Clínica San Miguel y chalets, de Leoncio Urabayen 1920 ca, vistos desde el arranque del Camino del Cementerio (hoy Avda Bayona) |
La invitación, gentileza de Jose Castells Archanco |
El doctor Juaristi, que ha salido en este blog con motivo de la Clínica San Miguel y Los sucesos de Vera de Bidasoa, siempre me pareció una personalidad muy interesante (basta ver la invitación). Pero ese interés se transformó en rendida admiración cuando Salvador Martín Cruz (VICTORIANO JUARISTI SAGARZAZU Y SU TIEMPO) me dijo un día: "Don Victoriano es, quizás, el personaje más brillante de la Pamplona de la primera mitad del siglo XX".
Este próximo Martes 12 de noviembre, a las 19,30 horas, en los salones del Nuevo Casino Principal, la Peña Pregón en colaboración con el Ateneo Navarro, el Colegio de Médicos de Navarra y el Nuevo Casino Principal organiza un recuerdo a Victoriano Juaristi.
Recuerdo y homenaje al que se suma Desolvidar, recogiendo este artículo de Salvador, publicado recientemente en la revista Pregón, de la que Juaristi fue asiduo colaborador.
Victoriano JUARISTI SAGARZAZU
D.Victoriano pintado por Berrueta hacia 1907 |
Posiblemente Victoriano Juaristi Sagarzazu (1880-1949) sea el personaje más brillante de la Pamplona de la primera mitad del siglo XX. Médico, conferenciante, escritor, esmaltador, escultor, pintor, músico, hasta escribió partiendo de las recetas de su mujer un libro de cocina que firmó como de Adriana de Juaristi. A lo que habría que añadir que fue cofundador de la primera clínica quirúrgica de Pamplona, la Clínica de San Miguel, cofundador y primer Presidente del Ateneo Navarro de 1932, Presidente del Colegio de Médicos de Navarra de 1931 a 1946 y Miembro de la Comisión de Monumentos y del Consejo Navarro de Cultura, posteriormente Vocal de la Institución Príncipe de Viana, Académico de las Reales Academias de Medicina y Bellas Artes y un larguísimo etcétera en el que pueden inscribirse su amistad, entre otros, con los pintores Salís, Berrueta y Montes Iturrioz, la familia Baroja o Gregorio Marañón.
Sí, La amplitud de su currículo es tal como para sorprender (dio más de cien charlas y conferencias, escribió varias novelas y centenares de artículos en revistas y periódicos, realizó una importante colección de esmaltes e incluso escribió un libro para la colección LABOR, titulado: Esmaltes. Con especial mención de los españoles. Además, realizó varios monumentos tales como el de Ibañeta en recuerdo de Roldán, el de Viana en el de César Borgia, el de Teobaldo I de Champaña de la Taconera de Pamplona o el de Santa Teresa de Jesús del Convento de la Encarnación, de Ávila. Compuso hasta tres zarzuelas. Y todo ello sin descuidar su trabajo de médico y cirujano; como lo demuestra el haber operado a más de un millar de navarros, ser autor del primer manual de cirugía escrito en el país vasco, publicado en 1921, y hasta haber opositado a la Cátedra de Cirugía de Madrid).
Salvador Martín Cruz, recogiendo un galardón |
Y sin embargo esta ciudad, Pamplona, en la que se afincó allá por el año 1920 y en la que moriría en 1949, hace tiempos le olvidó, creyendo que, con dar su nombre a una de las calles de su callejero, en San Jorge, ha cumplido con su reconocimiento y su memoria. Y eso que fue el más importante animador cultural de la ciudad durante una veintena larga de años y, sobre todo, el médico-cirujano que la sacó de la Medicina tercermundista de sangradores y curanderos, terminando con historias tales como las del cólico miserere, el garrotillo, el tabardillo, el aire o la perlesía.
Supongo que...
Tanto, por lo que se ve, como para que el público homenaje que debía haberse concertado entre todos no haya tenido lugar (pero, Salvador, ¿verdad que ahora sí? )
Supongo que...
- el hecho de haber nacido en San Sebastián pesó demasiado en las consideraciones de algunos;
- el no ser nacionalista y ser el vascuence su primera lengua, en las de otros;
- y ser un hombre profundamente liberal en las de los que vendrían después.
Tanto, por lo que se ve, como para que el público homenaje que debía haberse concertado entre todos no haya tenido lugar (pero, Salvador, ¿verdad que ahora sí? )
Salvador Martín Cruz
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