Cuando un dirigente del PNV piensa de esta manera (y lo dice), lo más lógico es lo que le ha pasado: que hace diez años tuviera que abandonar el partido.
TERRORISMO
Entrevista
Joseba Arregi: 'En Euskadi nos falta mucho para ser libres'
Acaba de publicar 'El terror de ETA. La narrativa de las víctimas'
Es quizá el intelectual vasco que mejor ha analizado el terrorismo nacionalista
Entrevista
Joseba Arregi: 'En Euskadi nos falta mucho para ser libres'
Acaba de publicar 'El terror de ETA. La narrativa de las víctimas'
Es quizá el intelectual vasco que mejor ha analizado el terrorismo nacionalista
LEYRE
IGLESIAS Bilbao
Joseba Arregi: Sociólogo y ex
dirigente del PNV. La sociedad vasca no quiere mirarse al espejo. Y mientras no
asuma "la gravedad del terror" que en ella ha habitado,
"parecerá libre", pero no lo será. Lo explica en 'El terror de ETA.
La narrativa de las víctimas'. Quiere ayudarlas en un discurso que haga frente
no sólo a la maquinaria abertzale: también a la "frivolidad".
La conversación en casa de Joseba Arregi Aranburu (Andoáin, 1946), entre
paredes forradas de libros, no es apta para indulgentes. Acaba de publicar 'El
terror de ETA. La narrativa de las víctimas' (Tecnos, 2015), de la mano de la
asociación de víctimas Covite. Es quizá el intelectual vasco que mejor ha analizado
el terrorismo nacionalista del último medio siglo. Un incómodo predicador en el
desierto.
¿La disculpa de Urkullu por la falta de
cercanía con las víctimas ha sido suficiente?
El cariño es muy importante en esta vida, pero las víctimas tienen una dimensión
pública y política por la intención con la que ETA las asesinó, y eso no se
arregla con besos y abrazos. Veremos si Urkullu cambia el discurso, el
planteamiento del proceso, el Plan de Paz. Si no (Respira hondo), el
significado de ese gesto se agotará ahí.
No se cansa de proclamar que las de ETA
no son sólo víctimas de vulneraciones de derechos humanos.
Son algo mucho más serio. Violencia y violaciones de derechos humanos ha
habido siempre. Caín mató a Abel. Pero el terror moderno es otra cosa, sobre
todo el terror desde la Revolución francesa como lo entiende Hegel: el terror
de aquel que se cree en posesión de la verdad absoluta para implantar la
libertad absoluta, el fin de la Historia. Los terroristas no son unos bárbaros
ni unos locos, como dice Iñaki Rekarte. Son personas normales. En
una sociedad moderna, industrializada, con un alto grado de bienestar respecto
al resto de España, una persona normal da el paso de matar a sus semejantes.
¿Cómo? Desde la conciencia de que tiene la verdad absoluta.
Dice que ETA utiliza un mito que tenía a
mano para dar ese salto y después perdurar: el "pueblo vasco" como
"víctima perfecta" de España.
El poeta Salbatore Mitxelena construye la identidad
colectiva vasca de una forma santificada y transforma al País Vasco en la
víctima perfecta -como el Cristo crucificado- de una violencia extraña, la de
España, en la Guerra Civil y las guerras carlistas. Todo esto en un ambiente
[el de finales de los 50 y los 60] de angustia por la pervivencia del euskera y
la cultura vasca. Es una situación trágica de una víctima pura y todo está
permitido para salvarla.
Y la "víctima perfecta" se
convierte en una máquina de matar.
Sí, pero las suyas son víctimas de carne y hueso, no supuestas. Y en cada
una de ellas se desmiente que el pueblo vasco sea la víctima perfecta. Como
escribe Idoia Estornés [en Cómo pudo pasarnos esto], ¿por qué
no pasó en Madrid? ¿O es que allí no hubo muertos republicanos?
¿Por qué no vale el discurso cada vez
más hegemónico de "todas las víctimas", "todas las
violencias"?
