Les dan todo hecho: nombre, logo... |
A principios de Junio -y a imitación de San Sebastián-, se presentó, ante la puerta principal de la Plaza de Toros, el colectivo Iruñea Antitaurina. Muy originales: mismo logo (rojo en vez de azul), mismo nombre (Iruñea, por Donostia). Un colectivo que va a servir de coartada a lo que Asirón y Barcos vayan decidiendo -si lo consentimos- sobre el tema.
Cuando alguien, para lanzar una propuesta sobre los Sanfermines, usa el nombre de la Ciudad, pero ese nombre no es ni "Pamplona" ni "Iruña", ya te ha dado la mitad del mensaje. Si la otra mitad de la propuesta es "Antitaurina", pistas más que suficientes para saber quiénes están detrás de la propuesta y qué es lo que pretenden: reducir los Sanfermines a una "Iruñeko Aste Nagusia" (Semana Grande de Pamplona) cualquiera.
Su objetivo es eliminar las corridas de toros de Pamplona, porque son “una mala tarjeta de presentación mundial y cada vez van a reportar menores beneficios y mayores gastos”. “Acuchillar y desangrar públicamente un toro no es una fiesta”. "extrema crueldad de las corridas de toros”, "tortura hasta la muerte” en la plaza de toros...
En cuanto a los encierros, apuesta por que éste “tenga su propio debate”. “Si se mantiene o no, es un asunto que la ciudadanía deberá decidir”.
En resumen, para los encierros, debate, y para las corridas, eliminación pura y dura, sin debate.
Si algo ha hecho grande a las fiestas de Pamplona ha sido el toro. Y más concretamente el binomio, indisoluble desde hace cinco siglos, encierro-corrida.
Podría haber corridas sin encierro (por supuesto, pero ya no sería Pamplona), pero encierros sin corridas, eso sí que lo veo complicadísimo. Y estos, por supuesto, no lo explican.
Podría haber corridas sin encierro (por supuesto, pero ya no sería Pamplona), pero encierros sin corridas, eso sí que lo veo complicadísimo. Y estos, por supuesto, no lo explican.
Sabiendo quiénes están detrás de este colectivo, lo que menos les preocupa -a pesar de las expresiones que usan- es que el toro muera. Lo que les revienta es que la plaza se llene todos los días para la corrida, fiesta nacional por excelencia. Y si encima se enteran del origen vasco del toreo a pie, concretamente del Pirineo vasco-navarro, ya les puede dar un mal.
En defensa de las corridas, mirad qué palabras pone José María Baroga en labios de Hemingway, en su penultima visita de 1953:
El retorno de Hemingway
Entre 1923 y 1931, Hemingway vivió
intensamente 7 sanfermines. Luego, la Guerra Civil española, durante la que
estuvo como periodista y sobre la que sacó su novela Por quién doblan las
campanas; y la 2ª Guerra Mundial, en la que vivió el
desembarco de Normandía y la liberación de París.
Y en el 53 vuelve, tras 21 sanfermines
fuera de Pamplona. Y lo hará también en el 59 (ya como premio Nobel). En total,
nueve veces.
"¡Ah! Los toros —decía con aire fatigado—. Si ustedes supieran lo que he luchado en mi país por introducir la fiesta... Campañas, conferencias, películas... Todo en vano. He tenido que luchar contra un enjambre de asociaciones, desde las sociedades protectoras de animales hasta los ejércitos de salvación. En multitud de artículos publicados en varias cadenas de periódicos, traté de que comprendieran que la fiesta de los toros, lejos de ser bárbara y degradante, constituía el espectáculo más hermosamente artístico que es dable presenciar hoy en el mundo... No, no comprendo cómo ciertos intelectuales (la opinión del ignorante no me interesa) se obstinan en no ver arte en esta suprema manifestación del arte. De un arte, además, vivo, en «movimiento». Se me aducirá que también la danza lo es. Si, ciertamente. Pero la plasticidad admirable, serena, de la danza en un bello salto de ballet es superada aquí por la presencia potencial de un elemento que constituye el contrapunto, la otra cara de la fiesta, indispensable e inseparable de ella: la muerte.
Respiró profundamente y continuó.
—Y es ella, la muerte, quien levanta el clamor entusiasta o angustiado del espectador, cuando una elegante verónica la atrae, para luego esquivarla con un suave movimiento de los brazos. ¿Por ventura saben ellos definirnos esa virtud, esa disposición, esa habilidad para enfrentarse con la muerte, espolearla irritándola con banderillas, hacerle un guiño con un adorno, para al final, pasársela por la cintura, humillándola, dominándola con una perfección que sólo el arte puede proporcionar, terminando el hombre, el artista, matando a la muerte? ¿No entramos de lleno en el terreno de la escatología? —Dio un largo sorbo a la petaca y concluyó, limpiándose los labios con el dorso de la mano—. ¡Bah! No lo comprenderán nunca... Pues, ¿y las sociedades protectoras de animales? Me causan náuseas. Ustedes, solamente ustedes, han sabido elevar al toro de la condición de bestia a la categoría de héroe. Si al toro pudiera dársele la opción de elegir su muerte, decía yo en uno de los artículos a que antes me refería, ¿habría alguno que desdeñase la oportunidad de morir en un coso, luchando contra hombres y caballos, representando la fuerza y la bravura, frente al arte y al valor del hombre? ¿Quién de ellos, díganme, renunciaría a este bello destino para acudir a que lo asesinasen en los mataderos de Chicago? ¡Pobres toros americanos! Para ellos siempre estará vedada la posibilidad de alcanzar la inmortalidad. Jamás saldrá entre ellos un «Bailaor», u «Pocapena», un «Islero» ...
Calló verdaderamente emocionado. Yo no
salía de mi asombro ante una pasión tan sincera hacia la fiesta nacional
española. Aquí estuvimos unos minutos silenciosos..."
Quince años antes que estos aguafiestas (desde 2002), ya presentaron su propuesta los del PETA. En este vídeo, del año 2004, de la Televisión chilena, vamos a ver la curiosa manera de protestar que tienen, utilizando la desnudez para llamar la atención y haciendo gala de pacifismo, cosas ambas que en esta tierra navarra -tan estrecha de costumbres y tan castigada por el terror de ETA- se agradece.
Ya nos gustaría a los pamploneses -discrepemos o no- que todas las manifestaciones contra algo (léase Riau Riau) transcurrieran con el mismo talante.
Pero es que en Pamplona, demasiadas veces, los peores somos los de casa (de ahí la hipocresía de la última campaña de los de siempre: "Si no vas a respetar, no vengas").
Este vídeo que grabó TV Chile en 2004, de verdad, merece toda vuestra atención:
Ya nos gustaría a los pamploneses -discrepemos o no- que todas las manifestaciones contra algo (léase Riau Riau) transcurrieran con el mismo talante.
Pero es que en Pamplona, demasiadas veces, los peores somos los de casa (de ahí la hipocresía de la última campaña de los de siempre: "Si no vas a respetar, no vengas").
Este vídeo que grabó TV Chile en 2004, de verdad, merece toda vuestra atención:
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