Ignacio Baleztena en el Congreso de Turismo (1948, 61 años). Extraña manera de, siendo el organizador del mismo, enseñar la ciudad a los encopetados asistentes, con las piernas colgando de las murallas. Desde luego, seguro que fue un cicerone muy entretenido (blog Premín de Iruña). |
Hay personalidades poliédricas, que no se dejan definir, encorsetar en los estrechos límites de unos pocos calificativos. Una de ellas fue Ignacio Baleztena. La anécdota que hoy recogemos abunda en esta característica de las múltiples facetas de este gran navarro, tan pamplonés que se permitió el lujo de nacer en Leiza (error, nació y murió en Pamplona).
"¿Quién fue "Premín de Iruña”? ¿Qué fue?
Navegando por internet al buscar
información sobre "Premín de Iruña" (Ignacio Baleztena), puede leerse
que fue "españolista, vasquista, nacionalista, abertzale,
navarrista..."
Pero, ¿quién era realmente "Premín de Iruña”? Y ¿qué
fue Ignacio Baleztena?
Obviamente católico y carlista, pero: ¿qué supuso esto
en él, en su pensamiento y en su forma de ser?
Todo lo que quieras saber sobre su persona
y obra lo encontrarás aquí. Al final tú mismo podrás contestar estas
cuestiones."
Pues bien, en "La vida íntima de Pamplona" (1950-1955) he encontrado algunos párrafos que José María Baroga dedica a Ignacio Baleztena. En esas líneas se trasluce la profunda admiración que Baroga siente hacia el de Leiza.
1923. Calle de Pozoblanco. La pastelería del Café Suizo y algunos empleados. El segundo por la izquierda es Mario Rodríguez Beroiz |
El contexto es el siguiente. Baroga pide a Mario, empleado de confianza durante décadas en el Café Suizo, que le hable de los banquetes más célebres que se celebraron allí. Y Mario elige uno al que asistió Miguel Primo de Rivera, Presidente (1923-30) del Directorio Militar. Por los datos que aporta Baroga, dicha anécdota tuvo que suceder en Mayo de 1927:
"—Me has dicho antes —pego otra vez la
hebra— que servíais muchos banquetes... ¿Puedes recordar alguno de los menús?
—¡Sí! Puedo decirte uno como muestra. Fue
con motivo de la estancia en Pamplona, en calidad de huésped de la Diputación
Foral, del Dictador don Miguel Primo de Rivera. Por cierto, que éste, por
temor a un posible envenenamiento, iba a todos los banquetes con un probador. Y
esto me consta porque tuve unas palabras fuertes con él, al venir a preguntarme
la composición de los postres, elaborados por mí... Pues bien, el menú fue el
siguiente:
Entremeses, consomé de ave, vaul-au-vent de perdiz y lechezuelas,]Salmón del Bidasoa, ponche a la romana y a la italiana,]
Capones con champiñón, postres, tartas y quesos helados.]
Champán Veuve Clicot, Pomery, Cumel ruso, vinos del Rhin.]
Cafés, habanos, coñac Hennesy y Napoleón...
—No sé... respondo al buen tun tun —algo
menos que un armario de luna.
—Pues, entre 15,50 y 16 pesetas.
Dichosos tiempos en los que esos dos
reales podían suponer el precio de una copa de Napoleón o el de un vaul-au-vent
de perdiz.
—El banquete, por si quieres anotarlo,
—prosigue Mario —estuvo a punto de terminar mal. A la hora de los brindis, como
quiera que reiteradamente se dedicaran a los Fueros de Navarra, fue creándose
un clima de alta tensión. Las conversaciones, de tono elevado, se convirtieron
en violenta discusión. Al tocarse el tema del Cupo contributivo, el diputado
foral don Ignacio Baleztena, se enfrentó valientemente con el General,
refrescándole la memoria en el sentido de que la Diputación Foral, tan Soberana
en ese terreno como lo pueda ser el Gobierno Español. sólo negocia por
Convenios y de ninguna manera tolera imposiciones.
Ante estas palabras, la explosión Foral fue clamorosa. Entre los vítores a Navarra, sobresalían los del Alcalde de Pamplona, señor Ciganda, quien pocas horas después quedaba destituido de su cargo".
Como veis, la actitud decidida de Baleztena, nada menos que ante Primo de Rivera, rompe moldes y esquemas, y demuestra que, por Navarra, Baleztena era capaz de todo, excepto de ser un diputado sumiso.
Y, unas líneas más adelante, continúa José María Baroga:
Ante estas palabras, la explosión Foral fue clamorosa. Entre los vítores a Navarra, sobresalían los del Alcalde de Pamplona, señor Ciganda, quien pocas horas después quedaba destituido de su cargo".
Como veis, la actitud decidida de Baleztena, nada menos que ante Primo de Rivera, rompe moldes y esquemas, y demuestra que, por Navarra, Baleztena era capaz de todo, excepto de ser un diputado sumiso.
Y, unas líneas más adelante, continúa José María Baroga:
"En Septiembre nace la «Real Cofradía del Gallico de San Cernin», iniciativa y creación de don Ignacio Baleztena, ilustre
navarro. Con ambiciosos proyectos culturales y folklóricos, tiene sin embargo
una vida efímera, que un nacimiento tan brioso y entusiasta no podía en modo
alguno presagiar. Yo, que pertenecí al número reducido de socios (númerus
clausus), no puedo dejar de lamentar su desaparición, al mismo tiempo que
dedico un emocionado recuerdo a don Ignacio Baleztena, espejo de caballeros y
ejemplo de Navarros. A quien, hora es ya de que algún Ayuntamiento se decida a
dedicar una calle de Pamplona. O al menos una que recuerde a los Gigantes."
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