidad de 1.125 pesetas.
Antes de
terminar, no podemos dejar en el tintero un acuerdo absurdo que
tomaron los sesudos ediles de nuestra Corporación Municipal el día
13 de noviembre de 1936, por el que decidieron «...que se unificase
bajo el nombre de Calle de la Compañía, la que lleva este nombre y
la de la Merced, reservándose este nombre para la que partiendo de
la última (de la Merced) llega al Palacio Episcopal y la muralla».
Afortunadamente aquel acuerdo no llegó a efecto.
1. En el
Archivo General de Navarra, en la sección Clero, parroquia de San
Saturnino, leg. 12, n.° 625. existen datos de varias casas de la
calle de Cantarranas que se vendieron para construir el convento de
Santa Olalla. De ellos sacamos los siguientes:
Año 1580.
«Debe el monasterio de la Merced en el barrio Nuevo por el censo de
dos casas que tomaron para el monasterio, la una de Ustáriz,
portero, hijo de Juanicot y la otra de García el notario, el cual
heredó de Gracia de Urdániz. las cuales afruentan con casas de Juan
Rogel el menor». Año 1597. «Más debe Juan Rogel menor una libra y
ocho sueldos por el censo de dos casas en la calle de Cantarranas que
solían ser de Juan de 0lleta que afrontan con casa de Martín de
Redín».
«Los
herederos de Joseph de Aybar, 48 tarjas y media, del censo perpetuo
por una casa sita en la calle de la Judería que llaman la casa de
los Jueitos o trinquete de la Merced (Año 1509).» (Nota marginal).
En dicho trinquete se fabricaron varias casas junto la Merced hacia
la muralla.
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