martes, 13 de junio de 2017

Rondalla de Zizur Mayor Baluarte 04.06.17

Nos los presenta Ángel Inda:
"Hace diez años se asomó al Gayarre pero ahora vuelven con un coro de voces ensambladas, con más enjundia, más cuajados, con unas buenas púas en las bandurrias y con mucho sentido del ritmo en las guitarras y en el guitarrón de Jesús Guembe.
Es el orgullo de un pueblo, gracias a la labor callada de su líder Jesús López, que recogió el testigo del puentesino Javier Lardiés, y que vienen animando las fiestas de Zizur en las fechas más destacadas."

1. Hoy venimos a cantar
Estampa navarra de Manuel Turrillas que retrata la llegada de la automoción, de la mecanización de la agricultura, en la década de los 60, y la convivencia todavía con un modo de vida tradicional que se resiste a desaparecer: 

Cae la tarde con suave calma, el rubio sol apagó sus ardores, por el camino del monte bravo, vuelven a casa los labradores.
Atrás se queda la tierra sembrada, llega la noche borrando colores y trae el viento el cantar de la jota, y el del zumbido de los motores.
Hoy venimos a cantar con alegría navarra, hoy venimos a cantar la jota que alegra el alma y hace a las chicas soñar, al viejo sentirse mozo y al joven enamorar.
Una guitarra suena en la noche, se oyen las jotas de los rondadores y las mocicas, tras el visillo, dejan al alma soñar con amores.
Si algún mocico te da cariño, cuídalo, niña, igual que a las flores, que los amores a los quince años, chiquita mía, son los mejores


2. Viento del Norte
Allá por el 2006, los hermanos Agüeros -Nando y Sergio- desolvidaron su infancia en Cires, un pueblecito que no llega a 50 habitantes, en el valle cántabro de Lamasón, con un título la mar de significativo: Aquel niño que yo fui.
Ese trabajo recoge trece temas dedicados a las tierras cántabra y asturiana, guiños a toda la España verde, canción mejicana, flamenco, romances y canciones de mar y montaña. Y entre esas trece canciones, hay una -Viento del Norte- que ha arraigado en lo más profundo de Cantabria y Asturias, porque, sin necesidad de decir su nombre, retrata a la perfección esa parte de la España verde, entre el mar Cantábrico y los Picos de Europa.

Me embruja el murmullo del río y del monte. Con lluvia de mayo me quiero mojar. Voy a correr como el lobo en la noche. Pretendo sentir toda tu inmensidad.
Me guía la luz de un rayo de luna, la clara del alba al amanecer. Me llena de vida toda la hermosura de esta tierra verde que aprendo a querer.
Quiero saltar de la rama de un roble, gritar tu nombre y echar a volar. Tengo la fuerza del viento del norte y esa bravura que viene del mar.
Un puño de tierra, de arena o de nieve hacen tan pequeño lo poco que soy que a veces me alienta y otras me hiere, yo vengo de ti y no sé dónde voy


3. Viajera, de Francisco de Val
Cualquiera que conozca un poco este blog sabe que Francisco de Val es su ojito derecho y el responsable de que se llame 'Desolvidar'. 
Y Viajera es el ejemplo perfecto de lo que es una creación popular y de lo que decía Manuel Machado:
Hasta que el pueblo las canta, las coplas, coplas no son,
y cuando las canta el pueblo, ya nadie sabe el autor.
Viajera no es sólo la más versionada de las canciones de Paco Val. Es también, como dice Rubio, “una preciosidad, llena de poesía.., una poesía muy íntima, como si fuese la página de un diario muy personal, o una carta de amor”. 
Viajera es hermosa, llena de belleza y sentimiento.

Porque ha perdido una perla, llora una concha en el mar; porque el sol no se ha asomado, está triste el pavo real; porque han pasado las horas y la barca no llegó, está llorando en el puerto la novia del pescador.
Por todo lo que más quieras, dime que sí; por tu madrecita buena, dime que sí; que me vas a querer tanto, dime que sí; que me vas a querer tanto como yo te quiero a ti.
Mañana, cuando te alejes, viajera de mi ilusión, ¿qué voy a hacer si contigo te llevas mi corazón? Si una concha está llorando porque una perla perdió, ¿qué harán mis ojos mañana cuando me digas adiós?

Gracias por un repertorio tan bien elegido

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