En Alemania se sabe ahora que muchas mujeres fueron violadas al término de
la Segunda Guerra Mundial por parte de soldados norteamericanos. Y en los
últimos meses, los rusos expulsaron a millones de alemanes de sus tierras. Eso
no lo niega nadie. Pero eso no sirve para poner en duda que el eje central que
articula la Historia de Alemania y de Europa en la primera mitad del siglo XX
es el nazismo, el Holocausto. (Silencio). En el País Vasco ese eje central es
ETA. Porque fue un terror con un proyecto político claro. El GAL y el Batallón
Vasco Español fueron abusos, pero sin proyecto político, sin una idea de
sociedad. Fueron una reacción desde las entrañas porque creían que no se podía
acabar con ETA de otra manera. Claro que se debe pretender una memoria única.
¿No hay una única memoria de la Guerra Civil? ¿O decimos que el levantamiento
de Franco es una de las cosas que pasaron? Esto tiene una intención clara: que
la historia del terror de ETA no afecte al nacionalismo. Inmunizarlo.
¿Qué "cambio de conciencia"
necesita la sociedad vasca?
Necesita un mínimo de conciencia. O bien, como hasta ahora, mira para otro
lado, porque ya ha pasado la tormenta y ahora vamos a darnos abrazos y a
reconciliarnos, o nos damos cuenta de que aquí se ha dado el verdadero terror.
Terror es utilizar discriminada y discrecionalmente la violencia contra una
persona para que todos los que sean como ella, pertenezcan al mismo grupo,
piensen igual, sean del mismo partido o tendencia ideológica, estén muertos de
miedo. Los guardias civiles, los empresarios...
¿Y la culpa?
Cuando ETA actuaba se decía que era invencible porque, a diferencia de
otros terrorismos en Europa, tenía un fuerte apoyo social. De eso se ha pasado
a decir que ETA son sólo sus comandos, y se critica que la Justicia criminalice
a todo su entorno. Aquí nadie ha sido; sólo cuatro locos. Pero la sociedad
vasca no ha vencido a ETA, como decía Ibarretxe. Han sido los poderes del
Estado, las fuerzas de seguridad y media docena de resistentes vascos. (Sonríe
con tristeza). La sociedad vasca ha pasado, y no quiere verlo. Bien haría en
mirarse al espejo y preguntarse: dónde he estado yo.
¿Qué ocurrirá si no lo hace?
(Musita). Que creo que no tendremos ningún futuro en libertad. Parecerá que
somos libres, pero no lo seremos, y seguiremos dejando agujeros que algún día
reventarán.
¿Qué agujeros?
Un agujero en el respeto a la diferencia y a las reglas que permiten la diferencia
en libertad, porque hemos tenido un proyecto político totalitario que ha negado
la diferencia y la libertad de conciencia. La libertad de conciencia es hoy
difícil en Euskadi: ¿quién dice hoy que la sociedad vasca debe mirarse al
espejo?, ¿se puede decir que vivimos de un dinero que no nos ganamos
honradamente?, ¿se puede estar en contra del Concierto?, ¿se puede decir que
tenemos tintes de xenofobia aceptados socialmente?, ¿se puede decir que no
basta con dejar de matar sino que hay ideas que son inaceptables en
democracia?, ¿se puede cuestionar la política lingüística? ¿Se puede decir esto
tranquilamente en el País Vasco o le tachan enseguida a uno de...? ¿Y se pueden
decir estas cosas sin tener consecuencias económicas, en subvenciones, en acceso
a puestos de trabajo? Nos falta mucho para ser libres.
¿Entiende que en 2011 el PNV no se
uniera a PSE y PP para evitar un gobierno de Bildu en Gipuzkoa y ahora sí se
alíe con el resto en Vitoria para desbancar al PP?
Cuando yo hablo de que llevamos dentro un agujero muy serio... La
normalidad política, antes que la incorporación a las instituciones de la
izquierda nacionalista radical, pasa por tratar al PP con toda la legitimidad
democrática del mundo. Algo muy serio está fallando.
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