La hija y dos compañeros de José Luis Hervás se abrazan en la Foz |
Lumbier
recuerda al guardia civil José Luis Hervás, asesinado por ETA en 1990
El
homenaje al sargento asesinado hace 25 años en la Foz de Lumbier consistió en
una misa y una ofrenda floral
RONCESVALLES LABIANO
Lumbier
El
pueblo de Lumbier difícilmente olvidará los sucesos ocurridos el 25 de junio de
1990 en la Foz, a la orilla del río Irati, donde José Luis Hervás, sargento de
la Guardia Civil y padre de dos hijos, fue asesinado en un encuentro casual con
el comando Nafarroa de ETA, formado entonces por Juan María Lizarralde, Germán
Rubenach y Susana Arregui.
Con
motivo del 25 aniversario de los hechos y en recuerdo a Hervás y apoyo a su
familia, se celebraron ayer por la tarde varios actos en la localidad navarra.
El
homenaje comenzó a las 18.30 con una ceremonia religiosa en la Parroquia de
Nuestra Señora de la Asunción, presidida por el sacerdote castrense César
Magaña y concelebrada por el párroco Santiago Garínoain. Durante la homilía,
Magaña expresó palabras de condena y repulsa a la violencia, pero quiso
transmitir, sobre todo, palabras de esperanza y apoyo a los familiares de José
Luis Hervás, representados ayer por su hija Mari Carmen, que excusó la ausencia
de su madre y su hermano y trasladó el agradecimiento de toda la familia a los
vecinos de Lumbier y al cuerpo de la Guardia Civil. “Para nosotros es una alegría
que, después de 25 años, la gente todavía recuerde a mi padre. Hoy me siento
muy contenta y apoyada y siento que mi padre era muy querido en el pueblo”,
comentó Carmen Hervás tras la celebración.
Ese
apoyo se reflejó en la asistencia a la misa, a la que acudieron numerosos
vecinos, unos veinte guardias civiles y representantes de la Policía Nacional y
algunas autoridades, como Carmen Alba Orduna, delegada del Gobierno en Navarra,
y Rocío Monclús Manjón, alcaldesa de Lumbier.
Tras
la celebración, gran parte de los asistentes se acercaron a la Foz de Lumbier,
donde se rezó un responso y se realizó una ofrenda floral. Mari Carmen Hervás y
Miguel Sánchez, compañero del guardia civil asesinado, fueron los encargados de
lanzar sendos ramos de flores al desfiladero, un gesto al que siguió un emotivo
aplauso y un “¡Viva la Guardia Civil!” mientras hija y compañeros se fundían en
un abrazo.
“Gracias
a Lumbier y a mi madre”
Mari
Carmen Hervás Fernández tenía 12 años cuando su padre fue asesinado por ETA en
la Foz de Lumbier. Ayer, 25 años después, volvió al pueblo y quiso pronunciar
unas palabras tras la misa celebrada en honor a José Luis Hervás. “Mi padre era
una persona honesta, entregada a su trabajo, por eso estamos orgullosos de lo
que hizo aquel día”, comenzó Carmen visiblemente emocionada. Después, agradeció
el apoyo recibido por parte del pueblo de Lumbier, donde todos los años se ha
celebrado una misa en honor al sargento asesinado, y destacó el soporte que le
han brindado siempre sus compañeras de colegio, que la acompañaban ayer y que
escucharon las emotivas palabras dirigidas a su madre: “Gracias a mi madre porque
no nos ha inculcado la semilla del odio, sino el amor”.
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Un
fuerte abrazo a Mari Carmen Hervás de parte de Marián, la chica con la que ayer
te encontraste.
Y un Navrazo de mi parte
Y un Navrazo de mi parte
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